Capítulo Nueve

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Tomó una taza y dejó que la cafetera le vertiera café. Una vez que aquel líquido caliente llenó el utensilio de cerámica, lo agarró pero antes de que pudiera tomar tranquilamente, una mano morena tomó su muñeca con cierta brusquedad, sorprendiéndolo.

Se sobresalta en su sitio, gira su rostro y mira con sus grandes ojos abiertos al mayor.

—D-Director —su corazón late a una velocidad tan rápida que siente estar a punto de tener algún ataque.

—¿Quién te lastimó? —cuestionó de pronto, con sus oscuros ojos filosos mirando directamente a los contrarios.

—¿Q-Qué...? —no entiende a qué se refiere hasta ver que le señaló con la mirada su mano.

Un moretón grande de un tono morado se encuentra del lado contrario a su palma. Le echó crema e incluso trató de ocultarlo con base, pero se sigue notando ligeramente.

—M-Me caí —reveló con temblor. Al notar que el agarre a su muñeca se suaviza, aprovechó la oportunidad para zafarse de las manos ajenas y retroceder.

Siente el corazón en la garganta a punto de salir. Sus manos temblorosas y su mente nublada del temor. Tiene miedo de que lo traten como Minji, que le hagan lo mismo que ella siempre hace. Pero Mingyu no es capaz...

—¿Te caíste? ¿De dónde?

—S-Solo me tropecé mientras cargaba a mi hijo, para que no se lastime, lo protegí —vaga solo un poco, no queriendo dar muchas explicaciones.

Esperó impaciente el regaño por su mentira, pero se sorprendió al ver la expresión relajada del mayor.

—Debes tener más cuidado —dicho esto tomó suavemente la mano ajena y le echo un vistazo al hematoma —¿Le pusiste alguna crema? ¿Te duele mucho? Si es así, tengo unas pastillas que pueden aliviar el dolor.

Wonwoo mira con perplejidad al mayor, sintiendo un extraño cosquilleo que empieza por donde el ajeno lo toma hasta expandirse por todo su cuerpo. Se ruboriza con su corazón latiendo apresurado.

Es extraño, pero se siente tan malditamente cómodo al contacto y nuevamente, de alguna manera, querido. Mingyu lo hace sentir como si mereciese ser amado, aún cuando no es así.

Las lágrimas se acumulan en sus ojos y antes de caer más profundo en aquellos raros sentimientos, cortó el contacto alejándose. —Si, ya lo hice. Muchas gracias por su consideración.

—No es nada, eres como parte de mi familia —soltó sin pensarlo mucho.

Jeon sintió una extraña electricidad salir de los destellantes ojos ajenos que lo miran sin despegar la vista. Sus mejillas se calientan aun más y baja la vista avergonzado. Se cierra a si mismo cruzándose de brazos, un tanto cohibido.

«¿Parte de su familia?

¿Qué es lo que hice para que me considere de esa manera?»

Ámame, al menos por un Instante - Meanie [Seventeen] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora