Hakiri (Naruto)

15. La ronda final comienza.

—¿¡Mañana!!?

—Ven, no soy el único que reacciona de esa manera, ¡De veraz! —Argumentó Naruto. Esto está muy mal, sentía que el corazón se me salía, estaba desbocado, mañana, todo este tiempo perdido, ¿qué diablos me paso? ¿Por qué?

—Alto, —me costaba respirar, estaba teniendo un ataque de pánico. —Eso significa que, cu-cuando me van a quitar la vendas de los ojos, tengo que seguir con el entrenamiento.

—Calma, calma, sobrina... —Asuma puso ambas manos sobre mi hombros.

—¿Sobrina? —Inquirió Naruto, yo solo podía mover la cabeza de un lado otro, escuchando pregunta y respuesta.

—Naruto, después te lo explico, tío Asuma, ¿Cuando me van a quitar las vendas de los ojos?

—En seguida vendrán los doctores ¿sí? —Justo entonces la puerta corrediza se abrió y un grupo de personas entraron en la habitación.

—Lo siento, pero les voy a tener que pedir que esperen afuera. —Era la voz de Katame, escuche como lentamente todos salían de la habitación justo después de desearme buena suerte, lo agradecía por de verdad creía que la iba a necesitar, solo Asuma se quedó conmigo en la habitación.

—Buenos tardes, es bueno ver que despertaste.

—Katame, ¿Qué paso? ¿Por qué las vendas? —Interrogue.

—Hiashi Hyuga te trajo hace tres días, después de tu entrenamiento con él te desmayaste, entraste en shock, tus ojos estaban exigiendo una gran cantidad de chakra, tuvimos que intervenir. —Me estaba diciendo ¿Qué me habían sacado los ojos o algo por el estilo? —Descuida, todo salió bien y no paso a mayores. Pero te quedaras esta noche para observación.

—¿Qué? Pero Katame mañana son las pruebas chūnin. No puedo faltar. —Chillé.

—Hakiri, deja al doctor hacer su trabajo. —Me ordenó Asuma.

—Descuida, vendré mañana a primera hora. —Aseguró Katame.

***

—Buenos días, Hakiri, hoy es el gran día, en un par de horas será la última etapa del examen, creo que ya te podremos quitar las vendas, solo se un poco más paciente, tu doctor ya viene en camino.

La enfermera salió del cuarto. Finalmente llegó la hora, me siento débil, casi sin fuerzas, y aunque me quitaran hoy la venda de los ojos, el doctor ha dicho que mis ojos tardarían en recuperarse por lo menos otro par de días, pero yo no tengo un par de días, la batalla es hoy.

—Noche larga, espero que estas descansada. —La voz del abuelo resonó en la habitación.

—Viejo, eres tú. —Lo sentí acercarse a la camilla, lentamente me reincorpore. —Es bueno escucharte.

—Ha sido un mes algo pesado ¿no? —Menciono, pero su voz, extrañamente me parecía tener un tono de tristeza.

—Sí, lo ha sido. —Contesté. —Abuelo, hay algo que quiero preguntarte.

—Adelante. —Apremio el hombre, sentí la camilla sumirse un poco al tiempo que el abuelo se sentaba, tomo mi mano con delicadeza.

—Debería... ¿Debería de retirarme del encuentro? —Al fin lo había dicho en voz alta, era un pregunta que me estaba haciendo desde anoche, y justo cuando desperté que sentí mi cuerpo pesado y sin energía, lo voy a considerar. —Ha pasado una semana, mis ojos tal vez no estén del todo recuperados y no tengo fuerzas.

—Hakiri muchas veces has escuchado acerca de la voluntad de Fuego... —Dijo.

—Si. —Pero que tenía que ver la voluntad de fuego con esto.