Capítulo 6: Algo que sucedió.

23 2 0
                                    

Arranqué el auto con apuro, sin siquiera dejar que Mia terminara de cerrar la puerta del copiloto.

-¡Eh cuidado!- Se quejó.

-¿No tenias hambre?- Solté a secas.

Bufó cruzándose de brazos.

-Yo tampoco queria venir, créeme.

-Pero tenias que abrir la bocota.

Di un par de vueltas hasta llegar a la avenida principal, me detuve en el semáforo a esperar que la luz indicara verde para avanzar.

-Solo pidamos comida china y acabemos con esto- Resolvió decir.

Suspiré y cuando cambió la luz aceleré a fondo, vi de soslayo que Mia me dedicaba una mirada nerviosa, se sujetó del agarrador que estaba encima de la ventana.

-¿Quién eres, Toretto?- Soltó con una risa nerviosa.

-¿No te gusta la velocidad?- Sonreí con maldad.

-Aprecio mi vida- Respondió.- Con mi motocicleta voy como a 10 km por hora, ¡Tú eres un loco!

Lancé una carcajada.

Aceleré un poco más justo cuando vi el restaurante de comida china acercándose a nosotros, el auto rebotó cuando ingrese a la entrada del estacionamiento, Mia pegó un grito. Finalmente, frené lo suficiente como para que se fuera de cara al tablero del auto.

-¿¡Estás demente?!- Gritó con los ojos bien abiertos.

Sus manos sobre el tablero habian detenido su violenta sacudida.

-No es para tanto- Apagué el auto una vez aparcado y abri la puerta sin más.- Solo usa el cinturón de seguridad la próxima vez.

-¿Qué tal si me hubiera estrellado contra el parabrisas?- Dijo una vez que cerró la puerta con violencia, me volví fulminándola con la mirada.

-Eso no pasó, quedaste ilesa ¿no?- La escaneé con la mirada.- Bien.

Se mordió el labio y paso junto a mi dándome un codazo en la costilla.

-Que pesado eres.

-Como sea.

Quizás habia sido un poco exagerado... ¿pero que más daba? no sucedió nada, por suerte...

Entramos al restaurante y un olor a vegetales y salsa de soya inundó mi nariz, las luces tenues creaban un ambiente acogedor en el lugar, sin olvidar la decoración china extendida a lo largo de las paredes, asi como las pequeñas lámparas de papel de color rojo que le daban un buen toque.

Hicimos el pedido y esperamos un par de minutos en la barra, Mia se habia limitado a no hablarme y a concentrarse en su teléfono. ¿Acaso estaria hablando con el idiota de Shane? seguramente estaría atosigandolo de mensajes, era toda un niñita.

La estúpida sonrisa que se dibujó en su rostro me lo confirmó. 

Rodé los ojos y me crucé de brazos, en este sitio si tardaban.

Pasee mi vista por el lugar cuando me detuve en una chica que se encontraba limpiando las mesas del fondo. Su rostro era serio, tenia una coleta baja y un mechón de su cabello bailaba por su rostro mientras hacia su labor con esmero.

Al verla la reconocí en milisegundos.

Una punzada me recorrió el cuerpo, no la veia desde hacia casi 8 meses y todavía causaba esa misma sensación. Ella todavia no se percataba de mi, a pesar de la poca distancia en la que nos encontrábamos.

Finalmente se detuvo y dejo su delantal en una de las mesadas, se despidió sin más y salió por la puerta. Su turno habia terminado.

-¿Te quedaras ahi de pie como un idiota o me ayudarás a cargar las bebidas?- La voz de Mia me hizo volver en sí.

Enemigo de la InfanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora