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Viajero del tiempo: a ver, llevo mi mochila, mis notas, los recuerdos de esta época, las medicinas que me dio ese médico que tuve que desmemorizar... Si, llevo todo... ACHU!, ¡Puta madre, maldita gripa!

—Vamos, ¡solo es una ida al cine! —suplicó Reiviet, aferrado a la pierna derecha de Karter mientras esté intentaba caminar.

—¡Que no!, ya te dije que no voy a ir, ya salí mucho este mes, ¡Y ya suéltame! —gruñó enfadado Fritz, intentado zafarse del agarre.

—¿Cuál mucho?, solo saliste conmigo a la casa de Hungría y a hacer la despensa junto con Viveka, porque Alemania se enfermó.

—Si, y eso es mucho, ahora déjame en paz.

Reiviet soltó a su sobrino, quedando sentado en el suelo y viéndolo ir al refrigerador para sacar una botella de jugo y beber de esta.

No había gran problema porque era jugo de uva y solo Fritz tomaba de ese... Le hacía sentir que tomaba vino ya que lo tenía prohibido por sus medicamentos.

—Anda... Mira no debería decirlo, pero Hungría dijo que Austria le dijo que se quería disculpar contigo por lo que pasó.

—¿Y eso qué?, si tanto quiere disculparse que tenga los huevos de venir y disculparse conmigo, yo no voy a ir a buscar una disculpa que él debería de buscar como darme.

Ese era un pensamiento que Berlín le había metido a su hermano a la cabeza, pero era uno muy certero que hasta OMS apoyaba.

Fritz era terco, lo era incluso más que sus dos padres juntos, así que era muy difícil hacerlo salir de casa si no quería en absoluto, a los únicos lugares a dónde iba era a la casa de su vecino y amigo de la infancia, a la casa de sus abuelos, el hospital y el supermercado.

—Y pues, eso dijo —terminó de relatar Reiviet a su cuñado y a su novio. Estaban los tres en casa de Austria, en el territorio alemán.

—Me empieza a agradar más el mocoso... ¿Era así antes? —comentó Hungría, bebiendo de un vaso de té helado.

—Es así en realidad, es muy retraído, solo es "extrovertido" con personas de confianza... O si hay alcohol y hierba de por medio, pero es obvio que lo último ya no lo toca —contó el eslavo-germano, recordando fragmentos de su vida con su sobrino.

—¿Y por qué no conocí esa versión de él?

—Porque te tocó el chico con daddy issues al cuadrado que estaba colapsando por años de negligencia emocional.

—¿Entonces puedo arreglar las cosas si voy y me disculpo directamente con él? —interrumpió Austria, suspirando.

—Pues eso me dio a entender... Él no es muy quisquilloso para perdonar esa clase de cosas, con las que si es muy rencoroso es con lo que se mete con su persona directamente... O cuando se metían con su amiga, apenas me contó cómo mando a la cárcel a un sujeto que filtro fotos íntimas de ella... Da miedo.

—Esta bien, me iré a disculpar mañana.

Ese mañana no fue una mentira, en realidad si sucedió, simplemente fue en condiciones diferentes.

Fritz tenía que hacerse análisis mensuales ya que a veces los medicamentos que tomaba lo afectaban físicamente, desde provocarle anemia por la falta de apetito, hasta dolores extraños y hemorragias nasales.

Además, al tener un útero funcional, OMS se preocupaba porque los medicamentos no fueran a afectar a este. Era casi una ley que los organismos de los hijos de representantes y organizaciones fueran vigilados de cerca.

Aunque claro, a Fritz le daba igual su salud, no por nada seguía fumando aunque sus padres constantemente le tirarán los cigarros.

Tiraban las cajas, más no le quitaban el dinero para comprar más. Tan listos a veces no eran.

Entre Waffles y Salchichas || CountryHumans AleCanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora