10. Una noche diferente

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Los dedos de Ezra se cuelan en mi pelo y acarician con la yema de sus dedos mi cuero cabelludo

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Los dedos de Ezra se cuelan en mi pelo y acarician con la yema de sus dedos mi cuero cabelludo. Mi cuerpo responde a su tacto de manera casi mágica. Siento cómo la rigidez de mis músculos comienza a desaparecer y el cansancio se apodera de todo mi ser. Cierro los ojos y centro mi atención en la respiración de Ezra. No sé cómo he acabado con mi cabeza en su regazo viendo una serie de Netflix en el salón de mi casa, pero en estos momentos me parece el mejor plan. Los párpados comienzan a pesar, pero resisto la tentación de dormirme. Quiero seguir sintiendo sus dedos sobre mí un rato más. Aunque no me guste admitirlo, hay algo en Ezra que me genera paz, a pesar de que todo a su alrededor parece estar en una guerra constante.

—Sky —murmura Ezra, pero no logro articular palabra—. Sky —Ezra zarandea mi cuerpo—. Despierta.

—No estoy dormida —murmuro todavía con los ojos cerrados.

—Tu madre está llamándote.

Me incorporo tan rápido como puedo y voy hacia su habitación. Mamá está sentada en la cama con la espalda contra el cabecero, la mano en su abdomen y sangre en la mano.

—Algo no va bien —murmura mamá—. Llama a Lexie. Ella sabe qué hacer.

Mamá sigue tosiendo y la sangre sigue saliendo de su boca. Siento cómo mis oídos comienzan a emitir un pitido sordo y todo a mi alrededor se distorsiona. Doy un paso hacia atrás y tropiezo contra la pared. Comienzo a marearme y mi cuerpo empieza a caer. Nunca pude ver la sangre y esto me está superando.

Mamá me habla, pero no logro entenderla. Quiero alcanzar el móvil y llamar a Lexie, pero no sé dónde se encuentra. No sé dónde estoy ni qué tengo que hacer.

—Todo está bien —susurran en mi oído y unos brazos me envuelven.

POV DE EZRA

Cuando salí esta noche de casa, lo último que esperaba era acabar en el hospital junto a Sky, su hermana Lexie y su madre. Sólo quería tomar un par de copas, pero el alcohol me traicionó y las ganas de saber de Sky surgieron en mí. Ver en el pub a Lexie y sus amigas pero no a ella me resultó decepcionante. Sé que Sky no es una chica fiestera, pero mi yo borracho estaba admitiendo que fue allí solo para verla a ella, así que cuando le mandé un mensaje y se negó a ir al pub, pregunté a uno de los amigos de Mike dónde vivía Lexie. Sabía que él y Lexie tenían algo por la forma en que se miraban y creí que sabría dónde vivía. No me equivoqué. Tenía la certeza de que Sky me daría con la puerta en las narices, así que no le di opción a ello. A pesar de que al principio se negó, no se resistió mucho a pasar la noche conmigo. Pero todo se complicó cuando su madre comenzó a llamarla desesperadamente. No quise irrumpir en la habitación de su madre, pero ella no dejaba de llamarla y no oía la voz de Sky, así que me asomé para ver a una Sky asustada mirando a su madre con pánico en los ojos. No dudé un segundo en llamar a una ambulancia y a Lexie.

—Gracias, Ezra —dice Lexie aceptando el café de máquina que traigo para ellas—. Puedes volver a casa. No es necesario que estés aquí.

Miro a Sky, que sigue sentada en la sala de espera con la mirada perdida.

—Ve —murmura Lexie.

Me acerco a Sky y me siento a su lado. Ella todavía sigue con sus manos unidas mirando sus pies. No ha dicho palabra alguna desde que hemos llegado al hospital. Sé que por su cabeza ahora están pasando sentimientos de culpabilidad, porque yo también he pasado por eso.

—Un café avellana para la chica de los ojos avellana —le ofrezco el café y Sky lo toma sin decir nada. Le da un pequeño sorbo al café y cierra los ojos—. Todo va a salir bien —murmuro. Sky me mira con lágrimas en los ojos. Un nudo comienza a formarse en la boca de mi estómago y un escalofrío recorre mi espina dorsal. Sé cómo se siente estar ahí. Sky apoya su cabeza en mi hombro y sigue bebiendo su café en pequeños sorbos hasta que aparece el médico.

—¿Familiares de Megan Morgane? —pregunta el doctor y las chicas se acercan a él. Me mantengo al margen tanto como puedo, a pesar de que quiero saber cómo se encuentra la madre de Sky.

Esta noche me está ayudando a entender facetas de su vida y su comportamiento.

Cuando el doctor se va, Lexie me mira antes de marcharse tras él y Sky camina de nuevo hacia mí.

—¿Todo bien? —pregunto.

—Sí. El médico dice que ha sido debido a las sesiones de quimioterapia de esta semana. Han sido duras. El tratamiento ha destruido sus plaquetas provocando que la sangre no coagule y se provocó el sangrado.

—Lo siento mucho, Sky. Si puedo ayudarte en algo... —dejo las palabras en el aire.

—No le cuentes a los chicos sobre la enfermedad de mi madre.

—Cuenta con ello. Respecto a casa, puedes pedirte unos días.

—Necesito ese dinero.

—Convenceré a mamá de que te pague esos días.

—Sabes que no funciona así.

—Sky...

—No —me interrumpe—. Venimos de situaciones completamente diferentes. Tú, con solo chasquear tus dedos, has tenido siempre lo que has querido y me parece bien. Es la forma en que ellos han decidido criarte, pero para mí jamás fue así. Tuve que trabajar duro desde antes de tener edad y ya no quieras saber sobre Lexie. Hemos luchado siempre las tres para salir adelante sin ayuda de nadie y hemos podido hasta ahora. No necesito tu caridad al igual que nunca he necesitado la de nadie. Te agradezco el ofrecimiento, pero por favor, haz como si esta noche no hubiera ocurrido y borra a mi familia de tu mente.

—No me conoces. Solo sabes lo que dicen de mí en el campus. No sabes de dónde vengo.

—¿Acaso mienten? —pregunta de manera desafiante.

—Sé lo que estás haciendo y no te va a funcionar.

—No estoy haciendo nada.

—Estás alejándome.

—Es que no quiero que estés aquí.

—No quieres que esté aquí, pero lo necesitas.

—Solo necesito que mamá esté bien y volver a casa.

—Está bien, pero quiero que sepas que estoy aquí si me necesitas.

Me marcho del hospital y vuelvo a casa en taxi con mil pensamientos en la cabeza. Vivencias y sentimientos del pasado que había estado gestionando vuelven a aparecer en mi mente y los síntomas de la temida ansiedad vuelven a aflorar en mí. Desbloqueo el móvil y envío el siguiente mensaje: "Siento taquicardias de nuevo y tengo pensamientos intrusivos. Necesito verla la próxima semana."

A pesar de que es una hora temprana en la mañana, no tardo en obtener respuesta.

Doctora Margaret: Hola Ezra. Nos vemos el martes a las 12 am. ¿Te viene bien?

HOLA.
ANTES QUE NADA QUIERO ACLARAR QUE LA INFORMACIÓN SOBRE EL SANGRADO FUE TOMADA DE UNA PÁGINA SOBRE SALUD POR LO QUE SI HAY ALGÚN ERROR PIDO PERDON DE ANTEMANO Y AGRADEZCO QUE ME LO COMUNIQUEN.
EN SEGUNDO LUGAR, SÍ, LA DOCTORA MARGARET ESTÁ EN TODOS LADOS. ADORO A ESA SEÑORA PORQUE MI RECUERDA A MI TERAPEUTA.
EN TERCER Y ÚLTIMO LUGAR, MUCHAS GRACIAS A TODAS POR LEER MIS HISTORIAS. NOS LEEMOS EN REDES SOCIALES.
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LES SIGO DE VUELTA ❤️

Qué nos queda después del verano [Libro #3 Saga Destinos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora