Inko y Mitsuki son mejores amigas que anhelan tener hijos a la misma vez y juntarlos cuando crezcan. Sus deseos se hicieron realidad cuando quedaron embarazadas casi a la misma vez.
Gracias a ese milagro, nació Izuku Midoriya y Katsuki Bakugo, sus ú...
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Izuku se sentó en el borde de la cama, su teléfono en la mano mientras miraba el número que había buscado varias veces, pero que nunca había tenido el valor de marcar. Era el contacto de Eijiro, el amigo de Katsuki en la secundaria. Se habían distanciado con el paso de los años, no por peleas ni desacuerdos, sino simplemente porque la vida los había llevado por caminos distantes. Pero Izuku sabía lo importante que había sido este chico en la vida de su pareja, y con la boda acercándose, no podía imaginar ese día sin su presencia.
Respiró hondo y finalmente pulsó el botón de llamada. El tono de marcado sonó una, dos, tres veces antes de que una voz familiar pero ligeramente más grave contestara al otro lado.
—¿Aló? — esa era la voz de Eijiro, con una mezcla de curiosidad y cautela.
—Eijiro, soy Izuku... — dijo el pecoso, nervioso al principio, pero tratando de sonar natural. —No sé si me recuerdas, el amigo de Katsuki.
Hubo un breve silencio al otro lado de la línea, y por un segundo Izuku temió que Eijiro no lo recordara o que la llamada fuera incómoda.
—¡Izuku! Claro que te recuerdo. — la voz del otro lado se escuchaba más cálida. —Hace años que no sé nada de ustedes. ¿Cómo están? ¿Qué ha pasado?
Izuku sonrió, aliviado por la respuesta positiva del contrario.
—Sí, ha pasado bastante tiempo. — admitió. —Pero bueno, la razón por la que te llamo es... Bueno, quería decirte que Katsuki y yo... Nos vamos a casar.
El silencio al otro lado fue breve pero palpable. Izuku casi podía imaginar la sorpresa en el rostro de Eijiro.
—¡¿Se van a casar?! — exclamó, con una mezcla de asombro y alegría. —¡Wow, eso es increíble! ¡No lo puedo creer! Katsuki siempre fue un tipo reservado, nunca pensé que... Bueno, ¡Felicidades, de verdad!
Izuku rió, sintiendo el entusiasmos de Eijiro contagiarlo.
—Gracias, Eijiro. Significa mucho para nosotros. — comentó, su voz más tranquila ahora. —Y, bueno, quería pedirte algo especial. Sé que tú y Katsuki fueron muy cercanos en la secundaria, y sé que él te apreciaba mucho. Nos hemos distanciado todos, pero... Me gustaría que estuvieras en nuestra boda. Sé que a Katsuki le encantaría verte allí, después de tanto tiempo.
Hubo otro momento de silencio, pero esta vez, Izuku pudo sentir la emoción del otro lado.
—¿En serio?— preguntó, con la voz más suave. —No sé qué decir, Izuku. Sería un honor estar allí. No sabía si Katsuki... Bueno, si pensaba en mí después de todo este tiempo.
—Créeme, nunca dejó de pensar en ti. — respondió el pecoso. —A veces habla de aquellos años, de las cosas que hicieron juntos. Tú fuiste muy importante para él, y sé que este día ni sería completo sin ti.
