Capítulo Veintiuno

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—Por lo menos no veremos a esa perra —soltó un suspiro aliviado Jun luego de dar los primeros pasos dentro de la sala de estar.

—Es increíble, tuviste que pedir permiso al tribunal para que te dejarán entrar a tu propia casa —Minghao niega decepcionado.

—¿Pero qué encontraremos aquí? —Jeonghan se cruza de brazos mientras parece indeciso. Mira a su alrededor con un ceño fruncido.

—El abogado dijo que busquemos pruebas, tal vez consigamos algo —Mingyu recalcó —Y si no, al menos Wonwoo podrá tomar las cosas que se le quedaron.

—¿Piensas en alguna prueba? —el moreno se acercó al azabache.

Jeon lo mira por algunos segundos en silencio. Desvía la vista hacia el salón. Camina en círculos hasta que se detiene justo al lado de una pequeña mesa al lado del gran televisor, una que meses atrás tenía un jarrón de cerámica costoso. Ya no está, fue con el que recibió un golpe en la cabeza.

Mira el suelo y recuerda perfectamente los restos esparcidos en el suelo junto a la sangre fluyendo. Todo ha sido limpiado cuidadosamente como si nunca nada hubiese pasado y así es todo lo demás.

Negó con una opresión en el corazón.

«Es una costumbre ser tonto»

Mingyu lo miró desde su posición dándose cuenta de sus ojos tristes. Se acercó y pasó su brazo por encima de sus hombros dándole un apretón leve y suave.

—Esta bien si no conseguimos nada, al menos lo intentamos —animó. Y aún cuando el juicio vaya a favor de Minji, Kim tiene todo preparado para resolverlo y es su última carta que tiene oculta bajo la manga. No le gusta jugar sucio ni hacer alarde de su dinero y poder, pero si quiere puede ganar el juicio sobornando. Si la situación lo amerita, por Wonwoo es capaz de hacerlo y más. De igual forma, los jueces serían los que están haciendo el verdadero mal.

—Debe haber algo en este lugar que nos ayude —Jun como un completo detective profesional inició su ardua investigación buscando debajo de los muebles.

—¿Qué haces? —Minghao lo mira desde arriba con confusión.

—Como dicen, encontrarás cosas inesperadas en lugares inesperados —contestó obvio.

—Si tu dices —luego se gira hacia sus amigos y susurra —Se volvió loco, está delirando.

—Te escuche.

—Lo sé, lo hice a propósito.


Wonwoo se dirige a la habitación de su pequeño y decide guardar algunos juguetes en un bolso, son los que más el pequeño adora. Su esposa mandó a su hijo con suerte y con ropa.

Ámame, al menos por un Instante - Meanie [Seventeen] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora