☁︎ Acto XVII

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Hyunjin levantó a Seungmin, logró subirlo a su espalda y comenzó a correr en dirección contraria al humo que había empezado a invadir el pasillo. Mientras más lograba alejarse, los síntomas de Seungmin bajaban su intensidad. Terminó siendo un alivio cuando se encontraron en otra sección de la mansión. Hyunjin abrió una puerta al azar y fue directamente a la cama, donde recostó a Min con rapidez y al instante lo inspeccionó.

— ¿Cómo te sientes? Ya no estás tan caliente. ¿Te sigue doliendo? No entiendo qué ha pasado, pero creo que estás a salvo. Contéstame, por favor, dime algo.

— Bien hecho — murmuró Kim con esfuerzo y se incorporó pese a que Hyun le decía que descansara un poco más. — Llegamos a mi habitación.

— Seungmin, ¿qué fue eso? ¿Qué pasó allá afuera?

— Al parecer Changbin está intentando acabar con la mansión desde el interior... y con fuego.

— ¿Qué? ¿Y por qué te pusiste así? — preguntó Hyunjin como sino le importara ni su amigo, ni la mansión, ni nadie, sólo el estado de Seungmin. — ¿Por qué te quemaba el cuerpo?

— Ayúdame a buscar la caja musical, por favor.

Hyunjin decidió dejar de insistir y asintió, ya que algo le decía que no llegaría a nada si seguía insistiendo. Comenzaron la búsqueda en silencio, pero no hubo éxito. Hwang quiso voltear a ver a Seungmin y lo atrapó revisando sus brazos con la ayuda de la luz que ingresaba por la ventana.

— ¿Ya no tienes las ronchas?

— Hay que seguir buscando en otro lado. La caja musical es importante.

Seungmin fue directamente hacia la puerta, la abrió e ingresó, por lo que Hyunjin fue corriendo tras él. Cuando se dieron cuenta, estaban en la biblioteca.

— No es mala opción. Yo buscaré la caja — indicó Seung. — Y tú ve si encuentras algo que pueda servirnos.

— De acuerdo.

Quizá no les servía, pero era de su agrado ver libros que hablaban del mundo. No pudo evitar ir corriendo hacia Seungmin y mostrarle aquellas hermosas fotografías.

— Cuando logremos descubrir cómo sacarte de aquí, te llevaré a todos los países que están en este libro. Te lo prometo.

Son muchos...

— Y valdrá la pena — sonrió y observó con entusiasmo la curiosidad de Seungmin mientras revisaba las páginas del libro. — ¿Qué lo impide? Deberíamos irnos, Kim Seungmin.

— No conozco otro lugar. Esta mansión siempre ha sido mi hogar. No tengo otro lugar en el mundo para mí.

— Y yo he estado en tantos lugares por períodos de tiempo tan cortos que nunca encontré un hogar.

Ambos se miraron fijamente a los ojos. Seungmin cerró el libro y suspiró.

— Ojalá pudiera ser una estrella. Todo el cielo les pertenece.

De repente las luces de la biblioteca se apagaron de golpe, por lo que se tomaron de las manos. Se escuchó el crujido de la madera y pudieron ver cómo poco a poco se iba abriendo un agujero en el techo alto. Se quedaron mirando hacia arriba. Al parecer ya era de noche.

— Encontremos un lugar para nosotros ahí...— Hyunjin señaló con su dedo índice el cielo y sonrió — Entre las estrellas.

Seungmin dejó de mirar el cielo y miró su cielo, miró a Hyunjin.

La Mansión de los Deseos: 𝘎𝘭𝘰𝘣𝘰𝘴 | HYUNMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora