1. ¿Otra vez?

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***

- ¿Perdón?- Kyle volvió en sus pisadas.
- Si, Kyle, tal y como lo escuchaste...- Menciono Jen agachada en el suelo, acomodando la última caja.
- No, no puedes-
- ¡HAS LO QUE TE DIGO!- Lo miro enfurecida- ¿POR QUÉ SIEMPRE TIENES QUE HACER LAS COSAS AUN MAS DIFICILES DE LO QUE YA SON, KYLE?.
- Ha, ¿Yo?- menciono Kyle para sí mismo- No bromees- agrego burlón- ¡AQUÍ LA UNICA QUE HACE TODO MAS DIFICIL ERES TÚ! – exploto- ¡NO DEJARE QUE NOS LLEVES CONTIGO!
- Hey... Kyle - irrumpí poniéndole la mano en el hombro a mi hermano- no... no pelees con ella...
Totalmente inesperado, Kyle se volvió hacia mí y me agarro por ambos hombros - ¿Qué estas haciendo Khanna?, vamos, ¡DESPIERTA!-me zarandeo- ¿¡QUE ES QUE NO VES QUE ESTA MUJER NOS ESTA ARRUINANDO LA VIDA!?
Observe sus ojos hechos lágrimas.
Como olvidarlos.
Jen se puso de pie, volteo bruscamente a Kyle y le zampo una cachetada que quizá hasta los vecinos habrían escuchado.
Tape mi boca.
Todo se puso en silencio... a él se le brotaba una vena en el cuello y ella, ella bajaba lentamente la mano con la que lo había golpeado.
-Lo... lo siento- añadió Jen temblando - no... no era...-
Kyle volvió la mirada, tenía ambos ojos como Platos
Platos blancos con fondo azul menta...
-No....- Decía en voz baja mientras con una sonrisa irónica y desesperada, negaba con la cabeza- ¡YO NO ME IRE CONTIGO!... que te quede claro mujer ¡NO LO HARE¡- Kyle se agarró la cabeza - ¡NO LO TRAICIONARE!... no como tu hiciste con él... ¡NO!- respiraba demasiado rápido.
Mire a mi hermano. Sabia que estaba entrando en un estado de pánico. Tenía que calmarlo pero... mis piernas no se movían...
¿Por qué no lo hacían?
Kyle reaccionando totalmente agresivo, empujo a Jen fuertemente hacia un lado haciéndola golpear el suelo seguido de abrir la puerta de la casa y salir por ella enseguida.
Sin dejarnos siquiera un segundo para detenerlo.
Allí tan rápido como un rayo, paso una camioneta negra y se lo llevó por delante...
Justo como lo hubiera hecho un niño pateando un muñeco de trapo.
-¡KYLEEEE!

***

-¡KYLEEEE!- Me levante de un salto respirando tan rápido como si hubiera corrido un maratón por toda la ciudad...

Observe mis manos en la oscuridad. Repare en como temblaban a mas no poder y como por mi rostro corrían lagrimas incontrolables. Sentía la necesidad de encender la luz de la habitación pero... no podía, no podía, mi pecho dolía, dolía tanto como siempre...

¿Otra vez?

No me era posible contar las innumerables veces que había soñado con exactamente lo mismo y últimamente la pesadilla era cada vez más y más lucida, como si enserio lo estuviera viviendo por segunda, tercera, cuarta, quinta o sexta vez, era como si la tierra me lo quisiera recordar apropósito, ¿Qué pasaba con el mundo? No lo entendía.

Por fin me fue posible moverme y encender la pequeña lampara cubierta de letras, que se encontraba justo al lado de mi cama.

Observe la habitación, estaba llena de cajas aun no desempacadas, todas selladas con cinta y esparcidas unas sobre las otras alrededor del espacio.

Era algo extraño. Sí lo pensaba de esta manera, era muy probable que esas pesadillas ocurrieran de acuerdo a la etapa actual de mi vida, me había acabado de mudar a los dormitorios de la Universidad y por consiguiente, el simple hecho de estar pasando por este tipo de situaciones tan similares, hacía que mi mente recordara cosas como esa.

Si, debe ser eso.

Ya habían pasado nueve años desde lo ocurrido y sin embargo, aún era doloroso tener recuerdos relacionados con él, aun si eran buenos o malos, siempre dolía y no solo era un dolor mental sino también físico. Mi psicólogo y mi doctor me habían explicado que aquella reacción dolorosa en el pecho era probablemente causa del impacto traumático que aquel momento causo en mí y que por la reacción de mi organismo al shock había a desarrollado aquellos dolores fuertes alrededor del tórax.

Siempre he creído que mi dolor no era un tormento en su totalidad, sino más bien... lo creía como una forma de recordarme a mí misma que no debía olvidar a Kyle, era mi hermano y aun si no estaba, no debía dejarlo ir, por eso... de alguna manera, me había acostumbrado a las punzadas fuertes y a tomar los medicamentos para calmarlo.

Desde que los medicamentos siempre estén cerca, no hay problema.

Me puse de pie, tome un calmante muscular acompañado de un poco de agua y me volví a enrollar en las cobijas para seguir durmiendo, después de todo, en la mañana, comenzaría mi primera semana de estudios.

{ }

La universidad era hermosa, grande, con jardines llenos de flores y zonas verdes, tenía desde un gimnasio hasta un campo de golf, desde una pequeña tienda hasta un gran restaurante, estaba en su totalidad, bien distribuida, además, mucha gente andaba en carritos de golf de aquí para allá- dicen ser muy económicos- y había personas de todos lados del mundo, desde asiáticos hasta latinos... era muy variada en todo sentido.

Observaba mi mapa disimuladamente buscando el auditorio principal -de todos los que había- aquel donde nos habían citado a todos los nuevos estudiantes para la charla del primer día. Esa que sirve para explicar cosas básicas y totalmente inservibles de la Universidad, aquellas que todo estudiante debe saber -pero que en realidad nadie escucha- como la historia de la universidad, sus orígenes, su fundador etc.

Todos esos datos irrelevantes, si bueno, esos.

Miraba mis alrededores y me preguntaba como era posible no marearse con tantos nombres que había para leer, además de esquivar al mismo tiempo a todos los estudiantes que iban o de afán o simplemente distraídos, como yo.

Finalmente tras una larga caminata, logre llegar a auditorio y sentarme en una de las últimas filas. Desde allí podía observar a los demás estudiantes que entraban y se dispersaban por los asientos tratando de evitar sentarse repentinamente al lado de alguien que no conocían, sin embargo, cuando se fue llenando aún más la sala, la opción de ser el-que-se-sienta-antes-para-no-sentársele-incómodamente-al-lado-a-alguien-que-no-conoces, se acababa.

Yo por mi parte miraba a todo aquel que pasaba o que se veía interesante. Era un lugar muy grande así que era fácil entretenerse con cosas tan simples como mirar. Repare en que con mucha causalidad me encontraba observando a grupos de amigos que muy probablemente o se conocían del instituto o se habían conocido en el dormitorio o que simplemente se encontraban allí, se agradaban los unos a los otros y comenzaban a hablarse.

Si, esa misma clase de personas increíblemente sociables con las que no me había encontrado aun, bueno, esas.

Cuando el auditorio finalmente se llenó, la charla dio inicio.

-Buenos días, afortunados nuevos estudiantes de "Lennan international college" estamos muy felices de darles la bienvenida a lo que será una importante etapa de sus vidas...

{ }

Al finalizar la larga y tediosa pero informativa charla, nos enviaron a recoger nuestros horarios al edificio principal de oficinas que al parecer quedaba al otro lado de la universidad.

Bueno... si estudiar en un lugar como este no me hace bajar unos kilitos, no sé qué lo hará.

¿Han oido hablar de un chico llamado Howl?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora