Capítulo 14: Estragos del polvo mágico.

13 2 0
                                    

Llegamos a Infinity, mi lugar favorito al cual siempre iba con Sami.

El ambiente estaba tan alegre como siempre y la música era excelente, nos sentámos en una mesa cercana a la ventana y con una sonrisa comenzó a hablar.

-¿Y bien, que quieres de beber?

-Aqui no podemos beber, somos menores de edad- Bromeé.

Con la punta del dedo empezó a hacer círculos sobre el dorso de mi mano.

-No me hubieras traido aquí si no tuvieramos qué beber... y sabes a lo que me refiero- Enarcó la ceja.

Sonreí un poco pensativa. 

-Debes pedirle a ese chico de ahi...dile que vienes de mi parte- Solté, aunque luego me arrepentí de haberlo hecho.

En la barra al fondo se encontraba Mike, el bartender que siempre me servia tragos si le daba buenas propinas.

-¿Cerveza?- Sonrió.

Asentí y lo vi alejarse hacia la barra.

Empezaba a tener el sentimiento de que las cosas no estaban bien, que haber venido no habia sido buena idea, pero...

-Aquí está.- Deslizó una jarra y dos vasos de vidrio, lo sirvio hasta el borde y lo colocó frente a mi.- Salud.

Alzó su vaso y no hice más que chocarlo con el mio, miré la bebida amarillenta y deje escapar el aire. Quizás una vez más no haria daño.

Al cabo de un tiempo, estaba más relajada y más risueña... más alegre. Sin ningún pensamiento invasivo en mi cabeza, habia logrado la tranquilidad. 

-Lamento la tardanza...- Apareció un chico en nuestra mesa, sentándose justo al lado de Shane.- Tarde un poco en conseguirlo, no fue fácil...

Shane le sonrió y se dirigió hacia mi.

-Mia, él es mi amigo Marcus...

No pude terminar de escuchar la presentación de ese tal Marcus, porque una pareja al final de la barra habia llamado mi atención.

Lo habia traido aquí. ¿Cómo pudo hacerlo?

-Marcus es un amigo del club donde a veces suelo pasar el rato...- Continuó sonriente con la introducción.

-Un gusto Marcus- Traté de sonreir, pero la verdad me hallaba muy desconcertada.

Me empine lo último que quedaba en mi vaso y con premura me puse de pie.

-Si me disculpan...

Mis pies se dirigieron hacia donde estaban los tortolos e intercepté a Sami con una mirada afilada.

-Vaya, vaya...- Los miré de arriba abajo con desdén, es que esto no podia ser peor.

-Mia...- Soltó Sami con sorpresa- ¿Por qué no contestas mis llamadas?

-¿Por qué deberia hacerlo? decidiste empezar algo con este tonto, antes de decirme algo. Y eso es traición desde mi punto de vista.

Señalé a Dylan despectivamente.

-No es lo que crees, es solo que...

Me crucé de brazos, iba a tratar de excusarse con cualquier idiotez, cuando estaba más que claro lo que estaba sucediendo aqui.

-No es de tu incumbencia Mia- Intervino el odioso de Dylan.- Ahora si nos disculpas... estamos ocupados.

Tomó la mano de Sami y le dio un ligero apretón.

Observé la escena y senti una puntada en el pecho, que no podia sino asemejarse a lo que uno sentiria como un engaño, una traición. Entonces empece a reir con fuerza.

Enemigo de la InfanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora