Herida

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Sentí a Marc aferrarse a mi espalda mientras yo seguí llorando en silencio, Reus regreso por la mochila de él chico después de sacarme de allí.

- Sara, ¿te sientes mejor? - pregunto el pelinegro pasando su mano por mis hombros. Su tono brusco no ayudaba en lo más mínimo a mi ligera caída emocional.

Estaba por volver a hablar, pero en un movimiento rápido nos echamos para atrás cuando el suelo frente a nosotros se abrió y de este salió otro de los paquetes que ahora sabemos que es de patrocinadores. Miré a Marc y este se encogió de hombros, me asomé con cuidado.

- ¿Qué es? - pregunta mirándome con interés, pase mi mano por encima para segura que no pasara nada si la tomaba.

- Patrocinadores - susurre con cansancio y tome la pequeña caja de metal, la mire unos segundos. La abrí mirando la hoja usual de un color diferente, era tinto oscuro.

- Los colores son por el nivel de estatus, alguien de estatus cinco debió mandarlo - explico el moreno, lo mire unos segundos. Gire la hoja mirando las letras plasmadas en ella.

"Son tres buenos participantes" - S

La pelea de hace unos días vino a mi cabeza, ¿Ahora me daba su aprobación?

Mire la hoja reteniendo las ganas de gritar, la hice bola y lance el papel a la mini hoguera que había hecho el moreno hace unos minutos. Agarra aire abriendo el "obsequio" había dos hileras de tres panes cada una, Marc miro por encima de mi hombro.

- Es pan de queso - hablo mirándolo, le di la caja antes de girarme. Mirando el suelo, él mira el pan y luego a mí con pena - ¿No vas a comer?

- No tengo hambre, quizás después - Pensé que el moreno comenzaría a comer, pero en su lugar tapo de nuevo.

- Entonces podemos esperar a tu novio - lo mire unos segundos, sabía que era una broma, pero no me sentía en la capacidad de responderle algo.

Mire el piso escuchando los pasos acercarse, Reus apareció con un chaleco como el mío en una mano y una mochila en la otra. Me gire para no mirarlo, él se sentó junto a mi después de lanzarle las cosas a nuestro intruso.

- Sara, corazón - hablo en un susurro pasando su brazo por mis hombros - no hiciste nada malo, nos defendiste.

Guarde silencio mirando el punto fijo en el suelo, el castaño se permitió colocar su frente en mi hombro. Suspiro mientras yo intentaba sacar de mi cabeza la imagen de la roca estrellándose contra la frente del chico y el cañón sonando después de que muriera.

- Por favor, di algo - pidió el castaño, escuche a Marc a unos centímetros revisando las cosas que había traído mi compañero- Lo siento mucho, de verdad.

Las siguientes horas las pase aun en silencio, la verdad era que lo que sucedió era algo que pasaría tarde o temprano. Entrar a los juegos y no ver cuerpo era imposible, entrar a los juegos sin matar era casi imposible, nadie salía de esto sin la sensación que yo estaba teniendo en ese momento.
Me obligue a salir de mi caída, me obligue a dejar de lado el sentimiento de asco que me generaba mi persona.

-Dame la mochila - Marc se sentó de un brinco para pasarme lo que pedí, parecía estar aliviado por escucharme hablar. Reus también se levantó mirándome con preocupación - el chaleco.

Me lo paso mientras me miraba atentamente, me dedique a mirar lo que traía la mochila. Había pedazos de cuerda, dos bolsas de carne seca, una bolsa de frutos secos, una botella de medio litro de agua casi a la mitad, una especie de medidor y una de las pastillas blancas para el fuego. Organice todo con tranquilidad, incluso intente llenar mi chaleco, abrir la chamarra pasando mi mano por mi cadera notando algo gotear, me queje atrapando la atención de mi compañero.

LightningDonde viven las historias. Descúbrelo ahora