Dúo

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Pase mi mano por mi cara quitando el sudor que comienza acumularse por el repentino calor que emanaba el suelo, Marc se quejó un poco mientras peleaba con la comida. Suspiré, me dolía la cabeza con intensidad y no pude pegar el ojo en toda la noche anterior o la anterior a esa, genuinamente no me sentía con la capacidad de hacer algo. Todo se sentía inútil, se sentía como si nada de lo que hiciera tuviera algún sentido, no sin Reus.

- El calor hecho a perder la carne, los panes siguen bien – comunica extendiendo uno hasta mí, miro el pan de queso en sus manos. No se veía en mal estado en realidad. - Come o los tirare.

Lo tomé con cuidado ignorando que uno de los que quedaban era propiedad de Reus, comí en silencio pensando en cómo convencer a moreno de que debía comenzar a tomar su propio camino. Entre más lo pensaba la idea de que el capitolio había usado mi interacción con mi compañero para su entretenimiento matutino y que debieron vender su muerte como el espectáculo más gran de los juegos me hacía querer matarlos a todos, mi tristeza bajaba por mi garganta hasta quemarse en mi pecho, ¿Por qué tuvo que morir de una manera tan heroica? No pudo ver lo que ellos hicieron con nuestro cariño, yo tampoco quería ver como habían tomado lo que era nuestro y lo habían reproducido por todos lados, vendiendo sus juegos a nuestra imagen.

O quizás yo me estaba sintiendo el centro del mundo, tenía derecho. Me habían sacado de mi distrito, me habían humillado públicamente, me había hecho pelear por mi vida, quitar una vida y perder una vida. Tengo todo el derecho a sentirme el centro del mundo después de eso, me sentía con todo el derecho de incendiar el capitolio... pero no puedo hacerlo, nisquiera puedo moverme.

- ¿Escuchas eso? - alce la vista escuchando el golpeteo acompañado de un par de gritos, Marc me tomo contra su pecho y nos escondió detrás de un árbol.

Me tape la boca con la mano mirando al chico del once correr, detrás de él estaban los del uno con lo que creo que es maso en sus manos. Salieron de nuestro campo de visión, en cuanto el sonido termino el moreno se levantó juntando nuestras cosas... sus cosas rápidamente.

- Vamos - no me moví ganándome una mirada de pánico de su parte.

- Vete - pedí, planteándome la idea de gritar. Así vendrían a por mi, me matarían a mi y el del once podría irse, Marc podría irse.

- Sara, párate - negué, entonces se lo hice enojar  por la forma en que su mandíbula se tensa - Reus no te salvo la vida para que te dejes morir.

No pude evitar abrir mucho los ojos, se me corto el aire y casi como si mi cuerpo se moviera solo tome lo que quedaban de las cosas. Suspiro antes de comenzar a caminar entre los árboles, lo apure colocando mi mano en su espalda y caminando más rápido.

- Vamos, Marc - agarre aire, tomando mis segundo de lucidez para poder hacer algo por el chico que aun esta a mi lado - llévame a donde pueda conseguir más comida.

Se giró mirándome con una sonrisa, intente regresársela, pero simplemente no me salió. Caminamos un par de horas hasta la orilla de la ciudad, nos escondimos entre uno de los edificios antes de comenzar a organizar nuestras cosas. El cañón sonó causando que me sobre saltar, nos asomamos por una de las ventanas mirando la cara del chico del once en el cielo.

- Cuatro - solté mirándolo, asintió volviendo adentrarse en las ruinas.

- Cuatro en el día doce - eso significaba que habíamos quedado en el top seis, ¿eso era bueno?

Guardamos silencio procesando esa información. No pensé que podría ni siquiera quedar al el top veinte, hasta que el moreno rompió el silencio.

- Lamento lo que te dije, pero es la verdad - me giré mirándolo con tranquilidad, sus palabras me generaron molestia - Reus hubiera...

- Reus hubiera querido seguir vivo - Lo interrumpo, mi tono vacío causo que el pelinegro me miro unos segundos - Pero supongo que no podemos confirmar porque ya no está.

- Sara, me estoy molestando por tu actitud - lo mire con desinterés antes de soltar un bufido, me encojo de hombros.

- Debiste dejarme morir con los del dos entonces.

Él me tome del hombro y me gira con fuerza obligándome a verlo, su mandíbula sigue apretada y me mira como si quisiera gritarme.

- Reus dio su vida para que salieras de este estúpido túnel, incluso te dejó sus cosas para que no tuvieras que verlo muerto - hablo en un tono más alto mientras me acercaba bruscamente, mi valentía se esfuma unos segundos- Deja de pensar que morirías por el, mejor vive por él. Que es la opción más difícil en este caso.

Lo mire en silencio intentando no llorar, de cierto modo tenía razón, yo lo sabía. Pero simplemente algo en mi no me dejaba pensar de ese modo, agarra aire con el nudo en el pecho ardiendo como nunca.

- Tienes razón - el moreno me miro con incredulidad, soltó un suspiro aliviado y continuo en sus cosas.

Yo sabía que tenía razón, Reus siempre dejó claro que no quería ganar, que solo estaba haciendo esfuerzo porque se lo pedí. Incluso una vez dijo explícitamente que yo podría ganar, no sabía si debía aferrarme a la idea de un Reus que se sacrificaba para que yo ganará o a la idea de un Reus que se sacrificaba porque no quería ganar.

- Ahora vuelvo - me levante abriendo mi chaqueta y sacando un par de cuchillos.

- ¿a dónde vas? - pregunto antes de levantarse para acercarse a mi, mirándome con preocupación.

- A cazar - se queda callado uno segundos, analizando mi tono.

- ¿si vas a regresar? - tomo mi brazo ganándose un quejido por mi parte, aflojo su agarre, pero no se apartó.

Esa pregunta me genero un nuevo revoltijo en el estómago, supongo que podía fingir que había decidido pelear un poco más solo para Marc. Para que se sintiera tranquilo, era lo menos que podía hacer después de que me cuido por días.

- Si - me soltó con duda, me di la vuelta buscando cualquier cosa que pareciera un animal decente.

Me quede quieta unos segundos cuando pude visualizar el río a unos metros de mi, me intente enumerar las razones por las cuales no debía hacer lo mismo que hizo el chico del que mi compañero hablo. Sería menos doloroso, más rápido y en silencio. Algo en mi cabeza me grita que tome toda el agua que pueda y que simplemente acepte mi destino.

Escuche algo a mis espaldas, me gire escondiéndose detrás del tronco de un árbol. A unos pasos de mi había un par de iguanas que parecía una comida decente, pero la idea del río detrás de mí no me dejaba estar tranquila.
Termine cazándolas y obligándome a entregarse a Marc, me convencí de que debía alimentar bien al moreno.

- Volviste - me miro esperanzado y luego mostró la fogata a su costado, juega un poco con sus manos  - ¿Te ayudo con eso?

Señaló más iguanas en mi mano, asentí pasándoselo. Me ardía la cara y me dolía la cabeza, pero ignore esa sensación.

- Tardaste mas de lo que creía - comentó comenzando a partir a los animales, sonríe antes de volver su vista a mi - Por un segundo pensé que no regresarías.

- Es que me distraje.

- Es que me distraje

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LightningDonde viven las historias. Descúbrelo ahora