Capítulo 28: Él es mio.

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Dormia plácidamente acurrucada contra la almohada, hasta que los tenues rayos de sol comenzaron a bañar mi rostro.

Gruñi y me giré en dirección opuesta, dándome cuenta que el brazo de Dylan reposaba en mi cintura y su cuerpo estaba a escasos centímetros del mio.

Me movi con delicadeza hasta toparme con su rostro. Dormia profundamente con los labios ligeramente entre abiertos.

Sonreí levemente y acaricié su rostro con cuidado de no despertarlo.

Lo primero que vino a mi mente fueron aquellas palabras que dijo, y fue cuestión de tiempo para que la vergüenza me golpeara.

"No lo recuerdas pero... nos hemos besado dos veces y no eres capaz de recordarlo, porque estabas tan ebria al punto de desmayarte..."

Y para mi mala suerte eso si lo recordaba , todo lo de anoche estaba tan claro como el cristal.

¿Cómo habia sido capaz de olvidar algo como eso? ¡Y en 2 oportunidades!

Cuando bebia era una completa idiota.

Suspiré y cerré los ojos.

Todo cobraba sentido, eran los labios de Dylan los que deseaba tanto y no los del idiota de Shane, era su dulce aroma el que me embriagaba, era ese impulso incontrolable por abalanzarme sobre él y eran esas fantasias dónde él era el protagonista.

En fin, siempre fue Dylan y lo supe algo tarde.

Si fuese él me odiaria tanto al punto de no hablarme jamás por semejante estupidez.

Me deslicé luego de unos minutos entre las sábanas y su brazo, y me dirigí en puntillas al baño, antes de entrar le dediqué una mirada para asegurarme que no se habia despertado.

Y la verdad dormia tan profundo que era algo envidiable.

Cerré la puerta tras de mi y me senté sobre la tapa del retrete.

-Es algo temprano...- Contesté en un susurro, luego de que mi celular vibrara por enésima vez.

-Bueno, discúlpame por preocuparme por ti.- Soltó indignada.- Pero luego de ese encuentro con Sarah, quería saber cómo estabas.

Me encogí de hombros.

-La verdad es que no me quita el sueño.

-Sabes que buscará la forma de vengarse de ti...

-Que lo intente- Suspiré.- No pienso desistir.

Ahogó un pequeño grito.

-¿Estás queriendo decir que lo tuyo con Dylan... Va en serio?

Me levanté y me paseé en circulos antes de responder.

-El es mío.

Samantha chilló de emoción y yo me sentí extraña al decirlo, pero a la vez emocionada.

Colgué luego de un rato y me dispuse a darme un baño caliente. Y fue inevitable recapitular la escena de ayer.

**
-¡Mia! Hasta que te veo al fin, me la llevaré un momento... ¿de acuerdo? Gracias Dylan, eres el mejor.

Me llevó hasta un corredor, muy poco transitado. La miré extraño.

-¿Qué fue eso?

-Pues al parecer...- Su vista se dirigió a los alrededores.- Sarah no está muy contenta de que estés aqui con Dylan.

-¿Y qué me importa?- Bufé.- No dejaré que se le acerque, si me disculpas volveré con Dylan...

Me tomó del brazo y dedicó una mirada llena de preocupación.

Enemigo de la InfanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora