8. La fiesta

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Ezra salió de casa después de desayunar, la noche está cayendo y no ha vuelto todavía

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Ezra salió de casa después de desayunar, la noche está cayendo y no ha vuelto todavía. Siento algo dentro de mi que me genera cierta inseguridad. No sé si es por la futura fiesta que va a traer Ezra a casa en un par de horas o Ezra en sí. 

Rosie me explicó que cuando Ezra celebra fiesta nosotros no debemos servirle. 

—Con que recojamos el desastre a la mañana siguiente es suficiente—dijo—Ni se te ocurra asomarte a la fiesta—me advirtió—Sus amigos no son buenas personas. Eres demasiado buena para ellos. Son lobos hambrientos esperando a que aparezca su primera víctima y no me gustaría que fueses tú—me gustaría haberle dicho que ya era tarde para eso pero solo sonreí y seguí con mis tareas.

—Nos vamos a descansar—dice Rosie—¿Está bien si te quedas aquí sola?

Rosie y su marido viven en una pequeña casa cerca de aquí. Van y vienen todos los días al trabajo. Soy la única que se queda en casa.

—Sí—asiento—No tardaré en irme a la cama.

—Si necesitas algo llámanos.

—No os preocupéis. Todo estará bien.

Me despido de ellos y me pongo los auriculares. Hemos cenado los tres en casa y me he ofrecido a limpiar la cocina para que ellos puedan irse antes. Yo no tengo a nadie que me espere esta noche y ellos pueden aprovechar ese tiempo juntos.

Mientras limpio la cocina recuerdo los momentos de anoche. Lo cuidadoso que fue Erza para crear un clima, aunque no funcionó, y lo cariñoso que fue después de eso. Todavía puedo sentir la yema de sus dedos recorriendo mi espalda y su leve respiración sobre mi cuello. Cierro los ojos y me transporto a ese momento donde sentí tanta paz que llegué a pensar que no era real pero unas manos en mis caderas me sacan de mis pensamientos y doy un salto asustada.

—Pero mira a quien tenemos aquí—escucho sobre la musica y me quito los auriculares. Mikel, el primo de Ezra, está sujetando mis caderas y sacudiéndome de un lado a otro—Pensaba que lo que dijo Ezra era una broma—alejo sus manos de mi y doy un paso hacia atrás. Hay ruido en el salón y entiendo que Ezra ha traspasado la fiesta a casa.

—Puedes ver que no—digo cruzándome de brazos. Estamos solos en la cocina y no me siento segura con él.

—¿Por qué no te unes a la fiesta?

—¿Por que soy una simple chica de la limpieza?—digo sarcásticamente.

—Podría hacer una excepción por esta chica de la limpieza—da un paso hacia mi y yo retrocedo.

—Te lo agradezco pero no. Buenas noches—intento salir de la cocina pero Mikel toma mi abrazo y me arrastra al salón junto a los demás.

—Suéltame, vas a meterme en problemas—le digo pero no parece importarle—Lo digo enserio Mikel, suéltame.

Qué nos queda después del verano [Libro #3 Saga Destinos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora