Angel with a shotgun (Destiel) (Sterek) (Traducción)

Un cobarde

Dean maldijo cuando Castiel apareció en el asiento trasero del impala.

"Maldita sea, no puedes simplemente aparecer así sin advertencia." Le espetó Dean al ángel.

"¿Por qué no?" Castiel preguntó, inclinando la cabeza.

"Porque no es... natural." Resopló Dean ganándose una risita de su hermano. "No importa. ¿Cómo está Stiles?" Preguntó Dean.

"Él está bien." Asintió Castiel. "Me dio sus números telefónicos para que pueda comunicarme con cualquiera de ustedes." Castiel levantó el teléfono celular que había estado usando anteriormente.

"¿Sabes cómo usar uno de esos?" Dean resopló.

"He estado observando a la humanidad durante milenios, Dean, puedo usar un simple teléfono celular." Espetó Castiel.

"Dean, lucha con el suyo todo el tiempo." Se rió Sam.

"Se volvieron complicados." Resopló Dean a la defensiva.

"Incluso si yo no supiera cómo, Jimmy sabe, y puedo aprovechar su conocimiento de las cosas mundanas." Explicó Castiel, metiendo el teléfono en el bolsillo de su abrigo.

"¿Jimmy?" Preguntó Sam antes de que Dean pudiera hacerlo.

"Mi recipiente, Jimmy Novak."

"¿Está despierto ahí dentro? ¿Cómo funciona eso?" Dean frunció el ceño mirando por el retrovisor.

"Es como si estuviera tomando una larga siesta. Está a salvo y no recordará nada cuando me haya ido." Explicó Castiel simplemente.

"Oye, Cas, dijiste que no estabas de acuerdo con lo que están haciendo, ¿por qué tardaste tanto en venir a nosotros?" Preguntó Sam de repente.

Castiel frunció el ceño levemente. "Estaba observando a Dean, vi todo lo que ustedes tres han enfrentado, vi el dolor que todos sufrieron, la confusión que estaban sintiendo. Tenía órdenes, incluso después de que me enteré. Los ángeles son guerreros, soldados, deben escuchar a los que están al mando, sin hacer preguntas. Comencé a hacer preguntas, a estar en desacuerdo con las decisiones tomadas. Tenía una opción, seguir órdenes a ciegas o ayudarte. No podía ayudar a mis hermanos y hermanas a realizar este plan. Se sentía mal." Dijo Castiel como si estuviera admitiendo ante sus padres que se había escapado de la casa.

"Tomaste la elección correcta." Sam le sonrió tranquilizadoramente al ángel.

"Siento haber tardado tanto en contactarte, Dean. Quería hacerlo mucho antes. Sabía que me estabas buscando. Fui un cobarde." Castiel miró el retrovisor para que sus ojos se encontraran con los de Dean.

"No eres un cobarde Cas. Yo mismo tuve un estilo de vida de soldado, sé cuánto coraje se necesita para actuar en contra de órdenes estrictas." Dijo Dean con una mirada seria.

"Sin embargo, todavía no confías en mí." Dijo Castiel.

"Soy cauteloso." Dijo Dean.

"Tus hermanos tienen mucha más fe que tú." Dijo Castiel, mirando a Sam.

"Hasta hace unas horas, no creía que existieran los ángeles, pero ahora tenemos dos tras nosotros que quieren usar a Sam y a mí como condones personales. Ah, y también mi hermano menor es parte ángel, porque eso tiene sentido." Se burló Dean.

"Stiles no es parte ángel, al igual que Sam no era un demonio. La sangre de demonio que Sam tenía en él hizo que su alma fuera susceptible a convertirse en un demonio si ingería suficiente sangre. Lo mismo pasa con Stiles." Explicó Castiel.

"¿Tenía?" Sam miró a Castiel confundido.

"Cuando tú y Dean fueron puestos en el avión y fuiste curado de tu adicción, también fuiste limpiado de la sangre demoníaca." Explicó Castiel.

"¿Cómo? ¿Quién nos puso en ese avión?" Exigió saber Dean.

"Creo que fue mi padre." Castiel sonrió un poco.

"¿Dios?" Sam preguntó con las cejas levantadas.

"Sí, planeo encontrarlo, tal vez regrese al cielo y detenga todo esto." Asintió Castiel.

"Prueba Nuevo México, escuché que está en una tortilla." Sonrió Dean.

Castiel frunció el ceño, inclinando la cabeza. "No, no está en ninguna tortilla."

Sam se rió entre dientes mientras Dean rodaba levemente los ojos.

"Estaré en contacto periódicamente, también puedes contactarme si lo necesitas. También me mantendré en contacto con Stiles." Dijo Castiel con seriedad.

"¿Cuándo podemos verlo de nuevo?" Preguntó Sam, volteándose a mirar al ángel.

"Una vez que haya encontrado a Gabriel y lo haya convencido de que lo esconda de los ángeles, podrán reunirse." Respondió Castiel.

"¿Cuánto tiempo va a tomar eso?" Preguntó Dean, no satisfecho con esa respuesta.

"No puedo decirlo, pero es imperativo que mantengas la distancia. No puedes verlo."

Dean apretó la mandíbula. Normalmente nunca recibiría órdenes de nadie con respecto a sus hermanos, no desde que su padre murió, pero Castiel estaba tratando de ayudar.

Cuando Dean miró hacia atrás para responderle al ángel, descubrió que el asiento trasero estaba vacío. Castiel realmente necesitaba aprender algo de etiqueta.

"¿Le crees?" Dean preguntó mirando a Sam.

"Sí, quiero decir, ¿qué opción tenemos? Todo lo que ha dicho tiene sentido." Sam se encogió de hombros.

"Sí, pero ¿Dios? Vamos, Sammy." Dijo Dean con duda.

"Con todas las cosas que hemos visto y experimentado, ¿realmente dudas que Dios exista?" Sam miró a su hermano mayor con una mirada inquisitiva.

"Mira, todo lo que digo es que, si Dios está ahí fuera, ¿por qué no está haciendo nada?" Dean sujetando con fuerza el volante.

"Él no puede controlar todo porque nos dio libre albedrío. No es libre albedrío si él interviene en todo." Se encogió de hombros Sam.

"¿Así que va a sentarse y dejar que esos ángeles idiotas comiencen el apocalipsis?" Dean espetó enojado.

"No lo sé, Dean." Suspiró Sam.

"Bueno, yo no lo haré." Gruñó Dean presionando el acelerador un poco más fuerte. Bobby los estaba esperando, y cuanto antes llegaran allí, antes podrían encontrar algo para matar al diablo. Y cuanto antes muriera el diablo, antes terminaría el apocalipsis y podría recuperar a su hermano. La idea de que Stiles estaba con un cazador al azar no le sentaba bien a Dean. Conocía a los cazadores y no confiaba en ellos. En absoluto.