4. Equipos

1K 61 17
                                    

Estos dos últimos días mi vida ha estado un poco patas arriba, el abuelo ha tratado de hablar conmigo en varias ocasiones pero yo solo he estado encerrada en mi recamara, sin abrirle a nadie, el único con el que he hablado y solo fue porque Iruka nos invitó ramen, fue con Naruto, después de eso no había sabido de él, pero bueno, tampoco lo culpo, que cualquiera que se enterara de que tiene a una bestia dentro suyo se olvidaría de todo, sin embargo hoy tenía que salir de mi modo ermitaña e ir a la academia por que empezaban las asesorías, no tengo ni la menor idea de que me deparara al llegar.

—Hakiri, ¿vas a la academia? —Konohamaru salió de la nada.

—¿Oh?... Ah, eres tú. —el pequeño me miró indignado. — Si voy a la academia.

—¿Puedo ir contigo? —preguntó.

—Claro. —Salimos del palacio y continuamos caminando, algunos aldeanos aun me miraban, como siempre, como una escoria, un estorbo que no merecía vivir, tal y como lo dijo Misuki, aquella noche.

—Te noto un poco nerviosa, y déjame decirte que el nerviosismo no es una palabra que vaya contigo, mucho menos que lo reflejes. —Para ser tan pequeño a veces podía decir cosas muy serias.

—No es nada, es solo que últimamente he estado un poco distraída, tu entiendes con todo eso del entrenamiento y que Asuma este exigiéndome el máximo de mí. —Me preguntaba qué diría Konohamaru si supiera la verdad de mí.

—Vaya y yo que pensaba que el tío Asuma era blando.

—Pues mejor que no te escuche, que no has estado tú en un entrenamiento privado con el tío Asuma. No te lo recomiendo. — Seguimos de largo, pasamos junto a unos campesinos, que saludaron a Konohamaru, como el gran nieto del tercer Hokage, y cuando levantaron la vista y me vieron, la mirada gélida regresó. Y es que ni siquiera puedo culparlos, después de todo, la bestia que habita dentro de mí, aterrorizo a la aldea, a su gente, pero aun así, porque de todas las personas a las que les podía pasar esto, porque tuve que ser yo.

—Vale, pues no me lo recomiendas, da igual, por cierto que cuando planeas enseñarme ese tal Jutsu que dicen que hiciste, junto con ese tal chico, ese con el que el otro día tú y el sensei Iruka fueron a cenar ramen.

—Estás hablando de Naruto, y el Jutsu se llama multiclones de sombras, es un Jutsu rango B, es una técnica de nivel Jōnin, el abuelo me lo ha contado, por lo tanto no tengo permitido enseñártelo y no vayas por ahí diciéndolo —Le conteste rápida y tajantemente. —Escucha no tengo tiempo para seguir hablado, ¿de acuerdo? Ya voy demasiado tarde, nos veremos cuando termine.

Salí corriendo, el reloj avanzaba, estaba a medio camino cuando vi a Konohamaru hablando con Naruto, el rubio parecía llevar prisa, tal parece que Konohamaru, no se rendirá hasta vencerlo en un duelo, pero eso no sucederá, al menos por el momento. —Hey, Konohamaru, regresar a casa y dile al tío Asuma que te de una lecciones, que si lo hace prometo hacer todo lo que me pida en el próximo entrenamiento.

—¿Es en serio?

—Pero por supuesto. Anda, ve a casa.

—Está bien, adiós onee-san, adiós jefe. —El pequeño salió corriendo y Naruto y yo solo pudimos reinos.

—Tal parece que le has caído bien.

—Sí, es un buen chaval...

—Oye... por cierto, has hablado con alguien acerca de lo que nos contó Misuki, aquella noche.

—¡Oh!... Lo siento, pero la verdad es que no sé mucho, sé es lo mismo que tú, yo pensé que tal vez el viejo... Pero ya veo que te va como a mí. —Dijo desilusionado. —Por cierto, jamás te pregunte. ¿Cómo es eso de que eres nieta del Hokage?

Hakiri (Naruto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora