☁︎ Acto IX

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Ahí estaba su madre, sonriéndole como si fuera un día normal, trayendo un tazón lleno de fruta picada como aperitivo. Eso es lo que solía hacer cuando Hyunjin pasaba horas encerrado en su habitación. La Mansión debía saberlo, de alguna forma. No encontraba otra explicación, irónicamente, lógica.

¿Estás estudiando duro?  — le dijo en lenguaje de señas. Hyunjin asintió instintivamente. — ¿Matemáticas? — su hijo volvió a asentir. — Perfecto. Te traje manzanas.

Gracias, mamá. — sonrió y tomó el tazón sin dejar de mirarla. Sabía que no era real, pero quería estar ahí un rato más, sólo un ratito más — Te ves muy guapa, mamá. ¿Vas a salir con papá a algún lado?

Hoy es nuestro aniversario. Mira lo que le voy a regalar. — tras ello fue al cajón del armario de Hyunjin y sacó una bolsa de regalo. — No le digas nada de esto.

¿Lo tenías oculto en mi habitación? — dijo Hyunjin con sorpresa, dejó el tazón de manzanas sobre su escritorio y se acercó a ella sonriente.

Tu papá nunca entra a tu habitación.

— Bien pensado. Prometo no decir nada — extendió sus manos y recibió el regalo. De la bolsa sacó un cuadro. Ahí estaban sus padres de jóvenes. Hyunjin frunció el ceño al ver que detrás de ellos, iluminado por los rayos del sol, estaba la entrada de la Mansión de los Deseos. — ¿En dónde estaban cuando se tomaron esta fotografía?

Hijo — Él la miraba completamente atento y confundido. — Nada es casualidad. Este no es un recuerdo, ¿o sí?

— ¿Mamá?

— No temas, mi niño amado. — ¿esa era la voz de su madre? — La mansión no es el verdadero peligro. — tomó a su hijo de los hombros y luego acarició su mejilla con delicadeza. — Es lo que se oculta entre las sombras. La mansión te reconoce. Ahora está en un dilema, pero sé que logrará amarte tanto como yo te amo a ti.

— ¿Por qué papá y tú están frente a esta mansión? — cuestionó consternado. — No entiendo. Ya no sé en qué creer.

— Esta mansión fue mi hogar hace muchísimo tiempo. Yo te estaba esperando. — su voz pareció quebrarse y aguantó derramar sus lágrimas acumuladas en sus ojos. — Mi amor egoísta te trajo aquí... A este mundo. — su madre no aguantó más, rompió en llanto y lo abrazó con fuerza, causando que el cuadro cayera de las manos de Hyunjin y se rompiera al estrellarse con el piso de madera. — Lo lamento, mi niño amado. Mamá lo siente mucho. Las madres tenemos tanto amor que lastima...

— Mamá... ayúdame a salir de aquí, por favor.

— Debes enfrentar tu destino. — dijo ella y rompió el abrazo para mirarlo a los ojos. — Ella sólo me dió veinte años, un simple parpadeo, pero disfruté cinco años al lado de tu padre y quince años teniéndote como mi hijo. Tu padre fue un alma libre que nunca estaba quieto. Fue perfecto para nosotros, porque la muerte perdía nuestro rastro. Esa noche nos encontró... Lo lamento mucho, mi niño lindo.

— Dijeron que fue un accidente automovilístico — su madre sollozó y tapó su boca con una mano. — Pero yo escuché los disparos. Alguien nos había seguido, ¿verdad? Reventó las llantas del auto, papá perdió el control y por eso...

— Sí. Es así.

— Ese día no valoré su regalo — más lagrimas se deslizaron por sus mejillas. No aguantaba la idea de tener que volver a dejar ir a su madre. — Los globos... No les dije gracias por los globos. Lo siento mucho, mamá, pensé que no los necesitaba, pero los extraño demasiado, no sé cómo vivir sin ustedes, no puedo — volvió a abrazarla y se aferró con más fuerza mientras lloraba desconsolado, con un corazón solitario. — Perdón, perdón, perdón, perdón, perdón, mamá, perdóname...

La Mansión de los Deseos: 𝘎𝘭𝘰𝘣𝘰𝘴 | HYUNMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora