7. ¿Coincidencias?

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Tras despedirme de Maia me dirigí a mi dormitorio.
Hacia algo de frio y mi cuello se sentía desnudo.

Geeez~
Soy demasiado buena persona.

Mientras introducía la clave para entrar, un escalofrió me tomo por sorpresa recorriendo desde mis pantorrillas hasta quizá un poco más abajo de la oreja.
Como reflejo o cualquier cosa similar me detuve y sacudí la cabeza.

- Demonios, odio sentir tanto frio.- proseguí a completar la contraseña.
- ¿Ah sí?

Abrí los ojos de par en par y me volví rápidamente golpeando mi espalda con la puerta, no me esperaba la respuesta de absolutamente nadie.

De donde mierdas salió.

Apoyado del muro, estaba nada más ni nada menos que Demian Carter mirándome divertido.... justo como acostumbraba a hacer.

Suspire fuertemente con las manos en el pecho.

- ¡HEY!... -Lo fulmine repentinamente con la mirada- ¿¡ESTAS DEMENTE!? - Mi corazón latía a mil, no, quizá a mas de mil- ¿¡NO VES QUE CASI MUERO!? ¿¡COMO SE TE OCURRE HABLAR CUANDO NADIE ESPERA... ESPERA A ALGUIEN QUE... QUE HABLE, AH!? ¿¡AH!?- Me quede por unos segundos mirándole con el ceño completamente fruncido y enseguida me deslice hasta quedar en cuclillas apoyada sobre la puerta susurrando palabras no incluidas en el vocabulario de una persona decente.

Seguía completamente sorprendida, casi en shock.

La cosa era que... no recordaba haber visto a nadie ni por los alrededores del dormitorio, ni cuando subí las escaleras, ni tampoco cuando atravesé el pasillo para llegar allí, y que de repente, así de la nada, alguien hable a tus espaldas como si hubiera siempre estado allí...

Mierda, enserio que me había pegado un gran susto.

- Pffft.

Le lance otra rápida mirada llena de odio -¡¿QUE!?- escupí con rabia.
Demian se reía entre dientes, parecía completamente divertido con la escena.
Como raro.

Torcí los ojos, respire hondo y me puse de pie.
Le di una última mirada, seguido de volverme, introducir la clave, entrar y cerrar la puerta.

Me quede sosteniendo la manija con la intención de volver a abrirla, sin embargo la solté y suspire.
No es más que un idiota.
Al dar media vuelta termine de nuevo golpeando la espalda contra la puerta ¿se estaba volviendo una costumbre?
Tape mi boca con ambas manos y me quede tiesa como una estatua.

¿C-C-Como entro?
Él estaba allí de pie mirándome con esos ojos ultra grises y su boca parcialmente encorvada...
Qué demonios...

No sentía mis piernas, de hecho, no sentía ninguna parte de mi cuerpo...
¿Que estaba pasado? ¿Como era posible que una persona normal entrara de esa manera sin ser notado, aun cuando no le había quitado los ojos a la puerta?

- C-C-Como es q-que tu...- lo señale y enseguida señale la puerta.
Él enarco una ceja desviando la mirada de mi hacia ella.

Cuando parecía estar a punto de decir algo probablemente una excusa suspire como por tercera o cuarta vez esa noche - sabes- puse una mano indicándole que parara negando al mismo tiempo con la cabeza- no... no quiero saber- sostuve la frente con mis dedos y lo mire- déjalo así.

Camine pasándole por el lado y tome un vaso de agua.
Él miraba sorprendentemente interesando el dormitorio; observaba el techo y sus alrededores como si no se... hubiera entrado a Narnia o algo parecido.
¿Qué tan raro puede llegar a ser este chico?
Pase la mano por detrás de mi cuello y cerré los ojos.

- Tu dormitorio...-aclaro la garganta- es muy interesante.
- bueno... gracias- enarque una ceja- creo.

Lo mire.
¿Por qué era tan extraño? A veces parecía tan frio como una piedra, otras... simplemente tan... tan agradable, sin embargo no podía evitar reparar en lo ocurrido minutos antes, eso había sido aún más raro, en sí, Demian.... tal y como las personas lo denotaban, era algo distinto a todos.

Tal vez por eso le habrán puesto un apodo tan único como lo es "Howl"
¿O no?

Estaba tan sumida en mis pensamientos y en el vaso de agua sobre el mesón, que no me di cuenta en qué momento se acercó Demian a mí. No era ningún acercamiento que violara espacio personal, no obstante estaba mucho más cerca de lo que esperaba.

-¿Q-que ocurre?
Me tiro algo sobre la cara, espere a que cayera instantáneamente sobre mi mano...
Era la bufanda.
Oh.

Se sentó en el pequeño sofá y apoyo su barbilla sobre la mano.
- Así que... sí me acosaste hoy, pensé que solo había sido un molesto sueño- añadió completamente serio sin quitarme la mirada de encima.
- ¿Ah?-mencione antes de acordarme sintiendo como mis cachetes se tornaban rojos.-ahh... sí, sobre eso... lo siento- cogí inconscientemente mi oreja- estaba algo distraída del mundo, enserio... lamento lo... lo ocurrido.

¿Por qué le abre dejado mi bufanda, ah?
Si no me hubiera molestado en dejársela, no habría él reparado jamás en que aquello super vergonzoso había ocurrido.
Demonios, yo y mi buen alma.

-Hmm... -Se quedo en silencio y enseguida se estiro.- bien, al menos que haya ocurrido lo hace más interesante que el que haya sido solo un molesto sueño - sonrió algo malicioso.

¿Ah?

Lo mire y me di cuenta que se había quedado viendo hacia mi "habitación" -Que en realidad la había diferenciado de la otra parte del dormitorio, con un separador al estilo asiático, muy bonito por cierto.

Su expresión había cambiado totalmente, se veía algo... algo ¿preocupado?, pero ¿Por qué?
- ¿Te ocurre algo?- pregunte sin tener realmente la intención de hacerlo.
Ups.

Demian se volvió a mirarme. Su mirada en ese momento me recordó a cuando sostuvo mi brazo bruscamente horas atrás en el jardín.
Trague saliva.
-Khanna
-¿Si?- dije casi como si un sargento estuviera frente a mí y hubiera dicho mi nombre para llamarme la atención.

Suspiro y se puso de pie.
Rasco con el dedo índice su frente y se dirigió a la puerta.
-Hey, las personas no dicen el nombre de las demás de esa forma para al final no decir nada- lo seguí.
Demian se detuvo en seco antes de abrir la puerta.
-Tomate bien los medicamentos.-me miro por encima de su hombro.

¿Que?

- ¿Como sabes de mis medicamentos?... no recuerdo haberlos mencionado...
Demian señalo hacia la habitación donde justamente estaba la botellita blanca, sí, eso tiene algo de sentido.
-Ohh, claro... me los tomare- no podía evitar fruncir el ceño, seguía pareciéndome... raro.

Demian abrió la puerta y en ese momento sentí de nuevo su aroma tan fuerte y claro como esa vez en el salón...

O quizá... de alguna vez... antes.

Abrí los ojos y mire hacia varios lados tratando de analizar por qué lo sentía tan familiar.

¿Por qué?
¿Porque sigo sin poder recordarlo?

Inconscientemente agarre la chaqueta de Demian haciendo que se volviera a mirarme algo sorprendido.
- ¿Ocurre algo?
- Demian...
- ¿Si?

Lo mire a los ojos.
-De casualidad... ¿Nos hemos visto antes de entrar a la Universidad?

Enseguida repare en cómo sus dos hermosas y perfectas cejas se enarcaban levemente sobre sus ojos.

¿Han oido hablar de un chico llamado Howl?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora