13. La cueva Ryūchi

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Anoche fue una noche difícil, después de llegar a casa y de un merecido baño, me acosté para poder descansar, pero como de costumbre las pesadillas retornaron y no pude concebir el sueño, en la desesperación acudí a Katame, un ninja médico privado especial para el tercer Hokage, al inicio me dijo que no le era permitido darme algo para dormir.

Pero si seguía sin poder pegar ojo, entonces no rendiría en los entrenamientos y por ende, tampoco lograría superar la prueba, finalmente convencí a Katame y me dio una pequeña píldora, me explicó que era la dosis suficiente para dormir, efectivamente después de tomarla concilie el sueño, sin pesadillas ni nada por el estilo.

La mañana estaba tranquila, los pájaros hacían su canto matutino, y el sol salía iluminando la habitación con sus primeros destellos, eran las 8:00 de la mañana, gire un poco sobre la cama para quitarme la pesadez, reí al darme cuenta que Katame me dio una dosis tan justa que fui capaz de levantarme a esta hora.

—¡Allí estas! —La voz de Naruto sonó a lo lejos, el rubio hiperactivo corrió hacia mí.

—Oh, buenos días Naruto. —Saludé.

—Hakiri, recuerdas al viejo pervertido de ayer, pues lo encontré y nos va a entrenar. —Le miré seria, el viejo pervertido era Jiraya, uno de los sannin, ¿realmente iba a perder su tiempo enseñándonos? Pero entonces pensé, que si tenía tiempo para estar espiando señoritas tendría tiempo para hacerlo. —Aunque es un pervertido, estoy seguro de que me hará más fuerte.

—Ya veo ¿Y qué tal estuvo la primera sesión de entrenamiento? —Conteste sonriendo.

—Logre caminar sobre el agua, date prisa o te dejare atrás —dijo tratando de provocarme. — Pero, ayer me comento algo raro. —Le mire curiosa preguntándole a que se refería. —Bueno, es que me dijo que dentro de mí había dos chakras. ¿Tú crees, que tenga algo que ver con los espíritus que tenemos sellados en nuestros cuerpos? —Desde cuando Naruto se hacía preguntas tan complejas y hasta cierto punto con lógica. —Digo, ¿será posible, que ellos nos den ese poder?

—Dos chakras...— Naruto me miró expectante. —No lo sé, Naruto. Tal vez sea así.

—Bueno da igual, vendrás a entrenar ¿verdad?

—Sí, está bien, ¿dónde estarán? —Naruto estaba realmente emocionado.

—Mmm, pues me dijo que nos viéramos cerca del rio Naka. —Contestó. —¿Por qué, no vienes conmigo?

—Lo siento, tengo que hacer algunas visitas, pero te veré ahí. —Naruto asintió, me dijo que se reunirían al medio día, entonces que no habría problema, mientras él iría a comer a Ichiraku.

Entonces volví a encaminarme a mi destino, de camino me encontré con varios aldeanos, que me saludaron como lo había hecho Hiashi el otro día, estaba por llegar, toqué a la puerta y Kurenai me abrió, le salude, me invité a pasar, y me ofreció té, pero ese no era el motivo por el que fui con ella aquella mañana.

—Kurenai-sama, me preguntaba, el tío Asuma dice que es experta en kekkei-genkai, me preguntaba si, tendría algún libro o escritos sobre ellos.

—Creo que debo de tener algo ¿Por qué?

—Bueno lo que pasa es que, quisiera pedírselo prestado, tengo una conocida, con un peculiar poder ocular y estoy realmente interesada. — Le dije, estaba un poco seria aquella mañana, no sabía que pensar sobre el poder de Maki, me causaba intriga.

Kurenai sonrió. —¿Por qué no preguntarle a ella? —inquirió tomando de su té.

—No lo sé. —Pero Kurenai me observó, como si realmente creyera que si lo sabía y no quería decirle.

Hakiri (Naruto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora