CAPITULO 02

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Llevo horas viendo hacia la nada, la luz que entra a este sitio es casi nula, intento pensar cosas positivas, inclusive trato de tocar y suavizar un poco mi tobillo, el mismo que está atado con el grillete a la cadena de la pared evitando alguna cicatriz fea en el futuro, aunque pensándolo bien eso no importa ya que dudo que salga viva de este lugar.

Cuando pienso en mi secuestro, recuerdo que estaba de viaje en algún estado del país con mi prometido, unas vacaciones antes de casarnos, solo nos quedaríamos un par de días para relajarnos un poco, en aquel lugar sentía que me observaba alguien un día antes, pero no encontraba de donde se provenía aquella intensa mirada, debí imaginarme, debí prevenirlo; al día siguiente mientras mi caminábamos en un parque protegido, bajo la luz del mediodía todo era hermoso todas las vistas que mostraba el lugar, es el último recuerdo que tengo del exterior eso y que también aparecieron de la nada dos hombres altos y musculosos, con ropa desgastada de caza, uno de ellos con el cabello castaño rojizo y el otro con el pelo castaño cenizo claro, con miradas penetrantes, mandíbulas cuadradas, hombros anchos, parecían unos malditos soldados, sus aspectos gritaban peligro.

Todo paso tan rápido, solo tengo momentos de mi secuestro; mi novio gritándome que corriera y golpeando a uno de ellos, sin embargo, el castaño rojizo ni siquiera se movió de su sitio, quedándome en shock por un momento el otro hombre aprovecho para ir por mí y tratar de someterme, gritando y moviéndome todo lo posible para dificultarle el trabajo, sin embargo todo fue en vano, sentí de un momento a otro a algo penetrar mi cuello y de inmediato me empecé a sentir mi cuerpo tan débil, intenté resistirme de aquello que me fue inyectado, tratando de relajar mi cuerpo y respiración para qué pensará que me había desmayado y me sorprendí que funciona. Cuando el hombre se relajó un poco el agarre sobre mí, aproveché para deslizarme y salir corriendo a toda velocidad hacia mi prometido que le está dando una golpiza el otro hombre, ciertamente no se si el siguiera vivo después de eso, los puños están llenos de sangre, por consecuente mi novio está con el rostro hinchado y lleno de sangre. Cuando siento que llegare con él con toda mi fuerza de voluntad, siento un bajón de energía mi vista se nubla y todo se oscurece, lo último que alcanzo a ver es como alguien me toma de nuevo y el hombre rojizo deja de golpearlo para mirarme con una sonrisa cínica.

Cuando despierto me encuentro en una habitación oscura, estoy fuertemente atada de brazos sobre mi espalda con una cuerda que pasa sobre mi pecho hasta mi estomago inmovilizando mi parte superior, un pedazo de trapo dentro de mi boca envuelto con cinta en mis labios evitando que hiciera algún grito de auxilio, en mis piernas están atadas hasta llegar a mis tobillos, siento que estoy desnuda, atada y sentada sobre una silla que parecer ser de madera.

Volteo hacia todos lados para tatar de detectar algo, pero la oscuridad no me deja distinguir nada, intento levantarme de la silla tras varios intentos de moverme me caigo de lado y un dolor intenso se apodera de mi cuerpo ya que caí como un costal, no puedo amortiguar el golpe con mis manos. Tras varios minutos me pongo boca abaja e intento levantarme de nuevo, me arrastro hasta topar con alguna pared y recargar mi espalda y así tener un mejor empuje hacia arriba y estar de pie, intentándolo cuidadosamente por fin estoy de pie. No encuentro otra manera de como caminar por lo que decido dar pequeños saltitos, pero teniendo mucho cuidado para que no me encuentre con alguna irregularidad en el suelo y caiga de nuevo. Cuando casi estoy por llegar al pie de lo que puedo suponer son las escaleras, la luz que entra en las ranuras de la puerta se ven brevemente apagadas cuando la puerta se abre repentinamente.

Cierro los ojos por inercia al recibir la luz del exterior directamente, me quede inmóvil en el umbral de la puerta puedo ver la silueta de los 2 hombres parados uno a lado del otro, mis ojos se ensanchan de sorpresa al ser descubierta en la movida, uno de ellos tiene en su mano derecha un bastón, o eso se veía que era, uno de los dos suelta un gruñido que parece que lo hiciera un animal, eso provoca que mi cuerpo se erice desde la nuca hasta la punta de mis pies, recorriendo una sensación de terror.

Uno de ellos avanzó primero hacia el interior y me toma por el estómago y me carga sobre su hombro para posteriormente tirarme sobre algo suave, al parecer esto es un colchón, siento un aturdimiento y escozor en mi mejilla izquierda tardando unos segundos en darme cuenta de que me acaba de abofetear. Se retira su cinturón de sus jeans de mezclilla y mis alarmas se encienden, trato de retroceder pero topa mi espalda con la pared, una vez retirados su cinturón lo dobla por la mirad y me empieza azotar con él por todo mi cuerpo, grito todo lo que puedo pero al tener mi boca tapada e insonorizada, no se escucha tan fuerte, sin embargo estoy gritando a todo pulmón; cuando se cansa de golpearme se detiene, mi cuerpo me duele demasiado y el otro hombre que hasta el momento solo había estado observando se acerca mientras el otro da unos pasos hacia atrás, procede tocarme con su bastón en la pierna derecha y siento una corriente eléctrica en la zona que toco, maldición son toques con electricidad.








Secuestrada por Hombres LobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora