Amor Por Casualidad©

Capítulo 31.

No sé si sea correcto lo que acabó de hacer, pero sentir su piel caliente sobre la mía hace que mi corazón se aceleré como nunca antes. Tal vez sea el efecto del alcohol que me esté volviendo jodidamente loca o son sus labios devorando los míos.

Jake no me a dado tregua por ningún segundo para poder respirar y mis labios se sienten adoloridos e inchados, mi respiración es un completo desastre como si en cualquier momento pudiese desvanecer.

Y como si él finalmente se da cuenta de que pasa por la misma situación y  que ambos necesitamos aire se separa de mi, chocando su frente con la mía.

Y entonces estoy muy consciente de lo que acabó de hacer.

¿Me acabó de besar con Jake.?

Oh, por dios.

Ese no es el problema, el verdadero problema es que me a gustado.

Me a gustado y mucho.

Abro los ojos para observarlo sus ojos aún continúan cerrados su rostro permanece cerca al mío tanto que podía sentir su aliento chocando por mi barbilla era caliente e irregular, su pecho subia y bajaba fuertemente.

Necesitaba ver algo más qué eso para mantenerme tranquila.

—¿Jake? —pronuncie en voz baja.

Niega ladeando la cabeza.

—No quiero que mañana tú... —musita cerca de mis labios. —No quiero que me odies, Anderson.

—¿Es lo único que dirás? —fruncí el ceño como si me estuviese mirando.

Pero el aún mantiene sus párpados cerrados y eso es lo único que me molesta.

No escucho respuesta de su parte, solo quedamos en un incierto silencio.

—¿Beso tan mal? —me ánimo a preguntar.

Entonces finalmente logré lo que tanto anhelaba ver, sus ojos color café quedaron a la vista con las pupilas dilatadas.

Era una preciosa vista para mi.

Todas esas veces que me a dejado sin aliento con sólo verlo a los ojos, es muy diferente a las ganas de querer volver a besarlo.

Estoy enloqueciendo.

Y eso no debería pasar.

—¿Crees que es eso lo que pienso? —su semblante se vuelve serio. —Esto es lo que realmente siento, Anderson.

Lo miré confundida hasta que una de sus manos toma la mía y me guía hasta su pecho. Sus latidos eran casi tan fuertes que parecía que estallaria de un momento a otro.

—Quiero besarte, besarte y tocarte por todas partes. —traga saliva.  —Pero deseo más que estés consiente de eso.

Me quedé mirándolo sin poder procesar todo lo que me acaba de soltar, provocandome un eco en mi mente. ¿Realmente cree que no estoy consiente?

Estoy jodidamente consiente de lo que hice y no me arrepiento en absoluto.

Quiero más, aún con el presentimiento de que mañana se vuelva un error para ambos.

—Entonces hazlo. —susurré.

—Anderson, yo..

—Jake, soy muy consiente de qué me e besado contigo. —alze una mano hasta su mentón —Ahora quiero que tú..

Entonces fue él quién hizo el primer movimiento, ladeo la cabeza hasta mi altura buscando mis labios con desesperación.

Mi equilibrio de permanecer sentada se esfumó cuando sus manos se prendieron de mis caderas, me deje caer sobre la cama con el peso de su cuerpo sobre el mío.