☁︎ Acto V

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Según lo que había entendido Hyunjin, el padre de Seungmin murió en ese lugar,  y cuando su madre y él abandonaron la habitación presas de la tristeza, la mansión hizo desaparecer la puerta, por lo tanto no pudieron hacerle un funeral ni un entierro correctos al cuerpo inerte. Eso debió haber sido devastador. Pero lo peor es que Seungmin le dijo que junto con su madre intentaron hablar con el lugar, le pidieron el mismo deseo por días, rogaban por que la mansión les devolviera el cuerpo, pero no hubo respuesta. Pensaron que la mansión había muerto junto con el señor Kim, pero entonces llegó Hyunjin y la Mansión de los Deseos revivió, y ahora no saben qué es lo que quiere exactamente.

Eso debió darle miedo a Seungmin, por eso reaccionó así.

Hyunjin pensó en ello durante el desayuno, luego en el almuerzo. Notó que Minho se había dado cuenta de que observaba demasiado a Seungmin, ya que después de todo estaba sentado frente a él. Le hizo burla un rato con Jisung, porque parecía que no podía hacer nada solo, y luego lo olvidaron.

— Parece que no has pegado el ojo en toda la noche — le comentó Changbin a Chan, el cual lo miró somnoliento. — ¿Te sientes mal?

— Creo que es un efecto secundario de la mudanza. No siento que mi cama sea cómoda. — le murmuró en respuesta. — Mala suerte la mía. Por fin duermo sobre un colchón decente y no puedo cerrar el ojo ni sentirme a gusto.

— Ya se te pasará.

— Puede que sea porque tu cerebro se encuentra en estado de alerta — dijo Minho de repente y todos guardaron silencio. ¿Cómo es que los había escuchado siquiera? — Ya sabes, Chan hyung, porque el incendio comenzó cerca de tu cama. ¿Está bien esa pierna?

— Eres un imprudente — lo regañó Jisung y le hincó la mano con el tenedor. — Tonto.

— Ay, baboso. ¡Eso duele!

— Idiota.

— Estúpido.

— Imbécil.

— Bobo — dijo Jeongin y comenzó a reír. — Cara de berruga con patas.

— Tú mismo lo dijiste, mi Innie. — lo respaldó Minho orgulloso.

Hyunjin observó la situación como un asunto del día a día, pero en cuanto vio la expresión desaprobatoria de la señora Kim se preocupó.

— La cena se va a realizar a las nueve de la noche. Pueden ir a tomar una siesta si así lo desean. — indicó la mamá de Seungmin con solemnidad.

— Uy, sí — dijo Minho y soltó bostezo. Bebió el jugo de su copa y se vio más cansado. — Vamos a nuestra habitación, Jisung.

— No lo digas así, sonso. Suena raro.

— Aquí el único raro eres tú. — se levantó y quiso tomar la mano de Jeongin, pero este negó con su cabecita. — ¿No tienes sueño?

— No, hyung. Es que ustedes ya están viejos.

— Oh, está bien. Lo tomaré. — le ofreció su mano a Jisung, pero este se la golpeó. — Bueno, el día de hoy he sido más rechazado que Hyunjin por Felix. Así de mal estoy.

Por alguna razón Hyunjin miró a Seungmin y también pasó lo mismo al contrario, sólo que quien retiró su mirada primero fue el castaño avergonzado por su reacción tan rápida.

— Ya vamos, estiércol andante. — le dijo Jisung a Minho y lo tomó de los hombros mientras lo empujaba. — Muchas gracias por el almuerzo, señora Kim. Estuvo delicioso como siempre.

La Mansión de los Deseos: 𝘎𝘭𝘰𝘣𝘰𝘴 | HYUNMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora