27. Silencio

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¿Alguna vez se han sentido tan confundidos que ni el mismo Confucio le haría justicia a su nombre? pues bien, nada mejor que aquella frase, describía mi estado mental en este momento.

El mundo me daba vueltas y vueltas , tantas, que aunque intentara distraerme con cualquier tipo de actividad, seguía mareándome en mis propios pensamientos.

Habían pasado ya aproximadamente dos semanas desde que me dieron de alta en el hospital y desde aquel día no había vuelto ni a ver ni a Demian... ni a Levi por ninguna parte.

Si, ahora lo recordaba todo de manera tan clara que a veces quisiera no hacerlo.

Tia Mandy se había puesto en contacto conmigo por lo menos diez veces en el transcurso de las dos semanas. Evidentemente la universidad le había avisado sobre mi estadía en el hospital y como era de saberse, ella había entrado en pánico. Sin embargo, no tomo medidas tan drásticas como las que hubiera esperado. Simplemente quería controlarme de manera más continua para saber que estaba bien.

Un poco exagerado, pero no tanto como pudiera haber sido.

Todo había vuelto a la "normalidad" o bueno.... todo parecía ser normal, más a mi parecer, no lo era.

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- Hey Khanna, ¿qué tan avanzada estas ya con el proyecto de guion que nos han pedido?- Maia caminaba junto a mí, revisando su carpeta llena de fotocopias, buscando una de las anotaciones que le había pedido mostrarme al salir de clase.

- Hmmm no mucho la verdad. quisiera haber hecho un poco más, pero mi cabeza no parece estar completamente de mi lado los últimos días- añadí.

-hmm - Note como Maia dejo repentinamente de pasar documentos y rotaba "disimuladamente" su mirada entre lo que sea que tuviera en la mano y yo.

- habla.

Maia sonrió tímidamente y me extendió un pequeño folleto que desplazó de su carpeta. - Malcom me lo ha entregado hace unos días. Me ha dicho que te lo hiciera llegar - Maia respiro hondo y comenzó a soltar palabras a toda velocidad -pero como habías estado volando en tus pensamientos, no sabía si era lo correcto, y después se me olvidó donde lo había puesto y después de buscarlo un rato y no encontrarlo, se me olvidó que lo estaba buscando y ahora lo encontré y te vi y-

- ¿Un festival? – interrumpí su pánico y vi cómo se le iluminaron los ojos.

-Siiii- dio un brinco - es solo este fin de semana. ¿Recuerdas que querían hacer una cosa de bienvenida, pero que como que se retrasó y como que al final no lo hicieron? Bueno, pues lo van a reemplazar con este pequeño evento cerca de su dormitorio- hizo una pausa y me miro- ¿vamos a ir?, di que sí.

Me encorve de hombros- no estoy muy segura de querer, pero... creo que no me vendría nada mal- sonreí.

- ¡Oh por dios!, ¡estupendo!- se animó como una niña chiquita- no puedo esperar. Ya me venía bien un cambio de ambiente.

- Ni me lo digas.- suspire entre risas

El día transcurrió normal. Asistí a clase, socialice con mis compañeros y escuche a Maia alterarse por el evento cada que alguien lo nombraba. Sin embargo, por más neutral y positiva que quisiera hacerme notar por los demás, mi mente estaba hecha un caos. Preguntas continuas sobre Demian y Levi no dejaban de aparecerse mágicamente una detrás de la otra, preguntas que ni yo misma entendía. Era como si hubiera dos yo viviendo en el mismo cuerpo. Una yo del pasado y una del presente.

...

- Hey chicos, creo que tengo que dejarlos aquí, acabo de recordar que tía Mandy requiere de una videollamada urgente en una hora y tengo que organizar mi desastre de habitación, -mentí- ya saben cómo es- me puse de pie, recogí mis cosas y las acomode en la mochila.

La verdad era que la cabeza no me estaba dejando en paz y sentía la necesidad de estar en silencio y caminar un rato para relajarme.

- Nos vemos entonces mañana, ¿cierto? - obviamente Maia quería cerciorarse de que no le fuera a quedar mal.

- Nos encontraremos en el primer piso de mi dormitorio alrededor de las 5 de la tarde- agrego Miles

- Si, si claro, a las cinco, perfecto- colgué mi mochila de un hombro - allí estaré. - sonreí y me despedí.

Ya se había oscurecido y el clima estaba a mi favor, completamente fresco, con cielo despejado y estrellado.
Decidí tomar el camino largo ya que no tenía prisa de llegar a casa y aproveche para pasar por entre las zonas verdes, que a esa hora estaban casi vacías.

Saque el celular del bolsillo y mire la hora. Marcaba las siete y media de la noche. Habíamos estado estudiando por aproximadamente cuatro horas y media, de las que por lo menos tres, le habíamos dedicado a todo menos el estudio.

Típico.

Tomándome completamente por sorpresa, el celular comenzó a vibrar mostrando en la pantalla un número desconocido. alenté el paso y dudando unas veces en contestar, oprimi el botón verde y puse el parlante en mi oreja.

-... - Espere unos segundos, pero nada. la llamada seguía en curso, sin embargo ninguno de los dos partidos decía una sola palabra. Escuchaba una respiración leve, lo cual me hacía entender que la llamada había entrado bien y que muy probablemente no era una equivocada...

Me detuve.

No se si había sido obra de mi subconsciente o de alguna otra parte no completamente consciente de mí, pero algo me dijo enseguida de donde provenía aquel silencio. Inmediatamente note como se comenzaba a formar un nudo en mi garganta.

El ambiente pareció oscurecerse y silenciarse aún más de lo que ya estaba. Parecíamos solo estar yo y aquella respiración tenue al otro lado de la línea.

-... ¿Levi?...

sentí como de repente lágrimas inesperadas comenzaban a correr por mi rostro.

-...

El silencio continuaba. Un silencio que me cercioraba cada vez más, de que era él, quien me estaba escuchando al otro lado del teléfono.

¿Han oido hablar de un chico llamado Howl?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora