Capítulo 13: Soldado Troyano al rescate.

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Dylan y Shane se habian ido al campo de la escuela para practicar.

Contra la voluntad de Dylan me habia sumado al plan del entrenamiento, con la unica intención de observar de cerca al susodicho, que creia que era lo suficientemente inteligente para no intentar nada en contra de Shane.

-Gracias por apoyarme linda- Me dio un beso rapido antes de unirse a Dylan en el campo.

Sonreí y choqué miradas con Dylan, dejándole en claro que lo mejor era que se comportara.

Y así comenzaron la práctica. 

En verdad, no sabia mucho del fútbol americano y no me habia molestado nunca en tratar de entenderlo. Pero dado a las explicaciones de Dylan podia deducir que era un juego en donde la estrategia era clave si querias ganar.

Lancé un gruñido al reconocer que Dylan si era bueno esto, al menos intelectualmente hablando.

-De acuerdo, ya te explique sobre que va esto...-Soltó.- Ahora veamos lo que tienes.

Shane tomó la pelota de hule ovalada y la sostuvo un momento en sus manos, un poco dubitativo. Dylan se alejo unos cuantos metros y se preparó para recibir.

-Lanzala Shane- Alentó.

Inhalo y exhaló y finalmente hizo un perfecto lanzamiento. Aplaudí sorprendida.

-¡Bien!- Grité con una sonrisa.

-Puedes lanzar...- Reconoció.- Ahora veamos cómo pateas.

Después de varios intentos digamos que patear no era el fuerte de Shane, pero hacia lo que se podia. A diferencia de Dylan, una patada de ese idiota podia matar a alguien, tuve hasta escalofríos.

A Shane aun le faltaban muchos metros para igualar la patada de Dylan, pero con un poco más de práctica seguro lo lograba. 

Continuaron pateando, haciendo lanzamientos y tacleadas durante el resto de las dos horas que estuvieron practicando. Y en verdad salio mejor de lo que yo esperaba, Dylan parecia estar concentrado en solo ayudarlo a entrenar. 

¿Qué mosca le habia picado?

De un momento a otro mis pensamientos se vieron perturbados por una abrumadora y candente escena.

Shane procedia a quitarse la camisa, que aunque lo hizo en un pestañeo, mi cabeza se encargó de proyectarlo a través de mis ojos como una escena en cámara lenta. Su torso estaba sudoroso por la práctica y el sol que lo iluminaba  hacia que brillase...

-Como Edward en Crepúsculo...- Solté en voz baja totalmente embobada.- La piel de un asesino...

Comencé a reir internamente.

-Vaya que hace calor...- Pudo decir con una sonrisa.

-Listo por hoy, muy bien hecho.- Concedió Dylan.

Asintió y luego se volvió hacia mi.

-Ya vuelvo, iré por mis cosas- Me guiñó el ojo y yo sonreí sin poder articular palabra, tratando en vano de no bajar la vista hacia sus abdominales.

-Ey tú- La voz de Dylan me sacó de mi ensueño.- Acércame la botella de agua.

La cogí y se la lancé de mala gana.

-Buena práctica- Concedí.- Te luciste cómo profesor.

Entonces sonrió con arrogancia.

-¿Es un cumplido?

Volqué los ojos.

-Solo reconozco las cosas positivas de...

Acto seguido procedio a quitarse la camisa y a dejarla en el suelo, dio un sorbo a la botella y luego dejo caer el agua restante en su rostro, deslizándose asi por su cuello, pectorales, abdomen...

Enemigo de la InfanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora