Aquellos toques con electricidad hicieron que empezara a crear fobia a cualquier ruido similar de aquel bastón generaba cuando tocaba mi piel. No vi que tan mal estaba mi cuerpo por la poca luz, pero si sentía palpitar de dolor en cada sitio donde ese bastón toco. No sabía que era peor las quemaduras de mi piel o el dolor inmenso que tenía mi vagina, me violaron tan duramente los dos que tenía miedo de moverme, aunque sea un poco, todo me generaba demasiado dolor y el que estuviera aun amordazada en aquel sucio colchón no ayudaba mucho mi situación.
Lo que pareció ser el día siguiente, el pelirrojo entro solo para dejarme la comida y se fue, estaba decidida a no caer en sus manipulaciones ni condiciones, además no sabía si eso estaba envenenado o tenía algún tipo de droga así que me negué a comerlo, además mis manos aún estaban sobre mi espalda, ni de broma me comería como animal, antes mi dignidad como ser humano. Terrible error.
Nunca pude haber previsto para lo que vino después, paso un tiempo lo que parecieron un par de horas, para "recoger" la charola de la comida que me dejaron, cuando se percató que estaba intacto y que no había probado ni un bocado, procedió a empezar a patearme y gruñir con si de un perro se tratase. Me desmaye.
En ese momento entendí que debía comer lo que fuera sino recibiría golpes, después de eso mi charola de comida ya no estaba por lo que imagine seria mi castigo por ser mal agradecida, como si los golpes no hubieran sido suficientes.
Los días siguientes los dos hombres bajaban y me violaban, lo que me pude percatar o, mejor dicho, diferenciar uno de otro es que el pelirrojo era menos agresivo que el otro, sin embargo, eso no dejaba de lado que ambos eran crueles. Recibía golpes de ambos, pero había una diferencia abismal del pelirrojo que del pelo claro.
Lo primero, era que su complexión era menos tosca que el otro hombre, inclusive en sus facciones faciales, en sus hombros, en su cuerpo en general, su cuerpo aún era musculoso como si hiciera ejercicio todos los días. Lo segundo, percibía que era menos gruñón, menos temperamental en su carácter, claro que gruñía, sin embargo, era menos que el otro cuando estaba de mal humor o cuando me violaban. Lo último, a la hora que me violaba era menos agresivo, duro si, casi nunca me golpeaba, intentaba no lastimarme demasiado o hacerme sangrar o dejarme alguna marca permanente, en algunas ocasiones hasta podría jurar que me consolaba con pequeños actos que disimulaba tan bien que parecían imperceptibles.
El otro sujeto de pelo claro era violento, si lo pudiera definir, en una palabra, sería cruel o despiadado. En él se podía percibir que le encantaba y le excitaba saber que era quien me provocaba dolor, por él era que gritaba o me ahogaba por no emitir algún signo de dolor, eso le parecía gustarle inclusive aumentaba su fuerza para que emitiera algún sonido y así tener un pretexto para castigarme por mis quejidos. Nunca hubiera imaginado que sexualmente te pudieran torturar de una manera inhumana, tan feroz que pareciera que no hay un atisbo de humanidad en su ser.
Había días en las que me lastimaba tanto que sangraba por todas aquellas partes que el me penetraba, tanto mi vagina como en el recto, en mi boca podía sentir en ocasiones la irritación en mi garganta inclusive a veces intentaba emitir algún sonido y me era muy difícil, mi mandíbula, garganta, mis labios me dolían, comer era una tortura ya que me encontraba muy lastimada.
Pasaron días hasta que me desataron de las cuerdas que me encontraba amordazada desde mi secuestro. Ese fue el día en el que por fin podría comer con mis manos, ya que los días siguientes no me llevaban alimento por lo que a mi parecer ese castigo me beneficio mucho, no tenía idea de cómo amordazada podría hacer mis necesidades fisiológicas, aunque ya para entonces estaba demasiado débil, sin alimento, ni agua, debí perder mucho peso.
Los días consecuentes ya una vez reconocido mi espacio en el que me tenían encerrada, contaba con un colchón sucio y viejo, un retrete y también un grifo, tenía la oportunidad de hacer mis necesidades y como mínimo limpiar con agua mi cuerpo cada que viera conveniente. Cerca del grifo en el piso había una coladera, misma donde escurría el agua.
En cuanto pude sostener mi cuerpo me encamine hacia el grifo girando la llave para que el agua saliera y me limpie la sangre seca en mi cuerpo, donde tenía las quemaduras, mi cuerpo se estremecía y ardía cada que el agua pasaba por las zonas afectabas, todo me dolía pero aguantaba ya que ansiaba estar limpia, pasaron horas donde me sentía totalmente sucia, el agua no sacaba mi dolor, mi humillación que sentía por sentirme tan ultrajada por lo que había pasado reciente, en mi mente solo se repetía una palabra, debía huir, era urgente a este paso moriría y nadie sabría dónde estaba.
Sacudo mi cabeza al traer esos recuerdos en mi mente, desde entonces he estado sometida a violaciones y torturas interminables, en ocasiones no tengo energía ni para comer, estoy viva solo de milagro.
ESTÁS LEYENDO
Secuestrada por Hombres Lobos
WerewolfAquí no hay síndrome de Estocolmo, es una historia de una chica que es secuestrada por dos hombres lobos, usándola como su juguete sexual, con el tiempo ella va perdiendo toda esperanza de escapar y de seguir viviendo. Hasta que pasa algo inesperad...