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Alemania bebía de su taza de café mientras veía con el ceño fruncido a su hijo, que hacía su tarea en la mesita de la sala, viéndolo leer por momentos alguno de los diversos libros que tenía extendidos por la mesita y el suelo, para después anotar en su computadora lo que leía.

Había escuchado que su hijo le decía a Austria que ese trabajo era en equipo, pero que el por voluntad había decidido hacerlo solo, y eso le sorprendió, ¿Por qué no quería trabajar con otros?

¿Le daba vergüenza invitarlos a casa para que trabajaran?

¿Estaba teniendo problemas para socializar, como cuando era niño?

—Me incómoda el modo en el que me miras —comentó de pronto Fritz, sin despegar la vista de su computadora.

Alemania suspiró, acercándose a la sala para sentarse en uno de los sofas indivoduales.

—Solo estaba pensando en algo... ¿Por qué nunca traes amigos a casa?

—¿Que dices?, Hansen viene al menos tres veces a la semana, incluso llegó de la escuela y él ya está esperándome en mi cuarto —contestó el tricolor de hoja, riendo bajito y agregando una nueva diapositiva a su exposición de power point.

—Me refiero a amigos de la escuela, tampoco veo que hagas trabajos en equipo como solía hacer tu hermana.

Fritz dejó de mover sus manos sobre el teclado y mousepat de su laptop, quedándose estático.

—Me gusta trabajar individualmente —murmuró, sin atreverse a ver a su padre.

—No todo en la vida es hacer todo solo, lo sabes bien —Alemania dejó sobre la mesita su taza, cuidando que está no interfiera en el material de apoyo de su hijo.

Fritz suspiró y colocó sus manos en el piso, acomodándose mejor sobre la alfombra.

—Lo sé, pero me siento más eficiente...

—Aun no respondes porque no traes a tus amigos de la escuela.

Finalmente, el chico miró a su padre, sintiéndose incómodo, Alemania notó esa incomodidad y temió haber tocado un nervio.

—Es que... No hablo mucho con mis compañeros —terminó respondiendo, suspirando pesado.

—¿Te está costando adaptarte? Si es así sabes que puedes tomar un descanso de la escuela, no tenemos problema tu padre y yo con eso.

Para el aleman era más sencillo pensar que tal vez su hijo necesitaba tiempo para hacer las cosas.

—No es eso... —respondió incómodo el chico.

¿Cómo le explicaba a su padre la situación sin que esté sintiera enfado o lástima?

—¿Entonces?

Fritz soltó un quejido y dejó caer su cabeza, iba a tener que explicarlo.

—Papá... Prácticamente no hablo con nadie en la escuela a menos que sea necesario.

Alemania se quedó en blanco y sorprendido.

—¿Qué?, ¿Por qué?

—No siento la necesidad de hablar con ellos en realidad, solo me siento al fondo del salón y tomo la clase... Aunque si me preguntan algo si les respondo sin ser grosero.

—¿Pero porque?, hijo, estás en la universidad, una etapa donde haces amigos y vives un poco la vida loca... No como hace un año lo hiciste, sino con anécdotas graciosas y de adultos —el azabache mayor comenzó a inquietarse, ¿Cómo que su hijo ni siquiera hablaba?, ¿Alguien estaba molestándolo?

¿Iba a tener que intervenir pidiéndole a alguno de sus otros hijos que fuera a hacer su papel de hermano mayor?

—Papá... ¿Es en serio?

—Si, ahora responde.

Fritz suspiró, masajeando se el puente de la nariz mientras volvía a levantar la mirada.

—No me gusta convivir más de lo necesario, ni siquiera quiero hacer nuevos amigos. Son mis compañeros, y me agradan un poco, pero formar vínculos de amistad con ellos no es algo que esté deseando o haciendo... Simplemente no quiero y ya... Ya tuve amigos antes y las cosas se fueron al traste cuando cometí un error, prefiero cagarla y no tener a personas que antes quería siendo una mierda conmigo, a volver a vivir la experiencia premium de amigos a enemigos mortales... Creo que mi salud mental ya no está en disposición de repetir lo que pasó después del accidnete.

A Alemania esa respuesta lo sacudió. Incluso él tenía amigos... Incluso seguía siendo amigo de Austria.

—Hijo...

—Estoy bien, prefiero que sea así, si alguien hace algo que me incómoda solo lo ignoro y ya, no tengo culpa por sentirme mal y puedo simplemente pasar de ellos sin tener que dar explicaciones... Cómo que simplificó mi vida social así —se dio la vuelta para seguir con su tarea, indicando que no deseaba seguir con esa conversación.

Alemania estaba preocupado ahora, su hijo no hacía amigos por voluntad, ¿Cómo alguien podía hacer eso?, era como si él mismo decidiera aislarse, en lugar de que otros lo hicieran.

—¡Alemania, necesito tu ayuda para bajar algo! —se escuchó que gritó Canadá desde el otro piso de la casa.

De inmediato el mayor se levantó, corriendo para ayudar a su esposo.






No se que paso pero el libro ya me deja editarlo en el teléfono de nuevo... I'm very confundida, pero bueno.

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Entre Waffles y Salchichas || CountryHumans AleCanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora