18

112 12 9
                                    

Hay maldad en mi, yo lo sé :v por algo hago estás cosas.

Empecemos con las desgracias uwu.











— No haces más que arruinarlo.

— Tu hermana es más joven y lo ha hecho mejor.

— ¿Eres idiota acaso?, ¿O retrasado?

— Solo te he pedido una cosa y ni eso has podido hacer, ¿Te gusta avergonzarme acaso?

— No te esfuerzas lo suficiente.

— No eres nada... Solo mírate, quién querría a alguien como tú.

— No sabes ni conducir un puto auto sin matar a nadie, no me extraña no uses la silla de ruedas.

— Deberías ser tu quien esté en coma y no Van.

— ¿Es tan difícil entender lo que te pido, cariño?, Solo te pido que no me hagas enojar para que no te haga esto.

— Tu causaste esto.

Las voces en su cabeza no paraban, se hacían cada vez más fuertes y su volumen no dejaban de hacerle temblar y jadear, no podía calmar su corazón y respiración, así como tampoco podía detener el llanto.

Solo quería algo de calma y silencio pero parecía que su cerebro no estaba de acuerdo, y eso lo estaba frustrando aún más.

Solo pedía un poco de silencio.

Quería descansar.

No podía siquiera recordar cuando había sido la última vez que había dormido bien y estar ahora en una habitación de hotel, lejos de su lugar seguro, lo estaban haciendo colapsar, más aún sabiendo que Ottawa estaba en el mismo lugar actuando como si nada con Varsovia.

— ¿Fritz? — preguntó su hermana tocando la puerta de su habitación.

— ¡Déjame solo! — gritó con desesperación, sollozando mientras se sostenía la cabeza y sintiendo dolor.

No quería ser grosero pero realmente no quería ver a nadie, no quería saber nada de nadie.

Estaba haciendo un esfuerzo casi sobre humano para no ir al baño y buscar algo lo suficientemente afilado para ayudarse a sacar el dolor, había prometido ya no hacerlo después de que fuera su hermana quien lo encontró la última vez.

El sueter comenzaba a causarle picazón y hacerle sentir calor, así que rápidamente comenzó a quitárselo y arrojó lejos, comenzando a jadear de manera pesada y ronca mientras intentaba, en vano, calmarse un poco para no rascarse los brazos de forma agresiva.

El cuarto comenzó a sentirse un poco frío y entonces algo lo envolvió, haciéndole sentir una sensación de calma casi inmediata.

— Inhala por la nariz y exhala por la boca — le dijo en tono dulce quien ahora le abrazaba, sosteniéndolo las manos que tenía en posición de garras para ayudarle a destensarlas —. Eso es, lo estás haciendo bien, inhala y exhala, no piense en nada más, solo estamos tu y yo en este cuarto, nadie más.

No tenía ni puta idea de como Austria había entrado en la habitación pero no le importaba en absoluto, el que ya lo estuviera abrazando lo estaba ayudando.

Aún no sabía cómo es que lograba tener ese efecto en él.

Siguió respirando tal cual le decía el rubio, sintiendo como poco a poco el calor en su cuerpo disminuía al igual que su ritmo cardíaco, y las voces comenzaban a bajar el volumen al habitual.

Entre Waffles y Salchichas || CountryHumans AleCanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora