[03]

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Akaza despertó con la mitad de la cara totalmente dormida, y cuando reaccionó completamente pasó su mano por su rostro, dándose cuenta que tenía las marcas del teclado en su mejilla y pómulo.

Se estiró en donde estaba y soltó un quejido desde el fondo de su garganta por la incómoda posición en la que durmió.

Se levantó de muy mala gana, estiró su cuerpo y caminó rumbo a su habitación.

Miró con aburrimiento el suelo y pasillos de madera pulida junto con las ventanas dando directo al bosque. Una vez frente a la puerta de su habitación, abrió de esta para empezar a quitarse la ropa sin cuidado, dejándola tirada en el suelo, ni siquiera le intereso que su traje negro recién comprado fuera pisado por el mismo. Solo quería dormir sobre su cama.

Escuchó como su celular cayó al suelo y lo levanto de muy mala gana, para después aventarlo a la cama al igual que su cuerpo.

Ni siquiera se tapo, y estaba a nada de quedarse dormido de nuevo de no ser por el molesto ruido de una llamada entrante.

Con mucho odio, y sin mirar de quién se trataba, contesto.

— ¿Qué? — dijo.

¡Akaza-dono!, ¡Feliz cump-

Y colgó. No odiaba a Douma, pero tampoco lo quería tanto comos sus otros dos amigos. Se podría decir que lo toleraba.

En fin, Iba a dormir aunque sea lo último que haga.

Cerró sus ojos de nuevo y se acurrucó contra las sábanas frías de su cama y...

De nuevo su celular sonó.

Odiaba su vida.

— ¿¡Qué!? — contestó.

Akaza.

La voz de Kokushibo le hizo tensarse un poco.

¿Te gustan los colores fríos o los cálidos?

Akaza abrío los ojos y miro curioso su celular, ¿A qué venía la pregunta?

— Mh... — vaciló — ¿Los fríos tal vez?, Aunque no me molestan los cálidos. ¿Por qué la pregu-

Y Kokushibo colgó.

Vaya.

Bueno, a dormir otra vez.

[ . . . ]

Kokushibo miró a su padre después de colgar la llamada con su amigo, y después guardo de nuevo su celular.

— Dice que los fríos, pero que los cálidos no le molestan.

— Estoy seguro que ese no es el estilo de ese chico. — le respondió Muzan mientras vacilaba un poco y veía tras el vidrio polarizado al rubio, el cuál estaba abrazándose a sí mismo con la mirada fija en el piso.

Se encontraban en una de sus "granjas", más específicamente en la sección exclusiva para Omegas de alto potencial, los cuales eran vendidos para el gobierno, la Élite, algunas mafias y a veces regalados como ofrendas a sus conocidos.

— Se ve... Flameante, ¿Me entiendes? — le pregunto a su hijo, y después suspiro, necesitaba tener lo mejor presentable posible a ese muchacho antes de las cinco de la tarde, y sabiendo que eran las doce del día no pudo evitar sentirse ansioso. Tomando el tiempo que se tardaba el encargado de vestir y maquillar a los Omegas, realmente era muy poco tiempo.

Y para colmo aún no alistaba sus cosas.

— Me sorprende el gran avance con él — dijo el Alfa mientras veía fijamente al rubio.

"THE MURDER OF ME." |⚠ +18| Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora