23. Visitas

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La habitación estaba inundada por un silencio abrumador.

Con manos llenas de sudor frío aun sostenía la foto. Aquella foto que al parecer cargaba más historia de lo que aparentaba. ¿Enserio era buena idea que Demian me revelara aquello que tía Mandy había evitado decir los últimos cuatro años?... No estaba segura de querer saberlo...quizá... quizá tenía miedo de enterarme... o quizá simplemente una parte de mí no quería saberlo.

Suspire.

Me senté en el pequeño sofá y observe al vacío por un momento.
Tras unos segundos de vacilar en mi cerebro caí en cuenta de que algo rosado se asomaba por la rendija de mi ojo derecho. Lo seguí con la mirada y repare finalmente en los hermosos tulipanes sobre la mesita.

oh, es cierto.

Sonreí.
Lo tulipanes siempre habían sido mis flores favoritas. Eran aquellas maravillas de la naturaleza que nacían en cantidades y llenaban el paisaje de miles de colores y emociones. Para mi eran aquellas flores que con solo verlas te subían el ánimo, flores que con su presencia te hacían creer que todo estaba bien.

De repente sentí los profundos ojos de Demian en mi espalda. Deje caer mi atención de los tulipanes y volví la mirada para encontrarme con la de él.

Sus ojos... ¿Como era posible que esos ojos fueran capaces de hacerte sentir tan seguro y a la vez tan inseguro de todo... de ti mismo? recordé repentinamente el dibujo del gato negro, aquel que vi el día en el que Demian minutos después caía inconsciente frente a la puerta de mi dormitorio.

¿Por qué, Demian?

Sentí como lagrimas comenzaban a resbalar de nuevo por mis mejillas.

Me puse de pie y sin pensarlo dos veces, lo golpee en el pecho.

Me confundía. ¿Por qué era que este chico tenía que ser tan molestamente misterioso? ¿Por qué no me decía de una vez todo lo que tenía que saber?¿Por qué?¿Por qué sentía la necesidad de gritarle y a la vez de abrazarle?¿Por qué me fastidiaba tanto su presencia y a la vez me dolía que se fuera?¿Por qué demonios me sentía así?...

-¿Por qué?- Pare de golpearlo y apoye mi cabeza en su pecho- ¿Por qué yo?...- Sentí la mano de Demian recorrer mi cabello y cómo su cercanía se volvía más cálida. Aquello no hizo más sino hacer que las lágrimas aumentaran. Tenía miedo, miedo acumulado, estaba confundida, agotada. Me dolía cada vez más el hecho de no ser capaz de recordar nada importante... de que él estuviera allí contándome todo... todo aquello que nunca debía haber olvidado.

Maldito accidente. Maldita memoria.

{ }

Abrí los ojos. Sabía que Demian había pasado la noche allí en el hospital, sin embargo al yo despertar, él no estaba más allí.
"Te prometo que lo sabrás todo Khanna... lo prometo." aquello había sido lo último que él había dicho antes de yo caer dormida.

Estúpidos analgésicos.

Me repuse sobre la camilla y mire la pared blanca frente a mí.
La habitación estaba totalmente iluminada por la luz gris del día. Daba la sensación de que apenas la hora rondaba por las diez de la mañana. ¿Tanto habré dormido?. Me puse de Pie y mire por la ventana.
Allí escuche como la manija de la puerta se movió. Un escalofrío recorrió mi cuerpo haciendo que me tensara y que no le quitara el ojo de encima a la entrada.

En cuestión de milisegundos tenia a Maia colgándome del cuello y lloriqueando cosas como"¡¡Ahhh!! ¡Malditas enfermeras!, ¡ellas y sus tiempos de visitas innecesarias! ¿¡Como Paso!? ¿¡Que Te paso!? ¿¡En qué momento!?" y entre otras cosas.

A mi cuerpo le tomo unos minutos relajarse y entender que solo era Maia la que estaba allí.

-Maia- formulé con lo poco que ya se había desinflamado mi garganta. Ella levanto la cabeza y sin soltarme se separó unos pocos centímetros de mí y con ojos lagrimosos me miro intrigada.-mi... mi todo- señale mi cuerpo con una sonrisa quejumbrosa.

-¡OH¡, ¡SI!... lo siento- Sonrió apenada y se separó.

Maia se sentó un rato en el Sofá y después de rendirse ante el hecho de que no le iba a contar que era exactamente lo que había pasado, comenzó a hablar de lo que ella Peter, Franshesca y Miles habían hecho en los últimos días, actualizándome de aquello de lo que me había perdido.

Su visita me había hecho bien.
Escuchar otros temas ayudaba a despejar un poco la tensión de mi cabeza. Sabía muy bien que habían otras muchas cosas de las que debería estar escuchando, pero prefería por unos minutos salirme de esa cápsula y pensar en otras cosas. Necesitaba relajarme un poco... o por lo menos intentarlo.

Durante la estadía de Maia había pasado la enfermera a revisar mi condición y a recordarle a Maia a qué hora cerraban las visitas de la mañana.
-¡Ugh!, ¡parece que esta mujer no tiene nada mejor que hacer!- decía Maia cada vez que la enfermera entraba y salía de la habitación. Yo simplemente reía.

Dos horas después, alrededor del mediodía, entro la enfermera en la habitación y saco a Maia de una oreja. -Khanna vuelvo más tarde... cuando abran las visitas, otra vez- fulmino a la enfermera con los ojos y cerró la puerta a sus espaldas.

El quedarme sola en ese lugar no me gustaba para nada. Por más que estuviera de día y las enfermeras estuvieran yendo y viniendo todo el tiempo... me ponía los pelos de punta el saber que en cualquier momento alguien podría entrar por esa puerta...

Me senté en el pequeño Sofá y observe los tulipanes.
La enfermera había dicho que seguramente mañana iban a darme de alta, así que el pensar que solo me quedaba una noche más en ese horrible lugar... me subía un poco el ánimo.

{ }

¿hmm?

Sentí un olor reconocido. Un olor que por alguna razón estremeció mi cuerpo sin yo poder controlarlo.

Abrí los ojos.
No tenía ni la menor idea de en qué momento los había cerrado. repare en que una silueta estaba frente a mí, sin embargo fue pocos segundos después de despertar que logre reconocerla.

Mi cuerpo se petrifico completamente.

-Así que... tenemos el gusto de vernos de nuevo, no es así, Khanna?

O Dios mio...
...Levi.

¿Han oido hablar de un chico llamado Howl?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora