Las notas del vals danzaban por todo el salón de baile, las parejas se movían al compas de la música, mientras el resto de invitados observaba a un lado.
Si prestabas atención podías escuchar las risas agudas de las jóvenes y los pasos descordinados de los hombres. En pocos minutos toda la zona de baile se volvió un remolino de colores, telas y largas faldas de tul.
Elisabeth me sonreía mientras la hacía girar, se veía espectacular bajo las luces de las lamparas de araña. Varios hombres nos observaban desde lejos, como si ella fuera el diamante más bonito de toda la sala.
- Bailas mejor de lo que pensaba- me dijo entre todo el sonido que había- Me sorprendes príncipe Hwang- rió de manera sincera
Yo le sonreí de vuelta y por unos segundos me sentí la peor persona allí dentro.
La estaba engañando
Sus ojos obervaban los mios como si viera en mi una galaxia entera, mientras que los mios no eran capaces de mirarla a ella sola.
Mi mente no procesaba que aquella cintura era la suya, ni que aquellas manos eran de una joven y no de cierto rubio.
Mis ojos viajaban constantemente mucho más allá, hacía cierto chico que bailaba con una joven pelinegra, he igualmente éste destacaba más que ella.
Algo en mi interior soltaba chispas cada vez que observaba sus manos sobre aquella pelinegra. Algo dentro de mi deseaba dejar de mentir, correr hacía él y ser yo quién lo sostuviera entre mis manos.
Era una idea estupida, infantil, propia de un joven que le importaba bien poco el protocolo de príncipes y princesas.
- ¿Que estás mirando?- me preguntó derrepente Elisabeth, girando la cabeza en dirección a Felix
- Nada, no tiene importancia- murmure, mientras volvíamos a girar al compas del vals
Elisabeth no era tonta, ni despistada, así que tardó bastante poco en saber hacía donde estaba mirando.
- ¿Quieres que hagamos cambio de parejas? A mi no me importa- el vals finalizó poco después y ella me señaló en dirección al rubio
¿Acaso era tan obvio?
- Si quieres yo bailo un rato con ese joven rubio y tú puedes bailar con ella si gustas- me sonrió como si me acabará de hacer un favor
Era totalmente comprensible su error, pero en ese momento no tenía fuerzas ni el coraje para decirle la verdad.
A veces la verdad se esconde bajo una capa de mentiras por un simple sentimiento de temor, ya que todos odiamos ser juzgados por otros.
- De acuerdo- afirmé- Tan solo quédate aquí, yo iré a pedirle el cambio a ellos
Mis pasos eran decididos mientras me aproximaba, no pensaba mostrarme frágil ni indeciso. A medida que me acercaba sabía que aquella pequeña acción haría demasiado dolor a mi corazón y de igual modo decidí hacerla.
Ambos no teníamos oportunidad alguna de bailar juntos, en un baile donde las princesas buscan a su príncipe perfecto.
- Buenas noches- saludé en cuánto llegué a su lado- Mi acompañante y yo querríamos hacer un cambio de parejas con ustedes ¿que les parece?
La joven pelinegra pareció alegrarse de mis palabras, como si Felix fuera el joven más aburrido de la sala. Mientras que él abrió los ojos sorprendido, tan solo fue por unos instantes, pero noté cierta incredulidad en su expresión.
Las palabras se quedaron en mi garganta, no quería decirlas, no quería equivocarme, no quería bailar con ella, pero era la única opción viable.
- ¿Me concedería el siguiente baile mylady?- le pregunté a la joven pelinegra
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The Crystal Prince°• {Hyunlix}
FanfictionEl reino de Azdhara es conocido como el lugar donde todos viven "felices para siempre". Debido a un manuscrito real, todo principe o joven de la realeza debe de formarse en la academia real de Azdhara. En ella se les ensaña las labores necesarias pa...