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Au del internado.

La madre de las Alemanias.

Odiaban aquello, lo odiaban y no eran los únicos.

Pero cuando alguien le mete una idea a ONU en la cabeza, nada lo detiene.

—¿Ya nos podemos ir?, ya se tardó —preguntó con fastidio Alemania Democrática.

—No, apenas van cinco minutos —indico el director de la escuela.

Ambos gemelos y su padre suspiraron, fastidiados.

En días anteriores, ONU citó a Third en su oficina, suponiendo lo peor, el alemán fue a ver que sucedía. Suponía que sus hijos habían hecho algo y habían terminado ambos en la celda de castigo. Y ahora que lo pensaba, aquello hubiera sido lo mejor.

—Se comunicó conmigo una mujer que dice ser tu ex esposa y la madre de tus hijos.

—Esta loca, los niños son míos y no me puede pelear pensión —dijo en automático Reich, ya suponiendo que la mujer llamó para pedir dinero.

—Me llamó porque quiere ver a tus hijos —aclaró ONU, mirando con una ceja alzada al contrario.

Decir que se le fue el alma a los pies era poco.

—Le dije que si, pero que era bajo términos de aquí, lo que implica un cacheo y que tú, un acompañante de tu elección, FBI y yo vamos a estar presentes, así como dos acompañantes de elección de los chicos; todo esto porque se los antecedentes de ambos chicos.

—Espera, no puedes hacer eso, ¡Son mis hijos y esa es la mujer que los daño!

—Ya lo decidí, legalmente tengo el poder de hacer eso.

A Reich no le quedó más que aceptar y decirle a sus hijos quienes para nada estaban contentos.

—Primero muerto antes que ver a esa bruja... ¿Dónde esta el clonazepam? —gruñó Ali, cruzándose de brazos.

—Aun puedo ir a golpear a Finlandia sin motivo, eso me ganará una semana en la celda de castigo.

—Ninguno va a acabar encerrado en una celda u hospital... Sé que no quieren verla pero hagan esto solo para que nos dejen en paz, ¿Si?, se los voy a compensar.

Ante la mirada suplicante de su padre, los dos menores no pudieron negarse, suspirando con resignación y abrazándolo.

—No quiero verla, el pensar en ella me causa estrés —murmuró Ali.

—A mi ganas de golpearla —secundó Ale.

—Lo sé... Solo hagamos esto y externen su sentir, ONU tendrá que tomarlo en cuenta para no permitir otra visita de ella.

Y eso los llevaba a estar en una sala de conferencias, con URSS, Hungría, Canadá, FBI, ONU, y como agregado Reino Unido, por si acaso tenía que controlar a su hijo, además de que era el tutor de Federal.

La puerta se abrió, dejando ver a Gales, la asistente de ONU, y detrás de ella a una mujer tricolor, de largo cabello rubio.

Los tres alemanes se estremecieron.

—Buenas tardes, llegó la visita —saludó la mujer, haciéndose a un lado para dejar entrar a la rubia.

—Rayos, si se le parecen —murmuró Hungría, ganándose un codazo por parte de Ali.

—Mucho gusto en conocerla, señora Weimar —recitó ONU, poniéndose de pie y acercándose a la dama para darle la mano.

—Igual es un gusto conocerlo —contestó suavemente, para después mirar a su hijos y ex esposo —, vaya, parece que los años no pasan en ti, Third —alagó con una sonrisa.

Entre Waffles y Salchichas || CountryHumans AleCanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora