34. Tulipanes rosados

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...

- Demian- irrumpí en el silencio mientras caminábamos- ¿Esta bien si hacemos una parada antes de ir a casa?- metí ambas manos en los bolsillos y mire el oscuro cielo.

Demian levanto ambas cejas y se encorvo de hombros- la madrugada todavía es joven- pico un ojo.

No sentía sueño, de hecho todo lo contrario, el cansancio y peso que había habitado mi cuerpo hasta hace unos minutos parecía haber desaparecido por completo. Era como si el aire fresco de la mañana me hubiera despertado de repente de un agitado sueño.

A esa hora, ignorando a los pocos humanos que cada cierto tiempo aparecían de la nada en dirección a lo que probablemente eran sus dormitorios, parecía como si en el Campus solo estuviéramos nosotros dos. Era un sentimiento extraño, pero de alguna manera agradable.

Había un lugar al que había querido ir hacia un rato y obviamente que mejor hora de hacerlo que después de una fiesta, sin haber dormido y a la madrugada de un día relativamente frio.

Si, ¿Por qué no?

- Para serte sincero, cuando dijiste parada, me imaginaba ir a comer o algo- sonrió- no me esperaba llegar acá- añadió Demian levemente burlón.

- Ya sabes, no es algo que se hace todos los días a las cuatro de la madrugada- dije encorvándome de hombros y adentrándome en el inmenso jardín.

- hmmm yo no estaría muy seguro de eso- dijo Demian caminando a mis espaldas.

El lugar se encontraba en su mayoría cubierto por la penumbra. Las luces de la universidad apenas y alcanzaban a alumbrar una pequeña parte de él, sin embargo se podía decir que las estrellas y la luna en ese momento, eran más que suficientes.

Ya en el centro del jardín, me detuve y volví la mirada hacia Demian.

Era un hecho, algo en ese jardín parecía cambiarle por completo el aura a ese chico. Allí de pie, él parecía alguien completamente diferente a lo que acostumbraba. Era como si al entrar en este jardín todo su ser se apagara y se sumiera inmediatamente en la brisa y las hojas de los árboles, volviéndose uno con el entorno.

Me senté en el pasto y recogí las rodillas cerrando los ojos y al mismo tiempo dejándome llevar por el sonido del viento.

- Entiendo perfectamente porqué este lugar es tu spot favorito- agregue finalmente después de unos largos minutos de silencio- es realmente agradable. – volví la mirada hacia él.

Demian se había recostado sobre el pasto a unos metros míos. No decía nada, sin embargo, su silencio no era ni pesado ni mucho menos incómodo. Era mas bien, relajante, abrazador, casi como si estuviera asintiendo, pero sin decir una sola palabra.

Bastante agradable.

- He visto a Levi hoy- añadí sabiendo que su nombre probablemente tensaría un poco el ambiente- estaba en la fiesta.- mire al vacío- algo en él era diferente, sus ojos parecían tener brillo... parecía estar evitándome- Fruncí el ceño.

- ¿Sabes? – continúe- creo que aún no me acostumbro a llevar esta otra parte de mi adentro- negué con la cabeza y suspire- aquella que de repente recuerda cosas que parecen pertenecerle a alguien más... a otra Khanna- jugué con el césped al lado de mi tobillo- es demasiado confuso.

Suspire.

Si había una persona que iba a entender como me sentía, era él.

Me volví hacia Demian y observe como sus ojos grises se posaban directamente en el cielo. Allí, como si hubieran prendido una bombilla, recordé algo de lo que había querido hablar con él hacia un par de días.

- Sin embargo- continúe- no todo es confuso- sonreí levemente y le observe.

Demian se volvió hacia mí y enarco una ceja.

- Es algo que quería comentarte desde hace un rato pero no había tenido la oportunidad- volví la mirada hacia el frente y respire hondo- Aquel día... cuando me levante del coma y Tia Mandy llego prácticamente corriendo al hospital en pijama, lo primero que vi al despertar, fueron unos tulipanes rosados- sonreí instantáneamente con el recuerdo- Tia Mandy procuro ignorarlos y evadir su procedencia- reí- muy cómico, ya que ella no es nada buena en eso.

No, definitivamente no lo es.

- Unos días después, cuando me dieron de alta- continúe- la enfermera que estuvo a cargo de mí, me dijo unas palabras que quedaron en mi cabeza esperando poder algún día agarrar del hilo que las ordenara en mi memoria- hice una pausa y apreté las rodillas contra mi pecho.

" Khanna, probablemente no debería estarte diciendo esto a espaldas de tu tía, pero... enserio siento que debes saberlo"

"...Veras, antes de que despertaras, hubo un chico... uno alto y de cabello negro, que estuvo visitando tu habitación con bastante regularidad..."

Sonreí,

" Se sentaba horas allí, al lado de tu camilla, te contaba historias y hablaba contigo hasta que acabaran las horas de visita"

"Siempre traía consigo esos hermosos tulipanes rosados y venia con el mejor de los ánimos posible"

"Un chico realmente agradable debo decir y aunque entiendo perfectamente la posición de tu familia, creo que es algo que debes saber y enserio espero de todo corazón que vuelvas a verle algún día"

Mire al cielo- No te voy a mentir, después de escuchar aquello quede mucho más confundida de lo que ya estaba, sin embargo, siempre le estuve muy agradecida a aquella enfermera por habérmelo dicho

Negué con la cabeza.

- Más que a la enfermara, al chico por haber estado allí para mí cuando más lo necesitaba y aunque no lo recordaba en lo absoluto, una parte de mi se sentía realmente aliviada de saber que estuvo allí apoyándome todo ese tiempo - me subí la bufanda hasta la nariz y recosté mi mejilla sobre la rodilla cerrando los ojos.

Una parte de mí siempre se había acordado de Demian. Quizá no había sido del todo consciente, pero su presencia si me había llamado inconscientemente desde el comienzo.

Desde el momento en el que le había visto entrar al salón aquel Dia en la universidad, sabía que había algo más ahí de lo que veía a simple vista y ahora, después de haber recuperado la memoria, de la manera en la que lo hice, no podía negar el hecho de que el tenerle allí, ahora, conmigo, me hacía sentir realmente agradecida con la vida.

Al abrir los ojos, me encontré de sorpresa con una expresión de Demian que nunca había visto.

Su mano levemente apoyada sobre el rostro, cubriéndole de la nariz para abajo, cejas levantadas, ojos mirando hacia el suelo y mejillas levemente sonrojadas.

- Esto sí que no me lo esperaba- añadió pasándose finalmente la mano por el cabello.

Sonreí achinando los ojos.

¿Quién se lo hubiera imaginado?

Al parecer el tan misterioso Howl también tiene este tipo de expresiones...

¿Han oido hablar de un chico llamado Howl?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora