☁︎ Acto XIX

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Las pupilas de Seungmin se agrandaron cuando abrió los ojos y se encontró en plena oscuridad. Lo último que recordaba es a Changbin y Hyunjin discutiendo, luego él corriendo con un dolor insoportable que se fue extendido por todo su cuerpo hasta que se desmayó al llegar a las escaleras, por lo que supuso que había sufrido una caída terriblemente dolorosa.

Se puso de pie lentamente, y entre quejas de dolor y lamentos por sus enormes ganas de romper en llanto, comenzó a caminar con un nombre en mente: "Hyunjin".

Sin embargo, no llegó muy lejos, ya que cuando estuvo a punto de tomar el camino hacia el vestíbulo, su madre apareció bajo el marco de la puerta. Tenía una mirada enloquecida. Se encontraba con las manos y el vestido negro manchados de barro seco. Nunca la había visto con tal aspecto. Sus padres siempre procuraron que él aprendiera sobre modales y ética desde que tenía memoria, así que todo le parecía demasiado irreal. Hasta hace unos días habían sido la familia casi perfecta, y ahora ni siquiera podía llamarlos familia.

— Mamá, ¿dónde está Hyunjin?

— ¿Qué?... ¡Ni siquiera te preocupa por qué tu madre está en este estado!

¡¡Te pregunté dónde está!!

— ¡¡Quién sabe!! ¡¡Fui yo quien te salvó, no él!! ¡¡Pero aun así lo prefieres por sobre tu propia madre!!

— Sé lo de la cruz — declaró con la voz temblorosa. — Sé cómo ser libre. Hyunjin y yo nos iremos de aquí.

Chae se echó a reír de forma burlesca. Aquello le causó un escalofrío a Seungmin.

— Oh, no, mi amor. Aunque no parezca, hasta la Mansión de los Deseos tiene un límite, y entre ellos está ese deseo absurdo.

— Sé que vas a querer impedirlo, pero quería que lo supieras, porque eres mi mamá.

La mujer pasó saliva y sus ojos se llenaron de lágrimas.

— Lo lamento, Seungmin. Por ser mi hijo, eres mi heredero, y vas a tener el mismo destino que yo.

— No quiero heredar esta mansión...

— Oh, Seungmin, aún no lo entiendes. — Interrumpió su madre y se le escapó una lágrima rebelde. — No importa qué haga, no importa cuántas ofrendas le dé a esta maldita mansión, porque me engañará haciéndome pensar que está cumpliendo mis deseos, pero en realidad me está usando y tiene planeado castigarme de la peor forma... Dejándome sola, incluso después de haberme dado un hijo.

— ¿Que la mansión hizo qué?

— ¿Ya conociste a tu hermano?

— Creo que sí...

— Él también ha sido engañado. Nos creemos todo lo que esta mansión nos muestra. Ya no sabemos qué es real y qué no. Así que, da igual. Puedo ser sincera contigo, hijo.

De repente sus ojos se tornaron rojizos. Seungmin dió un paso hacia atrás y preguntó con la piel de gallina:

¿Quién eres?... ¿Qué eres?

Sus alas negras se desplegaron como por arte de magia. Seungmin cayó hacia atrás y Chaeryeong ladeó la cabeza inexpresiva.

— Soy un ángel de la muerte.

— ¿Qué? ¿Un ángel?

— Me dije que te daría una vida normal, feliz y tranquila. — sonrió amargamente. — Pero desde el principio estuve destinada a perderte... No soporto la idea de perderte otra vez.

La Mansión de los Deseos: 𝘎𝘭𝘰𝘣𝘰𝘴 | HYUNMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora