Collar

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Camine nerviosamente por todo el cuarto, en unas horas estaríamos entrando a esa maldita arena. Quería llorar, quería gritar y la idea de intentar ahogarme en la bañera era muy llamativa.

Me deje caer en la orilla de la cama, intentando pensar con claridad. Sabía que debía dormir, tenía que estar descansada para correr. Pero no podía, aun siento las luces de las entrevistas en mi cara y me siento abrumada por la cantidad de ideas que surgen de mi cabeza sin control.

- Sara - la voz de Reus me hizo sobresaltar un poco, alzo la vista topándome con él. Estaba parado debajo del marco de la puerta, tenía pijama y me miraba con pena - No puedo dormir...

Le hice una seña para que pasara, abre un poco más la puerta y se adentra mirándome, tomo aire intentando saber que debo decir o hacer ahora.

- Tengo nervios, se que sigues enojada. Pero puedo quedarme un rato aquí, solo unos minutos - pide con algo de timidez y puedo sentir su mirada llena de súplica, su tono no me deja decirle que no.

Intento recordarme como hablar, pero solo terminé señalándole el lugar vacío junto a mi. Mira la cama con velocidad y analiza, estiro mi brazo cuando él no se mueve.

- Ven - se acercó rápidamente y acepto mi ofrecimiento, me puse nerviosa cuándo se acercó tanto, pero aún así paso mi brazo por sus hombros, abrazándolo un poco para calmarlo - Esta bien.

- Tengo miedo - soltó después de unos segundos de silencio, deje que colocará su cabeza en mi pecho - No quiero ir.

Pase mi mano por su espalda, el soltó un ligero sollozo y se aferra a mi.

-Está bien, está bien. No llores - lo abrace con más firmeza, bajando mi tono solo para que el me escuche. Siento el ambiente volverse ligeramente las intimo por nuestros susurros - Vamos a estar bien, estarás bien.

Guardamos silencio, aun se podía escuchar a la gente gritando y festejando unos pisos más abajo. Nunca había estado tan cerca de alguien y eso me molesto, no había hecho casi nada de lo que quería hacer. Siento el pesar al no haber conocido a Reus antes, en otros términos, en otro modo y con más tiempo, solo quería más tiempo.

Unos segundos después se aparta y posiciona frente a mí, tenía los ojos rojos. Me mira con detenimiento, estira su mano acariciando mi mejilla y delineando un poco mis facciones, suspiro por el contacto mientras me obliga a sostener el contacto visual.

- Quiero que seamos aliados, por favor - lo miro unos segundos, mierda. ¿Por qué no puedo decirle que no cuando me habla así? - Eres buena lanzando, eres novata sí. Pero eres casi tan ágil como la del cuatro, quiero estar contigo.

Eso era una exageración, pero lo dejé hablar. Siento el nudo en mi garganta aumentar cuando acaricia un poco mi mandíbula y mi cuello hasta que su mano llega a mi hombro, se queda allí.

- Se que tienes mala vista - intento contener la sorpresa y me puse ligeramente a la defensiva ante eso, estaba por decir que eso no era verdad cuando hablo de nuevo - mi hermano estaba en tu equipo de trabajo, él quedó prácticamente ciego. No pudiste salir ilesa de eso, lo sé.

Me quedo callada conectando los puntos, por eso sabía lo de lo cuchillos. Solo los de la planta apostaban por mis lanzamientos, probablemente íbamos juntos en la escuela. Pero eso quedaba en segundo plano completamente, la idea de que Reus sustituyo a su hermano en alguna de las plantas y me veía en las zonas de trabajo hacia mucho más sentido ahora. Él me ubicaba por eso, estúpido Reus y su forma de no decirme las cosas de manera directa que me hacen no saber todo lo que yo quisiera saber.

- No veo de lejos, pero eso no me a frenado nunca - intente excusarme, pero él no parecía convencido, toma mis manos y las acaricia un poco entre las suyas. Me obligo a tomar mi medida más desesperada, ser sincera con él - temo ser una carga para ti, Syrus tiene razón. Tu si tienes oportunidad, Reus.

LightningDonde viven las historias. Descúbrelo ahora