🦋III

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No creo poder soportarlo, estoy prácticamente convencido ¿todavía estoy a tiempo de volver a casa? Sinceramente tampoco sé como volver, llegué mediante un portal, así que desconozco la localización de éste sitio.

Mi mente daba vueltas a la misma idea una y otra vez mientras bebía un poco de ponche de frutas, las vistas del gran salón eran sumamente imponentes. La academia parecía estar situada en lo alto de un montaña nevada, no podía reconocer cuál de ellas, pero estaba seguro que no nos encontrabamos cerca de la comarca central.

Hace tan solo unos minutos, una banda había subido a una pequeña tarima a un lado del salón y con unos instrumentos, extravagantes para mi gusto, habían comenzado a tocar una musica animada y jovial.

Algunos jovenes bailaban como animales sin un mínimo de protocolo, mientras que otros se mantenían lejos de la zona de baile, tan tiesos como un simple palo de escoba. En parte me resultó gracioso observar que no era el unico en la sala con un pesimo sentido del ritmo.

- ¡Atención todos!- exclamó la directora Lee desde el centro de la sala, haciendo resonar su cucharilla en su copa de champange- Es un placer para mi tenerlos a todos ustedes hoy aquí- sonrió, al notar como el salón había enmudecido- Supongo que ya muchos me conocéis, soy la directora Lee, la máxima responsable de esta academia desde hace más de cuarenta años. Algunos me conoceréis como la hada madrina, aquella que en algunos casos fue parte de la historia de vuestros padres- explicó detenidamente- No sabéis lo feliz que me hace poder conoceros a todos vosotros, conocí las historias de vuestros padres y espero poder conocer las vuestras cuándo salgáis de aquí, ¡sean todos bienvenidos a la academia real de Azdhara!- finalizó alzando su copa

El salón estalló en aplausos, mientras la señora Lee no paraba de sonreir y dar las gracias a los jovenes que le aplaudían con devoción.

La música comenzó a sonar y el salón volvió a llenarse de voces y ruidos de zapatos al chocar contra el mármol.

Mi cabeza comenzó a doler, había demasiado ruido, talvez yo no estaba acostumbrado a la muchedumbre ni a las fiestas, pero eso es culpa de mis padres y su incapacidad para salir de fiesta pasadas las nueve de la noche. La mayoría de jovenes se presentan en sociedad siendo tan solo unos niños, muchos de ellos con tan solo quince años ya asisten a fiestas con sus padres, pero ese nunca fue mi caso.

Estaba tan distraído que no noté el momento en el casi se me cae un chico encima.

- Oye, puedes caminar con más cuidado- le recrimine al sentir un fuerte pisotón de su parte

- Perdón, no era mi intención príncipe, lo siento mucho- me contestó de manera torpe el joven castaño

Al enderezarse delante mía, me percaté que no era un príncipe, ni siquiera era alguien de la realeza, aquel chico de ojos grandes, propios de un cachorro, parecía ser parte del servicio de la academia, ya que portaba el mismo traje que todos los camareros en la sala.

- Gr-gracias- susurró entrecortadamente, antes de perderse de nuevo entre la gente

Ni siquiera sé porque le ayude a no perder el equilibrio. Ni un misero camarero puede entablar una conversación conmigo ¿acaso parezco mala persona? ¿Porque la gente huye de mi? Primero Felix y ahora él.

- ¡Me entristece anunciarles que la ceremonia de bienvenida esta llegando a su fin!- anunció en alto el joven de traje azul

Algo dentro de mi tuvo ganas de saltar de la emoción, pero me contuve

- ¡Para finalizar esta gran ceremonia, procederé a anunciarles la repartición de habitaciones!- continuó- ¡Durante el curso escolar estarán obligados a compartir habitación con un joven de su curso, para fomentar los lazos sociales entre todos ustedes, por ello ninguno dispondrá de una habitación individual!

The Crystal Prince°• {Hyunlix}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora