29. Azul

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¿Cuánto tiempo había pasado desde la ultima vez que le había visto? ¿Una, dos, tres semanas?. El verlo allí parado frente a mi dormitorio, me revolvía de alguna manera el estómago. Me aliviaba y al mismo tiempo me confundía.

- ... Pero... ¿Cómo es que...- hice una pausa - ¿De dónde es que...- Fruncí el ceño, cerré los ojos y negué con la cabeza.

Si algo había aprendido del nuevo Demian en estas semanas de haberle re-conocido era que el hecho de desaparecer y reaparecer como si nada hubiese pasado, parecía algo así como su mala costumbre.

Una muuuuy mala costumbre, de verdad.

Suspire- Olvídalo - Volví a mirarle y enseguida repare en que su expresión había dado un giro de 360 grados.

Tenía el ceño fruncido y sus ojos iban dirigidos completamente hacia el suelo, parecían más grises de lo normal.

- Lo siento – Menciono en un tono casi inaudible.

Enseguida se agacho, poso la bolsa entre el marco de la puerta y mi zapato, y sonriendo casi sarcásticamente se recompuso y sin hacer contacto visual conmigo se dio media vuelta – Esta fresco, cómelo antes de que se enfríe. – Dio unos pasos y se detuvo- ah, por cierto – agrego posando su mano sobre el cuello y volviendo su mirada hacia mi - acostúmbrate a poner una pijama antes de ir dormir.- me dedico una sonrisa triste y siguió caminando.

Mire mi atuendo y la bolsa del desayuno por unos segundos. Una parte de mi seguía durmiendo y la otra no entendía nada de lo que estaba pasando, volví los ojos hacia el pasillo y repare en que Demian ya no estaba.

-¿Demian?- Volví varias veces la mirada sobre el pasillo y al no verlo allí, agarre las llaves del dormitorio y salí corriendo cerrando la puerta a mis espaldas.

Baje las escaleras a toda costa (no me había dado tiempo de esperar el ascensor) y me detuve justo después de salir del edificio.

Mire a todos lados esperando verlo, pero era inútil, Demian parecía haberse esfumado en el aire otra vez, casi como si en un principio nunca hubiera estado allí.

Me sentía frustrada. Quería llorar, quería verlo. ¿Por qué desaparecía de esa manera?¿Por que no esperaba unos segundos?¿Por que no me daba tiempo de reaccionar?... ¿Por qué?...

Suspire y mire el cielo.

Estaba azul. Tan azul que me entristecía verlo. Sonreí irónicamente.- quizá simplemente estoy volviéndome loca- baje la mirada, metí las manos en la chaqueta y me encamine al dormitorio... no podía dejar que el desayuno siguiera enfriándose.

¿Han oido hablar de un chico llamado Howl?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora