Inko y Mitsuki son mejores amigas que anhelan tener hijos a la misma vez y juntarlos cuando crezcan. Sus deseos se hicieron realidad cuando quedaron embarazadas casi a la misma vez.
Gracias a ese milagro, nació Izuku Midoriya y Katsuki Bakugo, sus ú...
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Estados Unidos-
Izuku caminaba por los pasillos del supermercado, empujando el carrito mientras revisaba la lista en su teléfono. Estaba comprando ingredientes para la cena de esa noche, algo sencillo pero reconfortante, algo que Shoto tal vez le gustara. Las cosas entre ellos, en estos 2 años y medio habían estado tensas. Shoto e Izuku solo se decían hola y adiós, sin mentir. Pocas veces hablaban sobre ellos, y aunque Izuku tratara de arreglar las cosas, Shoto siempre lo ignoraba. Sumido en sus pensamientos, no se dio cuenta al principio de la figura familiar que se acercaba en la misma dirección.
Cuando levantó la vista, sus ojos se encontraron con un rostro que no había visto en años, pero que reconoció de inmediato. Era el padre de Katsuki, Masaru, caminando lentamente con una canasta en la mano. Izuku parpadeó, incrédulo, preguntándose si realmente era él o si su mente le estaba jugando una mala pasada.
—¿Señor...? — murmuró Izuku, dudando por un momento antes de atreverse a llamarlo. —Señor Masaru, ¿es usted?
El hombre levantó la vista, sorprendido al oír su nombre, y sus ojos se suavizaron al ver a Izuku. Una sonrisa leve apareció en su rostro, pero había algo cansado en sus facciones, algo que Izuku no recordaba en él.
—Izuku. — dijo el hombre con voz grave. —Cuánto tiempo sin verte. No esperaba encontrarte aquí.
—Yo tampoco esperaba esto. — respondió Izuku, aún en shock. —¿Qué hace aquí? Creí que estaba en otro país, que se había alejado...
Masaru asintió lentamente, dejando su canasta en el suelo por un momento. Parecía más mayor, más cansado, como si los años le hubieran pesado más desde la última vez que el pecoso lo vio.
—Me mudé a Estados Unidos hace unos años, después de... Después de lo que sucedió con Katsuki y su madre. — comentó, con un tono triste en su voz. —Dejé a su madre porque no pude soportar lo que hizo. Pero eso no significa que haya dejado de pensar en ellos. Sobre todo en mi hijo.
El pecoso sintió un nudo en el estómago. Recordando lo que Katsuki había sufrido tras el distanciamiento con su madre, y cómo todo se había complicado después. Pero ver al padre de Katsuki allí, después de todo ese tiempo, lo hacía sentir incómodo, como si estuviera reviviendo viejas heridas.
—Yo... Me mudé aquí un día después de festejar mi cumpleaños, en compañía de mis padres, pareja y... Amigos. — comenzó Izuku, sintiendo que debía decir algo para llenar el silencio incómodo. —Me mudé aquí con mi pareja, por asuntos de trabajo. Las cosas han ido bien, supongo... Aunque últimamente no estoy seguro de ello. Pero bueno, no todo termina como un quiere, ¿no?
