Capítulo 30: Un verano inolvidable - Parte II.

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Me haló hacia ella por el cuello de la camisa, juntando finalmente sus labios con los míos.

En ese mismo instante mis manos subieron a su rostro y me abri pasó por su boca profundizando el beso.

En pocos segundos se volvió en un espiral desenfrenado de besos que ambos no pudimos contener. Sus labios encajaban perfectamente con los mios, se movian en sincronia, eran dulces, estaba de nuevo probando el cielo... Después de mucho tiempo.

Se aferró hacia mi enroscando sus piernas a mi alrededor, sujeté ahora sus muslos y la apoyé contra la pared. Cuando nuestras lenguas rozaron furtivamente, un gemido reprimido salió desde su garganta y lo que sentí a raiz de eso fue algo... que nunca me habia pasado.

Profundicé aun más el beso, mis manos la tocaron con la intención de quitarle la ropa de encima. Sus piernas descendieron y empezó a dar pasos hacia delante, aun con nuestros labios juntos. Me guió hasta que senti el borde de la cama, me dejé caer y sentí como se colocó encima de mi.

Mis manos viajaron a su espalda, por debajo de su sudadera, la suavidad de su piel me abrumó. Me giré ahora sobre ella y jugué un poco sobre su boca, luego descendi por su mejilla hasta llegar a su cuello.

Jadeó y hundió sus dedos en mi cabello, arqueó el cuerpo hacia mi y entonces comprendi que si no me detenia ahora, terminaría en algo más que simples besos.

Buscó mi boca y mordió mi labio inferior, sonreia mientras lo hacia. La punta de su lengua rozó mis labios y no tuve más opción que besarla y saborearla por completo.

Nos detuvimos luego de un tiempo, me habia obligado a hacerlo por el bien de ambos. Ella estaba tendida sobre mi brazo, acariciando mi rostro, y nos mirábamos como en un estado hipnótico.

-¿Estoy soñando?- susurró.

-No lo creo... Espero que no.

-Fue...

-Increible- Completé.

Besé su frente, luego sus ojos y por último la punta de su nariz.

-¿Por qué no lo hicimos antes?- Preguntó.

-No lo sé... antes era distinto.

-Antes... ¿llegaste a odiarme?

-Nunca te odie, solo... era un poco molesto tener que cuidarte- Confesé.

Entonces golpeó mi hombro.

-¿Cuidarme? creo que hacias lo contrario a eso.

-Si te cuidaba...- Repliqué.- Nunca lo supiste, trataba de esconderlo buscando formas de hacerte la vida imposible. Pero siempre me preocupe por ti, de alguna forma siempre estabas en mi mente... y no podia ser del todo malo contigo, aunque lo intentara.

Frunció el ceño y meditó un instante.

-¿Cortar mi cabello no es ser malo?

-Éramos muy niños cuando eso sucedio...- Suspiré.- Y no sabia que eras tan rencorosa.

Lanzó una risita.

-Las cosas cambiaron, ahora no puedes apartarte de mi- Soltó y pellizcó mis mejillas.

-Es verdad, no puedo hacerlo...- Cerré los ojos.- Mia, no creo poder dejarte ir ahora.- Admití.

Estuvo en silencio un instante y abri los ojos, los suyos brillaron.

-Eres tan tierno...- Sonrió.- No te preocupes por eso, no me iré... mientras tu no lo hagas.

-No lo haré- Acaricié sus labios.- ¿No he estado contigo toda la vida?

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⏰ Última actualización: Sep 18 ⏰

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