El viaje a casa de Noora y Grayson se me hizo corto, o quizás fue porque el vuelo en avión me pareció eterno. Una vez todos juntos, tomamos algo para desayunar e hicimos un poco de turismo cerca de la casa.
Cuando comenzó a caer la noche, todos estábamos cansados de tanto pasear. Milán es preciosa, pero el vuelo me dejó exhausta, y estaba deseando llegar a casa.
—Ya puedes ducharte —le digo a Ezra, que está medio dormido en el sofá.
Noora y Grayson usaron su baño privado, así que se dieron una ducha y se durmieron hace rato. Ava fue la primera en usar el baño compartido; se tomó una larga ducha y se quedó dormida en cuanto salió. Ezra me ofreció el segundo turno.
—Me muero de sueño —bosteza, volteándose hacia mí. Estoy envuelta en una diminuta toalla, con el pelo recogido en un moño desordenado y algunos mechones sueltos. Creo que me veo peor con el uniforme del trabajo, así que no me avergüenza que Ezra me vea así: sin maquillaje, con solo una toalla y el pelo hecho un desastre.
Ezra se acerca a mí con grandes zancadas y enreda su dedo índice en uno de los mechones sueltos.
—¿Dormirás conmigo esta noche? —murmura.
—No creo que sea el lugar idóneo. Si nos descubren…
—Si nos descubren, solo estaremos durmiendo. Puedo poner el despertador antes que Noora para que vuelvas a tu cama, tal y como ella lo organizó.
—¿Crees que podrás levantarte antes que Noora? Adoras dormir.
—Sí, puedo intentarlo. —Deja mi pelo y comienza a recorrer con sus dedos desde mi hombro hasta mi cuello, subiendo hasta mis labios.
—Está bien —suspiro—, pero si Ava se despierta mientras estoy en la habitación, no salgo.
—Trato hecho. —Ezra sonríe victorioso y entra al baño.
Entro a mi habitación y Ava está dormida. Me pongo el pijama y me acuesto junto a ella. No creo que sea una buena idea ir a dormir con Ezra. Justo cuando me estoy quedando dormida, se ilumina mi móvil.
Ezra: Pensaba q venías a dormir conmigo.
Sky: No creo q sea buena idea, nos pueden ver.
Ezra: No estaremos haciendo nada malo. Si no quieres dormir conmigo, simplemente dilo.
Me levanto de la cama, y Ava se mueve. Me paralizo por unos instantes, pero ella da media vuelta y sigue durmiendo. Salgo de la habitación y voy al salón junto a Ezra.
—Pensé que no vendrías —dice cuando me ve aparecer. Ezra está en un sofá cama.
—Yo tampoco.
Me acuesto junto a él. Ezra me atrae hacia su cuerpo y me rodea con su musculoso brazo. Su nariz se cuela entre mis mechones de pelo y empieza a olisquearme.
—Pareces un perrito olisqueando algo que le gusta.
—Soy un león olisqueando a su próxima presa.
—¿Es una amenaza?
—Solo una advertencia.
Doy media vuelta y quedamos frente a frente, nuestras narices rozándose. Toma mi pierna y la echa encima suya. Sus dedos recorren mi muslo, haciendo un camino de arriba a abajo. Mi mano sube hacia su mejilla y acaricio su rostro con la yema de mis dedos. Ezra cierra los ojos ante el contacto y suspira. Sus largas pestañas y su nariz recta lo hacen muy atractivo, junto con sus jugosos labios. Dejo un beso en su nariz y Ezra abre los ojos.
—Perdón —me disculpo, avergonzada. Fue un acto reflejo.
Ezra sonríe y deja besos por todo mi rostro. Una pequeña carcajada se escapa de mis labios, que él calla con un beso.
—Eras tú la que no quería que nos encontraran aquí —me recuerda Ezra.
—¿Te da igual que nos vean?
Ezra no contesta.
—Vamos a dormir. Mañana nos queda un largo día por delante.
Pasamos el día conociendo lugares. Nos montamos en un barco para visitar pequeñas islas, pero mi estómago se revuelve y acabo vomitando nada más bajar del barco. El regreso a Milán no fue tan horrible; al menos cuando llegué a casa, mi estómago ya estaba asentado.
—Si te encuentras mal, podemos quedarnos en casa —dice Noora. Quieren salir a tomar algo con Ayden, su amiga de aquí.
—Estoy bien —aseguro—. Mi estómago volvió a su sitio. Después de la ducha me siento mucho mejor. Si me encuentro mal en algún momento, puedo volver a casa sola.
—Si te encuentras mal, volvemos todos.
Noora nos presenta a Aylen, y nada más verla, noto que es una copia de Ava, pero americana. Físicamente no se parecen en nada, pero en personalidad son idénticas. Entiendo por qué es la mejor amiga de Noora aquí.
Estamos en el pub. Ezra y yo no hemos hablado en todo el día después de pasar la noche durmiendo juntos.
—Voy por una copa —digo a Noora y camino hacia la barra.
Detrás de mí veo a Ezra. Pienso que se quedará conmigo en la barra, pero veo salir a Ava y Ezra juntos del local, y una oleada de malestar se apodera de mí. ¿Están juntos de nuevo?
—¿Estás sola? —me pregunta un chico. Lleva la camiseta de la Universidad de Milán.
—No —niego—, estoy con ellos —señalo a Aylen, Noora y Grayson, que conversan animadamente.
—Es una pena. Pensaba invitarte a una copa.
—Si consigues que el camarero nos haga caso, todavía puedes hacerlo.
Converso con el chico en la barra, y veo que Ezra y Ava vuelven al local. Parecen más íntimos que cuando salieron. ¿Habrán vuelto? ¿Quería realmente Ezra algo conmigo, o fue solo porque Ava le dijo que no?
—¿Entonces qué?
—¿Perdona?
—Que si aceptas una cena mañana.
—¿Por qué no empezamos primero por un baile?
Arrastro al chico a la pista bajo la atenta mirada de todos. Nunca he sido de las que se animan a bailar, y mucho menos de las que invitan a un chico a algo, pero me siento tan mal que si vuelvo junto a ellos, me pondré a llorar. No sé en qué momento se me ocurrió que era buena idea tener algo con Ezra. Al final, solo soy una chica que pide que la quieran y recoge migajas de amor.
—Nos vamos a casa —interrumpe Noora.
—¿Ya?
—Sí, Aylen quiere volver.
—Lo de la cena...
—Estoy aquí con unos amigos. No creo que sea adecuado.
—¿Tienes novio? ¿Es el rubio?
—No, es un amigo.
—Los amigos no se miran así.
—¿Así cómo?
—Con deseo.
HOLA CARACOLAS.
¿QUÉ TAL ESTÁN? ESPERO QUE BIEN. OS DEJ9 ESTA SEMANA DOS CAPÍTULOS YA QUE LA SEMANA PASADA NO PUDE ACTUALIZAR.
🫶
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Qué nos queda después del verano [Libro #3 Saga Destinos]
Teen FictionPensaba que lo peor que me podría ocurrir en verano era trabajar para la familia de Ezra Dankworth. Me equivoqué. Lo que comenzó como un trabajo tedioso y lleno de tensiones con mi jefe, pronto se convirtió en una pesadilla. Las primeras semanas fue...