28. ¿Cambios de ánimo?

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Llegue a mi habitación y cerrando la puerta a mis espaldas camine entre la penumbra y me tire sobre la cama.

Cerré los ojos y me deje cubrir completamente por el silencio y la oscuridad que me rodeaban.

Justo después de que la llamada había sido cortada abruptamente, una tristeza inmensa había invadido mi cuerpo y no lo había dejado todavía. Sentía una soledad inmensa y un peso que deseaba a toda costa quitarme de encima.

Cubrí mi cabeza con una almohada e ignorando el hecho de que aun tenía la chaqueta y la ropa de calle puesta, me hundí en un profundo y triste sueño.


***

Allí estaba de nuevo, parada en un lugar oscuro, vació, donde solo estaba yo y nadie más.

Ya había estado allí, si, lo recordaba. Era Exactamente el mismo lugar donde había visto a aquel niño de ojos grises por última vez, aquel lugar deprimente y solitario.

Observaba mis alrededores, esperando desde lo más profundo de mi ser que alguien viniera a rescatarme, a sacarme de allí.

Me sentía dejada atrás, abrumada, con miedo. Quería hablar, gritar, pero aunque lo intentara, ni yo misma era capaz de escuchar mi propia voz.

¿Por qué?

Intente correr, pero mis piernas no respondían, se sentían pesadas, atadas al suelo. Estaba estancada en ese lugar irreconocible, oscuro.

Cerré los ojos y opte por calmarme o por lo menos por intentar hacerlo. Ahí fue cuando escuche una voz.

abrí los ojos inmediatamente para cerciorarme de lo que había escuchado, esperando ver a alguien, pero para mí desgracia no había nada ni nadie, todo seguía oscuro.

- Khanna...

Otra vez, allí estaba aquella voz.

¿Quien? ¿Donde?

¿Por qué? ¿Por qué no veía a nadie? Sentía como mi corazón quería salirse, como una piedra se formaba en mi garganta, como mis ojos se llenaban de lágrimas de desesperación.

Recorría lo que estaba a mi alcance visual, cincuenta mil veces si era necesario. Pero seguía sin ver nada.

De repente mis ojos se encontraron algo. Estaba a lo lejos y se posaba sobre lo que mi subconsciente me decía que era el suelo... era una silueta. ¿Era de allí de donde provenía esa voz?

Mire mi cuerpo e intente moverme. Esta vez, para mi sorpresa, se movió.

Camine hacia aquella silueta, no reconocía absolutamente nada de ella, pero ahí estaba y era lo único que había allí, lo único que podía ver, el único lugar al que podía ir.

Acelere mi paso, pero la silueta parecía alejarse, el lugar parecía hacerse cada vez más largo, aquel punto parecía desvanecerse.

No...

Comencé a correr hacia ella, quería evitar a toda costa que desapareciera, que me volviera a dejar sola en aquel lugar.

Espera...

Corrí más rápido, pero parecía no servir de nada. Se alejaba con cada paso que daba y de esa misma manera mi desesperación subía.

Un sonido que no distinguía empezó a hacerse más y más fuerte con los pasos que daba, más y más estremecedor. Ya no podía detenerme, quería seguir corriendo.

El sonido comenzó a subir más y más... La silueta comenzó a detenerse, poco a poco la alcanzaba, casi la podía tocar.

Era él, era ese niño, lo reconocí ¿Qué hacía ahí?

Inconscientemente fui bajándole al paso. El niño me miraba fijamente con aquellos ojos grises que parecían escanear mi alma.

Me dedico una sonrisa cálida.

De repente, todo desapareció.

Yo, él, todo se desvaneció en el espacio.

***


Me levante de un salto e instantáneamente repare en que alguien tocaba a mi puerta. 

Completamente desubicada y con el corazón a mil me senté sobre la cama y caí en cuenta de que aun llevaba la ropa de ayer y que estaba sudando a mas no poder.

Mire el reloj sobre la mesa, marcaba las 10 de la mañana.

¿Cuándo me quede dormida?

Los golpes en la puerta no paraban.

Me puse de pie e ignorando completamente el estado en el que me encontraba, me acerque a la puerta y la abrí.

- Wuou- exclamo.

Sin aun haber soltado la perilla de la puerta sentí como todo mi ser caía en un instante junto a la manga izquierda de la chaqueta, que aun llevaba puesta y que para hacerlo todo aún más innecesariamente dramático, se deslizo al mismo tiempo de mi hombro.

- ...¿Demian?...- Logre formular.

- Hey- sonrío- ¿Puedo pasar?- hizo una pausa - traje desayuno- Levanto su mano y mostró una bolsa de papel que desprendía un olor delicioso a pan caliente. - Esta fresco- Levanto ambas cejas y sonrió juguetón.

....

¿Eh?

....

¿Han oido hablar de un chico llamado Howl?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora