Capítulo 27.

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El tercer día me llegó como un balde frío.

Hoy siendo el último día de la semana, tampoco pude concentrarme en clases, porque el mayor tiempo posible me mantuve pensando en una cosa muy distinta a  lo que dictaba el profesor.

Hubiese elegido no venir en primer lugar.

Así como Joshua, qué no se digno a venir conmigo hoy, solo porque tenía resaca.

Salí del edificio con la idea de ir al camino hacia la parada de autobús.

Pero sorprendentemente, la persona causante de mis distracciones de estos días apareció frente a mi.

—¿No te cansas de esto? —hablé sin ganas.

—¿Porqué nunca te alegras al verme? —protesta. —¿Sigues odiandome?

—Cada día más. —miento.

De alguna forma ese resentimiento desapareció, y solo me molesta que aparezca sin avisar.

¿Será un paso para bien o mal?
No lo sé.

—¿Quieres qué te lleve a tu piso? —pregunta.

Me hace una seña hacia el auto estacionado en una esquina de la calle, eso debería ser ilegal.

Jake se detiene a un lado del copiloto, para abrir la puerta y me mira con confusión

—¿Fran?

No iré contigo, vendrá el autobús..

—Subes o te subo, tú eliges Anderson. —me interrumpe.

—¿Desde cuándo piensas que tienes el derecho en darme a elegir?

—Uhm, desde ahora.

—No. —es lo único que logro decir cuando me lanza una mirada retadora.

—¿Entonces no te importará que te cargué como esa noche, no?

Lleve las manos a mi cara y lo insulte en voz baja.

—Esta bien, joder.

Caminé hacia su dirección y me subí al asiento, me abroche el cinturón sin ganas y espere a que rodeará el auto para volver a insultarlo esta vez mentalmente. Y una vez dentro su perfume varonil inunda el interior.

Pero me concentro en ver la ventana para no mirarlo.

El motor del auto se enciende y comienza a dar marcha para irnos.

De repente el ambiente se vuelve tenso y silencioso, no obstante enciende la radio para acabarlo.

Y me sorprende que no se ponga a cantar, al menos así tendría una excusa para salir de su auto.

—Sabes, me estoy sintiendo usado por tú amigo.

Creí que sacaría otro tema de conversación, pero esto supera mis expectativas.

—¿Qué? —aparte la mirada de la ventana para consentrarme en él. —¿Joshua de ti?

—Antes podía chantajearlo y ahora es todo al revés. —suelta un suspiró de desilusión.

—No entiendo nada. ¿De qué hablas?

—No puedo decir exactamente el porqué..

—Claro. —lo interrumpí.  —¿Y me dejarás con las dudas?

—En primer lugar nunca debí decir algo de esto..

—El me lo cuenta todo, Jake.

—¡¿Qué?! —me mira con preocupación.

Amor Por Casualidad©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora