Capítulo 23: Que siga el juego.

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El sonido del encendido de un motor me hizo volver en si.

Entonces vi como Mia se colocaba el casco y arrancaba su motocicleta como alma que llevaba el diablo.

-¡Mia!- Grité.

Pero no se volvió, siguió su camino.

¿Acaso habia visto lo sucedido?

Corri hacia el auto y arranqué con la intención de seguirla, aceleré casi a 60km por hora para poder alcanzarla, baje la velocidad cuando la tuve en mi campo visual.

-¡Mia!- Grité sacando la cabeza por la ventana.- ¿Puedes detenerte? ¿¡Qué haces!?

Ni se inmutó, ¿acaso me estaba ignorando?

Toqué la bocina repetidas veces pero solo aceleró más.

-Diablos...- Bufé.

Aceleré más y logré colocarme junto a ella sin rebasarla.

-¡Mia!- Traté de no desviar la mirada del frente.- Hablemos, ¿si?

No se limitaba a verme, su mirada era brutal, nunca la habia visto tan seria. La mayoria del tiempo se la pasaba riéndose por cualquier tonteria, pero hoy estaba seguro que era capaz de aventarme su casco a la cabeza si era posible.

Entonces decidi hacer algo arriesgado para tratar de detenerla, aceleré hasta que logre rebasarla y detuve el auto haciendo un giro, casi como en Rápidos y Furiosos. Mia se detuvo abruptamente casi a punto de chocar contra la puerta del auto.

-¡Estás loco!- Gritó con los ojos bien abiertos.- ¡Pude haber chocado y salir volando!

-No querias detenerte- Repliqué y sali del auto.

Me detuve en seco apenas estuvimos frente a frente, lucia diferente a lo usual. Su ropa, su cabello, su rostro... esos labios rojo carmesí. Pase saliva con dificultad y quede totalmente embelesado. No pude evitar sonreir al pensar que yo era la razón detrás de todo eso, se veia absolutamente hermosa.

Bajó la mirada.

-Mia...- Me acerqué a ella tratando de recomponerme.- Sobre lo que viste...

No sabia ni por dónde empezar, ¿estaba bien justificarme en estas circunstancias? pero no sabia que debia explicar si nuestra relación, si podia llamarse asi, no estaba para nada clara.

-No sé de qué hablas- Se encogió de hombros.

Bufé.

-Estás molesta, eso explica por qué te fuiste asi...

-No lo estoy.

-Mia...- Di unos cuantos pasos hacia ella.- Solo mirame.

Entonces alzó la vista y la endureció aun más.

-De lo único que estoy molesta es que me dejaras plantada y luego verte...- Se detuvo y  negó.

-No fue así- La tomé por los hombros.- Y lo de Mica fue un malentendido.

Abrió la boca para decir algo, pero quedó en silencio.

-Como sea- Dijo finalmente.- No es mi problema si tú o Mica regresaron.

Apartó mis manos con brusquedad y encendió el motor de la motocicleta.

-Esto fue un error- Soltó antes de rodearme con la moto y desaparecer por la avenida.

¿Un error?

Vaya golpe habia sido, ¿lo habia arruinado?

Al llegar a casa, fui directo a mi habitación y luego de varios intentos de llamar a Mia y no recibir respuesta opté por desistir.

Enemigo de la InfanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora