33.- Vibrador

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AU del internado.

Temporalidad: segundo año de preparatoria.

Edad de ambos: diecisiete años (no me juzguen, dicen que está mal sexualizar niños y yo estoy de acuerdo, pero pues... solo no me juzguen, ¿ok?)

Alemania miraba de manera ansiosa su celular, la aplicación de Amazon no cargaba y se sentía desesperado, no es como si no pudiera abrir la página de dicho sitio en plena clase de Computación Avanzada II, podía, pero no quería lo atraparan y vieran lo que había pedido a nombre de su padre, eso le ameritaría una ida a la dirección y eso sería sumamente vergonzoso.

Suspiró y bloqueó su teléfono para seguir llenando la tabla de Excel que hacía para que el profesor Malasia no le increpara por ver su celular, realmente esperaba su padre no llegara a casa antes y viera el paquete si es que ya había sido entregado, sería una vergüenza tener que lidiar con su padre dándole una charla sobre porque debía dejar de hacer pedidos a su nombre solo porque era la única manera en que no los revisaran en la entrada de la escuela.

Finalmente, el timbre sonó, guardó su trabajo en su memoria USB y la sacó del CPU para tomar sus cosas de manera veloz y salir casi corriendo del salón, puede incluso alcanzara a tropezar con la pequeña Estonia en su huida, pero poco le importó.

Corrió lo más rápido que pudo hasta el área de los departamentos de maestros y se dirigió al de su padre, viendo que junto a la puerta había algunas cajas y sobres, de inmediato se preocupó.

"De todos los días en que podían llegarle varios paquetes a mi papá, tenía que ser hoy...", pensó con horror.

Caminó hacia las caja y volvió a sacar su teléfono, abriendo Amazon y casi brincando de alegría al ver que la aplicación si abrió sin problema, se fue a sus pedido y vio las especificaciones del artículo, vio las cajas y sobres, y decidió tomar la caja más pequeña; sacó su navaja suiza y abrió los sellos, encontrando la caja del articulo y sonriendo de manera perversa, había tomado la caja correcta.

Rápidamente guardó sus cosas, tomó la caja y la metió a su mochila para luego salir rápidamente del área, debía evitar ser visto.

Con más calma caminó a los dormitorios, encontrando en el camino a Rusia y a Estados Unidos caminando tomados del brazo y hablando de manera alegre, aquello lo hacía sentir bien, veía a sus dos amigos bastante sanos estando juntos; los saludo y se dirigió a su cuarto, encontrando que estaba solo, de seguro Canadá estaba con alguno de sus padres o algún amigo.

Se sentó en su cama y sacó la caja de su mochila, sacó de esta la otra caja y la abrió, sacando un vibrador morado de silicona y un instructivo; lo leyó con calma, instaló la aplicación que las hojas decían e hizo una prueba de que el vibrado funcionara, sosteniéndolo en su mano y activándolo, dándose por bien servido cuando este vibró.

– ¡Ale, no vas a creer lo que me pasó! – exclamó Canadá abriendo con sus llaves la puerta y entrando al cuarto, viendo a su novio con una cosa extraña en su mano derecha.

– Hola, conejito, ¿qué fue lo que paso? – preguntó con calma el alemán mientras dejaba las cosas a un lado y le hacía un gesto al pelirrojo para que se sentara en su regazo.

– Mi proyecto de química funcionó, y ahora posiblemente compita contra la escuela Graham... probablemente contra alguno de los proyectos de los amigos de mis hermanos menores, siento es genial pero me intimida un poco – Canadá se quitó su saco, sacó a su Señor Conejo de su mochila para tomarlo entre sus manos, donde lo había puesto para abrir la puerta, y se sentó en el regazo ajeno.

– Eso es genial, y estoy seguro tu proyecto ganará, trataré de conseguir el puesto de asistente del señor URSS para que me dejen ir a la competencia y animarte – Alemania besó la mejilla del más bajo y comenzó a restregar su nariz contra su mejilla de manera melosa.

Entre Waffles y Salchichas || CountryHumans AleCanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora