Inko y Mitsuki son mejores amigas que anhelan tener hijos a la misma vez y juntarlos cuando crezcan. Sus deseos se hicieron realidad cuando quedaron embarazadas casi a la misma vez.
Gracias a ese milagro, nació Izuku Midoriya y Katsuki Bakugo, sus ú...
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Katsuki desvió la mirada al ver a su madre entrar por esa puerta. Ni siquiera quería verla... Ella lo obligó a convivir con el maldito nerd.
Mitsuki, su madre, lo miró y sonrió a medias.
—¿No vendrás a darme un abrazo, Katsuki? — preguntó con arrogancia en su voz.
Al no recibir respuesta, esta suspiró y seguido de Inko se acercó hacia su hijo. Ella iba ha abrazarlo, pero Katsuki le bloqueó el camino con su mano.
—¿Quieres un abrazo? — Katsuki levantó la mirada y frunció el ceño. —Entonces compórtate como mi madre y no como mi cárcel... — declaró, dejando muda a su madre por unos segundos.
—Entiendo... — Mitsuki entrecerró los ojos y suspiró. —En fin, ¿estás feliz con tu futuro esposo? — preguntó ella, causando molestia en el menor.
El rubio cenizo apretó los puños, clavándose las uñas en sus palmas.
¿Es acaso esta mujer no entendía lo que pasaba o solo ignoraba todo? Era obvio que la tensión entre ellos dos no era buena.
—Tía Mitsuki, no tiene porqué preocuparse por ello... Claro que todo va... Hmm... — Izuku le dio una rápida mirada al rubio cenizo y luego miró a la mujer. —Vamos bien. — indicó con una sonrisa.
Mitsuki asintió, satisfecha por aquella respuesta por parte del peliverde.
—Lo suponía. Ustedes dos son tan lindos jun...
—¡Detente! El nerd y yo no tenemos jodidamente nada, ni siquira somos amigos. — interrumpió su hijo mirándola con enojo. —Yo ya tengo una pareja, y déjame decirte que ella me gusta demasiado. ¿Es eso lo que querías saber? Estoy harto de que controles mi vida. — los presentes se quedaron en silencio por las palabras del rubio cenizo, palabras que demostraban su disgusto con todo. —No quiero casarme con Izuku, no quiero convivir con él y mucho menos ser su pareja; no tomas en cuenta mis sentimientos... No he venido al mundo para satisfacer tus sueños... Si es que se les puede llamar así. — al finalizar de hablar, este mismo ocultó su rostro con su antebrazo y pasando por el lado de su madre corrió hacia la puerta, la abrió y salió de la casa.
El joven que se quedó, se cuestionó todo en su mente. No iba a dejar que Katsuki se fuera así como así, no en ese estado de impotencia. Así que, sin darle explicaciones a las mujeres salió corriendo detrás de él. Las mujeres por otro lado se quedaron confundidas, bueno... Mitsuki estaba ofendida y molesta por el tono de voz que su hijo usó contra ella.
