Capítulo 04.

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Cuando entramos a clases, ya se nos había echo tarde. Aún peor, los murmullos eran fastidiosos.

Pensé que se les olvidaría, pero era una equivocación. Joshua tenía razón, sólo me queda afrontar todo por unos días más y esforzarme en estudiar, tenía que hacerlo. Se lo debo a mi madre.

Me senté en un asiento en la esquina del fondo, y Josh me acompaño, adormilado, sonreí cuándo no presto atención a la profesora y solo quedó dormido.

Escuché fuertes risas a un lado y mi parte de curiosidad ganó dando una mirada.

Había un grupo de chicos con las mismas camisetas que traía visto a Lewis, seguramente eran del mismo equipo. Mis ojos cayeron a uno de ellos, que era demasiado atractivo,  tanto para captar toda mi atención.

Por unos segundos noto mi mirada y me sonrió a lo que sonrojada le sonreí como respuesta.

La clase terminó y decidí dar el primer paso antes que Josh y caminé hacia la biblioteca. Si lo despertase me mataría y más para estudiar. Algo que no va con él.

Qué estudie por voluntad propia tal vez.

Estaba por empujar la puerta, hasta qué de la nada me paso a mi, un chico paso corriendo por mi lado.

—¡Lo siento! —se disculpó, al chocar mi hombro.

Pero una sonrisita se dibujo en mis labios, cuándo era el mismo chico de la clase. Lo miré hasta que se perdió en los estantes, y tan solo después varios chicos fueron por él.

¿No sé supone que esta es una biblioteca no una cancha de fútbol?

Y creó que es algo normal, ya que dentro solo había personas metidas en sus libros. Y ver todo eso me dio dolor de cabeza. Me escabulli en los estantes y me oculte sobre una pila de libros.

—Una chica como tú. ¿Por qué se ocultaria aquí?

Alze la vista, y me encontré nuevamente a él.

—¿Y tú por qué te ocultas aquí? —le recordé, por lo ocurrido antes.

—Es el lugar dónde nadie buscaría, supongo.

Lo perseguí con la vista hasta que lo tuve sentado cerca de mi. Hasta notar su cabello castaño, y sus preciosos ojos azules, a los cuáles los rallitos del sol que entraban por el ventanal, se veía dibujado un océano. Es lo más bonito que e visto en mi vida.

—Y dime, ¿cuál es tú nombre?

Mi sonrisa desapareció, cuándo volteo a verme.
Oh por dios, lo estaba mirando como idiota.

—Fran..

—¿Tengo algo interesante en mi cara, Fran?

Demonios, si, no había notado sus bonitos oyuelos , creo que eso fue lo último para contemplar a mi imaginación.

—Oh, solo estaba viendo los libros a tu lado.

—¿De verdad?

—Si.. —mentí.

—Por un momento pensé que te gustaba.

En eso no sé equivoca.

—Ya te e dicho mi nombre y tú..

—Puedes llamarme Marcus.

Asentí, apartando la mirada.

La luz había desaparecido. Levante la mirada hacia delante, dónde un grupo de chicos nos miraban con sorpresa.

Mire de reojo a Marcus, qué sonreía con nerviosismo.

—Supongo que si es un lugar dónde te buscarían. —murmure cerca de su hombro.

Amor Por Casualidad©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora