Capítulo 9: Cartas y sorpresas inesperadas.

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Deslicé el sobre de manila por la mesa en dirección a Tomás, el editor del periódico escolar.

Entrecerró los ojos y se cruzó de brazos.

-Si sabes que te sacamos del periódico, ¿cierto?

Volqué los ojos.

-Una decisión algo impulsiva.

-Si, porque no contribuias en nada, si quiera en buscar alguna historia o noticia para publicar- Replicó.- Odias escribir, y lo peor es que eres buena.

Sonreí sin ganas.

-No es de mis pasatiempos favoritos- Y volví a deslizar el sobre.- Pero esto es una bomba.

Enarcó la ceja observando el sobre.

-¿Qué dijiste que eran?- Preguntó como quien no quiere la cosa.

Sonreí y me senté frente a él.

-Digamos que es una columna de confesiones- Empecé a decir.- Aqui tengo las primeras dos, te dare una cada semana.

Cogió el sobre y miró su contenido. 

El sobre constaba de dos de las primeras cartas escritas por Dylan a Mica, me había dado la tarea de ir a casa muy temprano en la mañana, buscar las cartas que le habia robado en un principio y transcribirlas a computadora editando una que otra línea, exagerando quizás algunas cosas, pero muy satisfecha con mi trabajo. 

-Esto volverá loca a las chicas- Alcé de arriba abajo las cejas.

No se le veia muy convencido.

-A ver, vendeme la idea- Suspiró.

Carraspeé.- Es que no hay mucho que vender, el material habla por si solo. Se trata de "confesiones de amor"- Teatralicé con la mano.- o podemos poner algo asi como "lo que callan los hombres" en fin, es una serie de cartas que forman una historia, que puede poner a más de uno al borde de la intriga en saber como terminará. 

Entonces frunció el ceño.

-¿Un chico escribió esto?

Asentí con sonrisa maliciosa.

-Los hombres también tienen sentimientos, Tomás.

-Pensé que habias sido tú la escritora de esto- Dejo caer las cartas sobre la mesa y suspiró de nuevo.

-Cumpli mi papel de editora- Me encogí de hombros.- ¿Qué dices?

Lo pensó un instante y luego terminó accediendo.

-El material es bueno- Concedió.- Hasta a mi me dan ganas de saber que sucede. ¿Se puede saber quién es el escritor?

Entonces lo medité un segundo.

¿Debía exponer la identidad de Dylan? pues si, ese era el objetivo. ¿Hacerlo tan pronto? no, queria alargarlo, exponerlo poco a poco hasta que ya no quedara más remedio que decir a vox populi que se trataba de él. Además si lo extendía, lo tendría bajo mi control y me lo quitaria de encima por un tiempo.

-Por ahora mantendré a mi cliente en anónimato- Respondí.- Eso creará un aire de tensión y misterio en la escuela, y todos querrán leer la columna de confesiones para saber de quién se trata.

De igual forma, la identidad de Mica también seria desconocida para el resto. El único que sufriria las consecuencias de esto sería el idiota de Dylan.

-Bien, te dejaré saber la fecha en que lo publicaremos.- Cogió el sobre y lo guardo en su escritorio.

-Un placer hacer negocios contigo- Me levanté sonriente, ya dispuesta a irme a clases.

Enemigo de la InfanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora