3. ¿Percibiendo esencias del mas allá?

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Me tire sobre la cama.
Eran aproximadamente las diez de la noche de un lunes y yo apenas había terminado de desempacar.

Debo admitir que mientras vaciaba las cajas, me daba cuenta de a lo que tía Mandy se refería al decirme que guardar tantas cosas irrelevantes harían en algún momento de mi vida un estorbo muy grande, y si, lo había rectificado. Había estado quizá más de cinco horas desempacando y organizando la ropa, los cuadernos, los afiches, mi pequeña biblioteca, armando el estante para ubicar los guiones analizados, revisando mi escritorio, ordenando los peluches, acomodando los retratos en su estante y los cuadros en las paredes, todo eso y más me había tomado gran parte del día, estaba agotada, tanto como para tomarme un baño caliente y dormir el resto de la semana.

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Sali de la ducha y enseguida escuche el timbre de mi celular.
Mientras me secaba el pelo con una toalla, tome el dispositivo con la otra y conteste.
-Si, ¿hola?
- Khanna querida, ¿cómo has estado?
-Oh, hola tía- como no reconocer el peculiar tono aterciopelado de la voz de tía Mandy, era imposible.
-¿Que tal todo? ¿Ya hiciste amistades? O quizá... ¿un novio?

¿Enserio?

-No tía, no he hecho amistades y mucho menos un novio- me senté sobre la cama y comencé a jugar con un hilito suelto de la pijama.
-¿Ah no?-sonó increíblemente sorprendida- pensé que ya te habías acomodado del todo...
-Bueno, realmente hasta hoy desempaque y organice el contenido de las cajas y maletas, así que no he tenido mucho tiempo para ese otro tipo de cosas.

Además, ni siquiera hemos comenzado clase en forma, de quien me haría amigo, ¿del televisor?...
Ni siquiera tengo uno...

-Hmmm Khanna...
-¿Si tía?
-¿Te has estado tomando bien tus medicamentos?
-Si...-hice una pausa- aunque sabes... últimamente...-me detuve.

Por un lado sentí que no era buena idea comentarle nada sobre las pesadillas y eso. Mandy era una persona un poco paranoica con ese tipo de cosas y estaba casi segura de que si le decía al respecto terminaría recogiéndome de la universidad para llevarme otra vez donde Marco, mi psicólogo... y no es que Marco fuera una mala persona, de hecho puedo decir que es completamente lo opuesto, sin embargo, ir tantas veces a ese lugar... simplemente no era algo de lo que me podría sentir... bien.

-¿Hola? Khanna, ¿estas ahí?... ¿qué me ibas a decir?
-Ah, tía, si, no, no es nada, no te preocupes- sonreí aun sabiendo que estaba hablando por el celular.
-Hmmm ¿segura?
-Totalmente- hice una pausa antes de continuar- tía, te parece si hablamos luego, es que acabo de ducharme y ya está un poco tarde...
-Claro, hablamos después cariño, que duermas.
-Lo mismo, saludes.

Al escuchar el ultimo biip oprimí la tecla de colgar y lance lejos el celular calculando que no se fuera a dañar con el golpe.

Estaba haciendo un poco de frio, tenía la calefacción encendida y me acababa de dar un baño, sin embargo no podía evitar sentir una sensación de helaje recorriendo mi cuerpo, era extraña, sin embargo de alguna manera me estaba arrullando, por esto mismo no fue sino solo acomodarme entre las cobijas para quedarme dormida.

...

Todo en esa noche iba perfecto, estaba durmiendo como un bebé, no obstante... de la nada, un fragmento de recuerdo interrumpió la tranquilidad, esta vez, me despertó enseguida. No era nada parecido a lo que había estado soñando los últimos días, de hecho... era algo.. más bien peor. Era una imagen que no recordaba jamás haber visto pero que sin embargo en el momento de reparar en ella, se quedó allí, y permaneció de manera tan lucida en mi memoria , que parecía como casi como si me la hubieran mostrado recién en un cuadro.

Repentinamente...

Una punzada, luego dos, tres quizá cuatro y en aumento, me tomaron por sorpresa haciéndome retorcer de dolor; cruce los brazos alrededor de mi torso y me apoye sobre la cama... podría afirmar que nunca me habían dolido tanto como en ese momento.

¿Qué ocurre conmigo?

- Don..de, do...donde los deje- observaba con mucho esfuerzo en la oscuridad de mi cuarto.-demonios- comenzaba a sudar frio.

Piensa Khanna, piensa.
¿Que esta pasándome?

Apreté de nuevo los brazos contra mi pecho e intente moverme, no obstante lo único que logre fue que el dolor aumentara y que varias lagrimas involuntarias se deslizaran por mis mejillas. Sentía como hasta la más simple acción de tragar saliva me dolía, ¿estaba volviéndome loca? Tenía que encontrar los medicamentos, de lo contrario era muy probable que se pusiera peor.

Sentía la necesidad de gritar, por lo menos, de producir algún sonido que liberase un poco la tensión que tenía ahora, sin embargo cuando intentaba hacer algún ruido, lo único que me producía era náuseas y lágrimas...

Si, quizás estaba al punto de enloquecer.

Respira Khanna, respira.

Intentaba pensar en alguna solución pero, el dolor y el pánico ya me estaban atacando, y es casi imposible pensar razonablemente cuando eso ocurre. Decidí entonces volver a probar moverme, sin embargo cuando volví la mirada hacia un lado, repare en que todo me daba vueltas... ¿iba a colapsar? me comenzaba a doler la cabeza y los dolores del pecho aumentaban volviéndose cada vez más agudos.

¿Enserio, Khanna? No pudiste haber encontrado un mejor momento que este, para haber dejado los medicamentos en quien sabe que maldito lugar.

Demonios.

Tras varios esfuerzos por fin fui capaz de darme una vuelta y caer sobre el suelo.

Al menos mi cama no era tan alta como para haber muerto por la caída.

Era inútil.

Me quede mirando el techo. Desde mi llegada lo había visto siempre blanco, tan pulcro y sin imperfecciones... sin embargo justo en ese momento, no sabía distinguir entre su blanco y la penumbra de la habitación.
Todo se había comenzado a poner tan silencioso... y tan pesado...

De repente sentí un aroma dulce...

Era dulce, no como el chocolate ni como el helado, sino más bien era algo así como un olor agradable, pero... ¿de dónde venía? ¿había enloquecido ya?

Quizá estaba alucinando.
¿acaso tenía hambre?...
No.

Instantáneamente seguí el olor con mis ojos y para mi sorpresa allí en el cuarto justo frente a mí, a una distancia de un metro aproximadamente, pegado a la pared... había alguien o más que alguien, parecía más bien una sombra... seguramente la yo en mis seis sentidos hubiera gritado como un bebe y enseguida encendido la luz para después no poder dormir, pero... la yo en un estado casi inconsciente... no pensaba en nada, solo en ese amable y delicioso aroma...

¿Qué fragancia tan extraña es esta?

Quería saber, quería enserio saber que era lo que olía de esa manera, jamás había percibido algo tan atractivo como ese olor, pero... justo antes de poder decir algo... fui perdiendo el conocimiento, las fuerzas... todo.
Lo último que vi antes de ser absorbida por la penetrante oscuridad.... fue a esa sombra acercándose a mi lentamente... como si fuera ella la que me tuviera miedo a mí.

Irónico ¿no?

¿Han oido hablar de un chico llamado Howl?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora