Helga

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Me acomode el abrigo que Axel había hecho para mí. Tomo aire antes de mirarme en el espejo con unos nervios que casi me hacían vomitar. Mi amigo se acomodó junto a mi cerrando el abrigo de color azul, sonríe antes de pasad sus manos por mi pelo alisándolo un poco.

- ¿Lista? - niego antes de abrir la puerta y cederle el paso, caminamos hasta la casa de enfrente y tocamos un par de veces.

Se escucha un grito y unos segundos después la puerta se abre. Columbae nos mira con una sonrisa gigante y parece... casi contenta por tenernos aquí.

- Pasen Pasen - miro a Axel antes de poner un pie del otro lado del marco, entrando a la casa que se siente muy ajena - por un segundo creí que no vendrías.

Me ayuda a quitarme el saco y lo cuelga en unos ganchos junto a la puerta, le dice a Axel que se ve maravilloso con su nuevo diseño y luego nos motiva a pasar a su comedor, Axel parece mucho más carismático que yo ahora mismo.

- Sara - sonríe mi mentor cuando me ve entrar, deja el bocadillo que tenía en sus manos para acercarse - Axel, ¿Qué tal?

Saluda mi amigo como si se conocieran de siempre, los mire con duda.

- Ven, vamos - pasa su mano por mi espalda y me acerca a un grupo de personas que hablaban animadamente- Gente, vengo a presentarles a mi vencedora.

Lo miro con molestia ante eso, pero el solo me guiña el ojo. Estaba molestando me, ¿desde cuándo nos llevamos así?

- Desde que prácticamente te adoptó - muerdo mi mejilla ignorando la voz que no se había aparecido en semanas, casi la extrañaba.

- Un gusto, es un placer conocerlos - los cinco adultos me miran con curiosidad.

La primera en acercarse fue la señora de pelo blanco que estaba acompañada de un bastón, se acercó a mi atrapándome en un abrazo. Entonces noto lo mayor que se ve, tenía marcas de expresión marcadas y parecía no tener gran parte de sus dientes.

- Bienvenida, Bienvenida dulzura - me quedo quieta siento su abrazo, lo regreso al cabo de unos segundos y ella suelta una risita - Te presentaré a todos.

Se separa de mi, me jala un poco para dejarme más al centro. Miro a Syrus con pánico y él solo me sonríe, me dejo arrastrar por la anciana que parece tener cierto respeto por todos los demás.

- Ellos son Soren y Porter - extendió mi mano para estrecharla con la de las dos señoras, la que tengo identificada como Soren tiene una sonrisa tranquila, granes ojeras y un pelo rubio que es poco común por estas zonas. Junto a ella estaba Porter, con el cabello rojizo bien sujetado y con una expresión de superioridad que desapareció cuando le sonreí - Quarth debe de estar en la cocina con Columbae y yo soy Gliese.

Habla con lentitud para que las palabras sean entendibles ante la falta de dientes y voz cansada, estrecho su mano también con cuidado.

- Es un gusto conocerlos a todos - las mujeres sonríen antes de decirse algo entre ellas.

- Escuche que eres buena con los cuchillos - la miro sintiendo mi cara endurecerse, por su expresión supongo que entendió que eso me incómodo. Rápidamente mueve sus manos dispuesta a explicarse - quiero decir, eres buena cocinando y limpiando animales, ¿no?

Agarro aire notando mi error y sintiendo avergonzada, no conocía a esa gente y la idea de que existen vencedores que hablan de los juegos con orgullo no parecía ser una opción, pero por un segundo dude.

- Una vez te compro un guiso mi hijo, sigues cocinando ¿no? - vuelve a hablar la pelirroja, asintió con duda. Ella sonrie un poco esta vez - Debes avisarme si vuelves a vender, estoy segura que ahora tiene todo un mundo de recetas que explorar.

LightningDonde viven las historias. Descúbrelo ahora