16. ¿Gato negro?

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Tras un largo y extraño martes, regrese al dormitorio.

Hacia solamente una semana que la inducción había llegado a su fin y las clases habían comenzado. Sin embargo para mí, eso parecía ya ser suficiente.

Mi cerebro necesitaba urgentemente descansar de tantas... novedades.

No había hecho nada mas que estar todo el día pensando en el encuentro con el extraño chico cuyo aspecto era quizá poco más extraordinario que el de Demian -Cosa que la verdad no me hacía falta- y había evitado por completo concentrarme en lo que normalmente debería.

En lo que al innombrable se refería, es decir, Demian, No había vuelto a escuchar de él desde aquel pequeño encuentro repentino del Sábado. A decir verdad lo había visto una o dos veces rondando por la universidad, pero por más que nuestros horarios eran prácticamente el mismo, no nos habíamos cruzado ni por un segundo.

...

Abrí la puerta principal del dormitorio y subí las escaleras. Debido a las nubes, el mal clima y el anochecimiento aun prematuro del invierno, parecían las seis y media de la tarde y las escaleras bajo techo del dormitorio, cuya luz blanca ya estaba encendía, hacia creer que era quizá un poco más tarde.

Mientras caminaba por el pasillo descolgué el bolso de uno de mis hombros e inserte mi mano dentro de este, con la intención de encontrar el llavero de oso del que colgaban las llave de mi habitación. Al mismo tiempo en el que las encontré y saqué de la maleta, un papel blanco cayó al suelo, obligándome a detenerme, observarlo y recogerlo.

Normalmente los papeles blancos, sueltos, que rondaban en mi mochila, los arrugaba y los botaba sin mirarlos dos veces, pero este, por alguna razón- quizá la fuerza del universo- me detuve a analizarlo, evitando tirarlo al instante.

Deje la mochila en el suelo y enarcando una ceja desenvolví el pequeño papel que parecía haber sido doblado con extremo cuidado y precisión, o quizá solo con mucho talento innato. Poco a poco me fui encontrando con la cara de un gato negro de ojos amarillos.
Era un dibujo increíblemente detallado, muy hermoso, pero de alguna manera, inquietante.

De repente el flashback de unos ojos grises cruzaron por mi mente como un rayo y un escalofrío recorrió mi cuerpo.

Deje caer el dibujo de mis manos.
Parecía como si el tiempo se hubiera detenido.

Justo frente a mis ojos, de un momento a otro, sin que yo siquiera pudiese haberlo percatado, estaba él allí.

Ambas manos en los bolsillos.
Cabello negro.
Ojos grises.

-Howl- Pensé.

¿Han oido hablar de un chico llamado Howl?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora