Amor Por Casualidad©

Capítulo 25.

   3/6

—De verdad, lo siento Francine. —se disculpa en un puchero.

—Joshua, no pierdas el tiempo en esto. —me doy vuelta para sentarme junto a el. —¡Mejor cuéntame lo todo y exagera!

Me mira sorprendido por un momento y luego sonríe negando con la cabeza.

—¡Idiota! —me revolotea el cabello con su mano. —Creí que estabas enojada conmigo.

—Lo estaba, pero mis ganas de saber lo que pasó son más grandes.  ¡Habla!

—Bueno, para ser más directo.. —traga saliva.—Estuve a punto de terminar con Liam.

—¿Qué? ¿Porqué?

—Su madre es la típica mujer falsa, ya sabes. —vira los ojos. —En los momentos que estábamos los tres juntos era dulce y gentil..

Hace pausa y eso me inquieta más.

—¡Continúa hombre! —le gritó.

—Pero de un momento a otro, cuándo Liam nos dejaba a solas se volvía completamente otra. —suelta un risa seca. —Decía que soy solo un maldito obstáculo en su vida, que nunca podre darle hijos..

Lo último hizo que inmediatamente me alertara y rápidamente extendí mis brazos para abrazarlo.

—Me sentí inservible en ese momento. —susurra. —Pero cuándo tengo a Liam a mi lado esa mierda desaparece, hasta que llegué a la conclusión que estoy pérdidamente enamorado y no pienso darle el gusto a esa víbora de alejarme de su hijo.

Sonreí.

—Me hubieras llamado para paterla. —comienzo a sobar su brazo. —Juntos, idiota, me hubieras vuelto a llamar para hacerlo.

—Tenía miedo que nos denunciara, la muy perra tenía la cara de eso.

—Valdría la pena.

Y me siento feliz de poder escucharlo reír.

—La verdad me hubiese encantado ver el puñetazo que le has dado al castañete. —se aparta de mis brazos. —¿Has visto su cara?

Por desgracia.

—¡Tiene la nariz rota! —continúa.

—Cada que lo veo, recuerdo lo idiota que fui ¿sabes? —confieso. —Jamás creí darle la razón a mi novio falso.

Mierda.

¿Lo dije o lo pensé?

—Oh, por dios lo has llamado novio. —dice con sorpresa.

—Falso. —agregue.

¡Maldición si lo dije!

—Francine, ¿por cuánto tiempo durará lo falso entre ustedes?

—Sólo hasta.. —lo pensé un momento. —Por tres días más.

—¿Tres días, de qué? —pregunta curioso. —¿Qué pasará en tres días?

Otra vez.

Siento que debo dormir para sacarme este estrés que me hace hablar sin sentido. 

—En realidad de esto tenia que haber hablado contigo hace bastante tiempo. —le explico. —Este sábado estoy invitada a una fiesta que hará mi suegro "falso".